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El PP gallego aprueba en solitario su reforma sanitaria entre protestas ciudadanas

Protesta en el exterior del Parlamento gallego contra la reforma sanitaria durante el pleno

David Reinero

Con una protesta a las puertas del Parlamento de Galicia y con la tribuna de invitados llena de alcaldes de los municipios que forman parte de las áreas sanitarias que desaparecerán con la nueva norma, el PP gallego ha aprobado este martes en solitario la contestada reforma de la Ley de Salud de Galicia de 2008. A esos regidores, entre los que había también alguno del PP, apeló el portavoz popular, Aurelio Núñez Centeno, al ponerlos como ejemplo de autoridades que toman decisiones positivas “aunque no siempre sean entendidas por la ciudadanía”. Así fue cómo presentó el popular la reforma sanitaria ahora aprobada, para la que ha pedido “tiempo” para que sea valorada.

Frente a la crítica fundamental de que la reforma suprime las áreas sanitarias de A Mariña, Monforte, O Salnés y O Barco, los populares argumentan que los hospitales de esas comarcas están siendo ampliados. Sin embargo, frente a las infraestructuras materiales, los tres grupos de la oposición han coincidido en enumerar los numerosos defectos que presenta la atención sanitaria en esas zonas y la sobrecarga de trabajo que tienen los profesionales. En esa línea, la oposición ha presentado la protesta social como ejemplo del deseo de la ciudadanía de contar con más sanidad pública frente a la intención del Gobierno gallego de facilitar la progresiva privatización de servicios.

La reforma de la ley de salud, como recordó el diputado del PSdeG Julio Torrado, fue impulsada por la Xunta “sin ser anunciada ni en el programa electoral del PP ni del discurso de investidura del presidente”, tras ser sometida la exposición pública “en agosto”, cuando “hasta la Consellería estaba de vacaciones”, para ser aprobado su proyecto por el Gobierno gallego “en el puente de diciembre”. Unos tiempos que el socialista vincula con la “renuncia” de la Xunta “a explicar su propuesta”. “Ustedes defienden esta ley por algo que no quieren contar”, ha dicho, para añadir que “ustedes están en contra de la sanidad pública porque da igualdad de oportunidades”. Frente a esa postura, y ante el intento de los populares de presentar la protesta social como manipulada o basada en premisas falsas, el socialista asegura que “la ciudadanía no se manifiesta porque le paguen bocadillos, se manifiesta porque siente el sistema sanitario como propio”.

Similar crítica de debilitamiento de la sanidad pública como “elemento igualador” ha sido lanzada por la diputada de En Marea Eva Solla, para quien “el exceso de carga de trabajo es una humillación para los profesionales sanitarios”. Solla ha puesto el foco en que la reforma sanitaria facilitará el beneficio privado de las investigaciones que se realicen en la sanidad pública y se ha preguntado qué pasará con las enfermedades que no tienen rentabilidad económica. Sobre la protesta social, Solla destaca que la visión de la democracia que tiene el PP es “votar cada cuatro años y sumisión absoluta a sus imposiciones, no se puede protestar, no se pueden defender los derechos”. “Ustedes les dicen que no protesten y que están manipulados”, dice.

Por su parte, la diputada del BNG Montse Prado ha criticado el rechazo de los populares a incorporar la mayoría de las propuestas formuladas por la oposición, algo que considera “digno de la mejor de las dictaduras”. Prado destaca la falta de especialistas en los hospitales más pequeños y critica que “lo único que han hecho estas áreas es perder servicios y saben qué es lo que les espera”.

La reforma ha sido fue finalmente aprobada con los votos favorables del PP y el voto en contra de los tres grupos de la oposición. Al debate y votación no ha asistido el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que a la misma hora acudía en Arzúa a la colocación de la primera piedra de un nuevo tramo de la Autovía Santiago-Lugo.

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