El juicio contra el expresidente de la DYA, Fernando Izagirre, también excargo del PNV en el Gobierno vasco, y su socio catalán, Juan Diego Gallardo, ha quedado visto para sentencia. Queda en manos del tribunal presidido por Ángel Gil determinar si son culpables o no de los delitos que les imputa la Fiscalía, que no ha modificado sus peticiones de penas después de la segunda jornada del juicio celebrada este miércoles, en la que han declarado ambos acusados rechazando en sus testimonios haber practicado ningún tipo de desfalco de los fondos de la ONG de ambulancias.
“Yo no sé nada de contabilidad”, “confiaba en las personas que la llevaban”, o “todo lo hice por la DYA”, han sido algunas de las manifestaciones de Izagirre. Sin embargo, para el fiscal quedan probados los delitos de administración desleal, falsedad en documentos y de apropiación indebida de 4,75 millones de euros, por lo que pide siete años de prisión para Izagirre, y cuatro años de cárcel paraGallardo. Tampoco han variado las peticiones de las dos acusaciones particulares ejercidas por la propia DYA y por Emergencias Plus, que elevan a 5,5 millones la apropiación indebida de dinero de a DYA por parte de los dos acusados.
La Fiscalía y acusaciones particulares consideran probado que Izagirre y Gallardo desviaron 5,5 millones de fondos a Emergencias Plus, la Asociación de Interés Económico (AIE) -que después se transformó en Sociedad Limitada- constituida a partes iguales por la DYA Bizkaia y Ambulancias Barcelona. De esos 5,5 millones traspasados sin ningún tipo de soporte documental, 4,7 millones se traspasaron a Ambulancias Barcelona, de la que Gallardo era socio fundador y en la que Izagirre era accionista- y de esta empresa a otras dos en las que ambos acusados eran administradores y accionistas pero que carecían de relación directa con la DYA: Dossier Partners y Filia Advisors Group. Y de ahí, a las cuentas personales de los acusados. Ha pesado mucho en las conclusiones de Fiscalía y acusaciones particulares la declaración de Rafael Osta, responsable de Recursos Humanos primero y de la administración de Emergencias Plus, con oficina en Barcelona, que expuso el martes que tenía orden de “cada mes, antes del día 15, elaborar una lista de necesidades de todas las empresas y la DYA traspasaba el dinero”. Una parte era para Ambulancias Barcelona y el resto pasaba a Filia e Intelligence.
En la jornada celebrada este miércoles Izagirre ha dado a entender que no tenía conocimiento directo de lo que pasaba en Barcelona y que tenía “confianza plena” en las peticiones que se realizaban para que se realizaran aportaciones de dinero. “Yo no sé nada de contabilidad”, ha insistido, por lo que tampoco ha dado explicaciones de por qué en el balance de la DYA estas transferencias se contabilizaban como préstamo y, sin embargo, en el de Emergencias Plus como aportaciones -realizadas por uno de los socios, la DYA-, no recuperables. Los imputados en los juicios tienen derecho a no decir la verdad.
Izagirre, que sólo ha respondido a las preguntas que le ha formulado el fiscal y su abogado defensor, Martín Bilbao, del bufete Barrilero y Asociados- ha relatado que se creó la AIE Emergencias Plus con Ambulancias Barcelona para poder optar a concursos públicos, porque se estaba ventando en los mismos a las ONG, y que todo el proceso se inició y se llevó a cabo cuando él era el coordinador y con conocimiento y aprobación de los que entones eran presidentes, Juan Antonio Usparicha, primero y José Antonio Guevara después -que fue el que le precedió en el cargo-. A preguntas del fiscal ha señalado que tuvo que pedir un crédito hipotecario a título personal de 198.000 euros para entrar como accionista en Ambulancias Bizkaia porque, como ha relatado después Gallardo, otros accionistas se querían salir. Pero ha indicado que lo hizo a título personal y no como DYA, porque era “más rápido para pedir el crédito”, y que el presidente de la DYA sabía que se haría en su nombre, aunque no consta ninguna documentación que lo acredite. “Lo perdí todo”, ha señalado. Ha insistido en que la finalidad era que la DYA entrara en los concursos públicos. “El objetivo siempre fue pensando en la DYA”. “Mi ambición no era ser propietario de una empresa de ambulancias”, ha dicho. También ha señalado que se creía que las otras dos empresas en las que participaba él, impactarían favorablemente en la DYA.
Izagirre ha señalado además que ha devuelto los 7.008 euros que cogió de las arcas de la DYA en calidad de “préstamo” y que se le reclamó por parte de la autoridad concursal, cuando DYA entró en concurso de acreedores. Un motivo que su defensa ha pedido que se tome como atenuante.
Por su parte Gallardo, socio fundador de Ambulancias Barcelona, que ha respondido a preguntas del fiscal y la defensa, ha relatado que, aunque su empresa tenía capacidad para acceder a contratos, quisieron asociarse con la DYA Bizkaia por el “prestigio que tenía la ONG” en la gestión del transporte sanitario. Gallardo ha señalado que todos los pactos iniciales los hizo con los dos anteriores presidentes, ya fallecidos y que Izagirre entró como accionista minoritario en Ambulancias Barcelona para sustituir a socios que no estaban de acuerdo con la AIE creada con la DYA.
Ha justificado las aportaciones realizadas desde la DYA a Emergencias Plus, porque en los primeros años no aportó nada, sino que sólo Ambulancias Barcelona traspasó su personal y sus vehículos, aunque no se produjo una venta de las ambulancias ni un traspaso documentado como tal. Respecto a la derivación de dinero de Emergencias Plus procedente de la DYA a Ambulancias Barcelona, ha explicado que se trataba de evitar que la AIE, que conseguía concursos por bajo precio, y, por lo tanto, perdiendo dinero, entrara en pérdidas, porque se quedaría fuera de las licitaciones. Así se “pactó entre los socios” que Emergencias Plus daba un dinero a Ambulancias Barcelona para pagar facturas a la propia AIE. “Hicimos mal desde el punto de vista empresarial”, ha reconocido, pero se trataba de fortalecer a Emergencias Plus, ha dicho. Ha negado que se hicieran pagos después desde Ambulancias Barcelona a las otras empresas propiedad de los acusados y ajenas a la DYA. Algo que el abogado ha recordado que carece de ninguna prueba documental.
Las acusaciones particulares consideran que en el proceso ha quedado acreditado que las operaciones se realizaron sin conocimiento de la Junta Directiva y la asamblea de DYA y sin que, en palabras del abogado de esta entidad, exista “justificación documental alguna”. Según ha asegurado, en DYA Bizkaia se eliminó “todo tipo de control interno” desde que en 2005 Izagirre accedió al cargo de coordinador y se “unificaron las cajas” de todas las delegaciones, con lo que el acusado “de facto asume control de toda la caja”. El abogado ha subrayado que DYA “no persigue negocios en ninguna parte”, sino que es una sociedad no lucrativa, y, por tanto, ha rechazado que lo sucedido se pueda explicar como “negocios fallidos de un grupo de empresas”. A su entender, los acusados diseñaron “una operación concertada para traspasar fondos mediante ”sociedades interpuestas“ y ”falseando documentación societaria y contable para mantener mercantiles con patrimonio negativo“.
Los abogados de los acusados, por su parte, han solicitado la absolución de sus defendidos y han defendido no se debería abordar el caso en el ámbito penal. El letrado de Izagirre, que ha advertido de la “dificultad probatoria” en “un recorrido de 20 años”, ha insistido en que su defendido no manejaba la contabilidad de DYA ni de Emergencias Plus. Además, ha considerado que la DYA no es “un inocente tercer perjudicado” porque está en “el plan de negocio”.