El anuncio llegó en los últimos días de octubre: Ence ha puesto en marcha un “plan de eficiencia” que implica un proceso de despido colectivo. En concreto, la intención es despedir a 39 personas en la fábrica de Pontevedra y en torno a un centenar en la de Navia (Asturias). Con los planes sobre la mesa, el comité de empresa de la factoría pontevedresa avanzó que emprendería movilizaciones y convocó varias jornadas de huelga. Este viernes es la cuarta en las instalaciones de Lourizán y, según los representantes de los trabajadores, el seguimiento está siendo del 100%, en un contexto en el que se acaban de iniciar en Madrid las negociaciones del expediente de regulación de empleo (ERE).
El presidente del comité de empresa, Santiago Cerqueiro, defiende que el paro es “la única forma” de los trabajadores de manifestar su rechazo a los despidos, según dijo en declaraciones que recoge Europa Press. El encuentro de este jueves fue “lo esperado”. Están ahora pendientes del siguiente, previsto para el jueves 27 de noviembre.
Con la propuesta de despidos se ha roto el entendimiento que había entre el comité de empresa y la dirección para la defensa de la permanencia de la polémica planta en su actual ubicación, en la ría de Pontevedra. Representantes de los trabajadores lo recordaron tras conocer los planes de Ence. La secretaria general de Comisións Obreiras -el sindicato mayoritario en la plantilla de la fábrica-, Amelia Pérez, afirmó que la plantilla se sintió “traicionada” y “engañada” y recordó el respaldo dado durante todo el proceso judicial que cuestionaba que Ence pudiese seguir en ese emplazamiento y que derivó en un aval, en 2023, del Tribunal Supremo de que se mantenga en Lourizán hasta 2073.
“Dos años después vemos que no era cierto lo que nos prometieron; la empresa nos utilizó para su interés y hoy genera muchas dudas y desconcierto”, reprochó Pérez, en alusión a las inversiones que la empresa había condicionado a que viese garantizada su continuidad en su ubicación actual. En aquella comparecencia, hecha a mediados de noviembre, la responsable de CCOO indicó que el cálculo del sindicato es que el ERE, tal como se plantea, supondrá el despido de 39 personas en Pontevedra -más del 15% del total-, 90 en Navia, entre seis y ocho en las oficinas pontevedresas y otras entre tres y cinco en las de Madrid.
El secretario del comité de empresa, Omar Vázquez, aseguró que los trabajadores no van a abandonar la movilización: “Preferimos condenar a muerte a la empresa antes que ser cómplices de ni un solo despido después de todo lo que ha pasado esta plantilla por la permanencia de la fábrica”.
La empresa Ence Energía y Celulosa, por su parte, se remite a los resultados negativos que se ha anotado en los últimos cuatro trimestres para defender la necesidad de un plan de eficiencia que llega hasta 2027. En los primeros nueve meses del año los números rojos son de 22 millones de euros. La compañía asegura que su programa se apoya en la adopción de soluciones de inteligencia artificial, reingeniería y automatización de procesos, y la racionalización de sus operaciones. Esto implica “una reducción ordenada de su estructura de personal en el marco de un procedimiento de despido colectivo que se implementaría hasta 2027”, expuso en un comunicado, en el que añade que la eliminación de puestos irá precedida de “inversiones tecnológicas y de optimización que permitan automatizar tareas o mejorar los procesos actuales”.
La compañía afirma también que mantiene activo el proyecto Pontevedra Avanza, con el que prometió una inversión de cerca de 120 millones de euros destinada a actuaciones de mejora y modernización. El comité de empresa, sin embargo, ha cargado contra la empresa y ha asegurado que ese plan “no avanza a ninguna parte” y las inversiones están paralizadas. También acusó a Ence de ejercer “todo tipo de presiones” para intentar que firme un despido colectivo “fuera del cauce legal” a cambio de “falsas promesas de inversión”.
En este contexto, los representantes de los trabajadores solicitan una reunión con la conselleira de Industria, María Jesús Lorenzana, y con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. El presidente del comité de empresa, Santiago Cerqueiro, sostiene que “hay otra forma de hacer las cosas”. Rueda se pronunció sobre el anuncio de despidos a principios de noviembre para manifestar que se deben a “un momento conyuntural de su actividad”. Esto, añadió, “refuerza más” el interés del Gobierno gallego de que “existan industrias que puedan, con independencia de cómo vayan unas u otras, mantener todo ese ritmo de creación de riqueza” en la comunidad.