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La empresa familiar, escudo económico y social frente a la crisis

"La sociedad extremeña necesita a la empresa familiar como base para construir un proyecto de vida" asegura el presidente de la AEEF

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El coronavirus ha provocado una de las peores crisis que se recuerdan. Una crisis que está poniendo en jaque las estructuras económicas y sociales comúnmente aceptadas por todos. Si todas las empresas se enfrentan de forma cíclica a situaciones complejas que les obligan a tomar decisiones para superar las dificultades, este contexto repleto de incertidumbre acentúa esas dificultades situándonos en un escenario pocas veces conocido. 

Este tipo de coyunturas son especialmente sensibles para la empresa familiar, ya que una de sus señas de identidad es el relevo generacional y, por lo tanto, la vocación de continuidad en el tiempo. Esa continuidad siempre se ve amenazada en los periodos de crisis. Sin embargo, es precisamente en esos instantes cuando aflora con más fuerza su compromiso y la responsabilidad para con los trabajadores y para con la sociedad.  Como decía Babe Ruth, miembro del Salón de la Fama de Béisbol: “Es difícil derrotar a una persona que nunca se rinde”. 

Esa frase identifica a la perfección la capacidad de supervivencia de la empresa familiar, su espíritu de lucha y su resistencia ante la derrota. Lo hemos visto durante los meses de confinamiento, en los que las empresas familiares han garantizado los servicios esenciales: alimentación, medicamentos, transporte… Tanto propietarios como trabajadores han estado al pie del cañón, conscientes de que era el momento de arrimar el hombro y de ejercer un liderazgo necesario para afrontar de la mejor forma posible una situación caótica para todos.

Y es que, si algo caracteriza a las empresas familiares, son sus valores: el arraigo a la tierra, el compromiso con la ubicación que ocupa, la garantía de un proyecto a largo plazo, la cercanía con sus trabajadores y la importancia que otorga tanto a lo cuantitativo como a lo cualitativo. Un concepto compartido entre lo social y lo económico que nos hace ser mucho más que un equipo de trabajo, nos hace ser, precisamente eso, una familia. Es por ello que parte de estos valores deben sustentar la recuperación económica en Extremadura y España. 

Una recuperación que, no obstante, tiene que apoyarse en la inexorable reindustrialización que tenemos pendiente. El Fondo Monetario Interior (FMI) ya nos dio un aviso importante durante el pasado mes de junio: España, junto a Italia, sufrirá el mayor desplome del Producto Interior Bruto (PIB) entre los países desarrollados. Las previsiones de la institución financiera auguraban entonces una caída del 12,8% en 2020. Algo que mantiene ahora, en pleno mes de octubre, y que supone un auténtico mazazo para nuestro día a día, ya que el FMI ha mejorado sus previsiones para todas las grandes economías desarrolladas… con la única excepción de España. 

Por desgracia, nuestra sociedad carece de una industria fuerte y eso nos hace más vulnerables ante eventualidades tan graves como la del coronavirus. Si no apostamos con fuerza por la reindustrialización, estaremos siempre en el vagón de cola de las principales economías. Siempre al albur de los mercados extranjeros. Es, por ello, que desde la empresa familiar, desde el propio Grupo Industrial CL, queremos abanderar esa reindustrialización indispensable en Extremadura y España. Queremos reivindicar la importancia del empresario familiar, pieza fundamental de ese futuro a conseguir del mismo modo que lo ha sido durante los peores momentos de la pandemia garantizando la fabricación y suministro de los productos esenciales. 

La sociedad extremeña necesita a la empresa familiar como base para construir un proyecto de vida, como base para garantizar el presente de la propia región. Un proyecto de futuro que es un anhelo, una aspiración, y que debe ser sólido y sostenible. Aunque el presente se antoje complejo, debemos trabajar para alcanzar un porvenir donde predomine el optimismo. El cineasta Woody Allen dijo: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.” Si una organización encarna ese futuro “para toda la vida” esa es la empresa familiar. Cuidémosla y garanticemos un mañana prometedor. Lleno de oportunidades tanto para nuestra región como para nuestro país.

*Miguel Ángel Leal es CEO en Grupo CL y presidente de la AEEF

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