“Si olvidamos el terror provocado por ETA, las víctimas se quedan sin justicia y los demás sin libertad”

Para Joseba Arregi, en Euskadi no habrá paz ni libertad “si la sociedad olvida la historia de terror de ETA”. En su opinión, ese olvido supondría dejar a las víctimas “sin memoria, sin dignidad y sin justicia”. Y por añadidura, el resto de la sociedad no podrá disfrutar de un futuro en libertad. Estos son algunos de los mensajes que Arregi, exconsejero de Cultura del PNV con el lehendakari José Antonio Ardanza, transmite en su nuevo libro 'El terror de ETA. La narrativa de las víctimas' (Tecnos, 2015). Un libro en el que hace frente a la izquierda abertzale y también a los que pretenden “pasar página, mirar al futuro y no al pasado”.

Durante la presentación del libro en Vitoria, en un acto organizado por la Fundación Fernando Buesa, Arregi previene contra los que intentan restar dramatismo y gravedad al terrorismo de ETA con mensajes como “hay que seguir adelante; eran buenos chicos, pero se descarriaron; fue un momento de locura….”. Según Arregi, “matar es algo muy difícil. Y más aún para personas normales. Los terroristas necesitaban algún tipo de mecanismo para superar esa crudeza de matar a un semejante y recurrieron a despojar de identidad a sus víctimas, como hicieron los nazis con los judíos. El objetivo es utilizar el terror contra una persona para que todos los que sean como ella o piensen igual se mueran de miedo”.

Solo desde la creencia de los terroristas de ETA de que estaban en posesión de la verdad absoluta se pueden entender el fenómeno. “De alguna manera, el poeta Salbatore Mitxelena construye la identidad colectiva vasca y convierte al País Vasco en la víctima perfecta, subyugada por España y los efectos de la Guerra Civil. Este mensaje cala en un momento que se vive con agonía, con la sensación de angustia de que el euskera y todo lo relacionado con la cultura vasca se mueren. Es decir, la nación vasca vive una situación trágica y hay que hacer todo lo posible por salvarla. En ese ambiente, todo está permitido, incluso asesinar. Es la idea matriz que define el proyecto político de ETA”.

Llegados a este punto y con una parte de la sociedad impaciente por pasar la página de la historia, Arregi advierte de que solo hay dos opciones. Por un lado, la sociedad opta por “mirar hacia otro lado y respirar con alivio porque ha pasado la tormenta”. Y por otra parte, se esfuerza en darse cuenta “de que Euskadi ha sufrido un verdadero terror” y lucha por recuperar la memoria y la dignidad de las víctimas. Lo lamentable es que puedo ir de pueblo en pueblo con este mensaje, pero no hay receptividad. Lo cierto es que la sociedad vasca siempre ha ido a rebufo de los acontecimientos, como si la cosa no fuera con ella. Y ahora que han terminado los asesinatos se muestra contenta“.