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El naval vuelve a la calle harto de las falsas promesas del Gobierno

La plantilla de Navantia en la ría vuelve a las calles para exigir trabajo

Miguel Pardo

Hartos de falsas promesas y de esperar por una carga de trabajo que no llega, el naval comienza el que ya prevé que será un “otoño caliente” con nuevas movilizaciones para exigir encargos a una industria que se deshace y que asiste asombrada desde hace años al anuncio de compromisos que no se concretan en empleo alguno. En Ferrol y Fene los comités de Navantia acordaron celebrar este jueves una asamblea en la que decidirán las protestas que llevarán a cabo en las próximas semanas, que se iniciarán en esta misma jornada y que prevén ser importantes. En la ría de Vigo, la CIG llamó a reactivar las movilizaciones en defensa del sector ante la falta de compromiso del Estado, al que acusan de emplear el naval como moneda de cambio para conseguir ayudas europeas.

La paciencia se agotó hace ya tiempo, pero el final del verano y el último retraso anunciado por Pemex en la licitación de los prometidos floteles -uno para Navantia y otro para Barreras- ha desbordado el vaso. Desde la ría de Ferrol los comités de los astilleros insisten en las “promesas y humo” en las que se quedaron los compromisos sobre el dique flotante, los buques hoteles de la petrolera mexicana o los quimiqueros. Por el camino, y desde hace dos años, 2.500 empleos perdidos, tan sólo un millar de operarios trabajando y un futuro en el que no se vislumbra actividad alguna en cuanto se finalicen los últimos detalles del megabuque australiano. Y todo en una comarca con una de las mayores tasas de paro de España y de la UE.

Como pequeño alivio, Navantia firmó este miércoles en Madrid un contrato con la naviera Fernández Tapias para la reforma de un buque, que se llevará a cabo en los astilleros ferrolanos y que operará en el Golfo de México con un contrato de la petrolera Pemex. No obstante, las críticas de los representantes de los trabajadores se reparten entre la Xunta, el Gobierno central y la dirección de Navantia, a la que censuran por su “nefasta gestión” después de no cerrar contrato militar alguno en los últimos tiempos a falta de una “acción comercial decidida”. En Vigo también se reparten culpas.

En una rueda de prensa, este mismo miércoles, el responsable nacional del naval de la CIG, César Rodríguez, pidió que la presentación en la UE de las cantidades a devolver por los inversores según el expediente del tax lease no sea utilizado “para perder tiempo y volver a la dinámica y parálisis” anterior que provocó una larga espera de dos años. “El sector ya no tiene tiempo”, explica, en una afirmación en la que coincide Manuel Simón, responsable de Metal en la comarca, que cree que el Gobierno central “está dejando morir” el naval español para emplearlo “como moneda de cambio” para conseguir ayudas europeas.

“La principal traba para la construcción de barcos reside hoy en la falta de financiación; tenemos un nuevo sistema de tax lease pero los pedidos no llegan”, advierte la CIG, que denuncia que cada vez “un mayor número de mano de obra especializada emigra a países como Holanda o Panamá”.

Además, para el sindicato nacionalista, la adquisición de Barreras por Pemex meses atrás formó parte de la “cortina de humo” orquestada por la Xunta del PP para “echar balones fuera” sin que esto se haya concretado en la activación de uno de los más importantes astilleros privados del país. “Mientras tanto, la empresa mexicana retrasa una vez más la decisión sobre la construcción de los navíos en nuestro país, al tiempo que recuerda que existen otros concurrentes en otros mercados”, dice la CIG.

Ante esta situación, la central pide “reactivar la movilización y no caer en la pasividad” y apela a los demás sindicatos para “no caer en las trampas del Gobierno” y “exigir, de una vez por todas, que se establezca un marco normativo estable y se viabilicen instrumentos de financiación que permitan reanimar el sector”.

El Clúster ve “casi difuntas” las auxiliares y el astillero público

Por su parte, el presidente del Clúster del Naval Gallego (Aclunaga), Fernando Alcalde, asume su preocupación por el nuevo retraso en la adjudicación de los floteles de Pemex. “Cada día que pasa pesa como una losa en el sector”, dijo en una entrevista en la Radio Galega, y advierte de que el retraso sería “más soportable” si hubiera “carga de trabajo”.

Alcalde fue claro y aseguró que las auxiliares del naval gallegas están “case difuntas y a punto de cerrar en cadena”, una situación semejante a la de los astilleros excepto casos como los de Metalships, Cardama, Armón o Nodosa. En cuanto a Navantia, no dudó en asegurar que está “casi hundida” en Ferrol.

Además, pidió que se “acabe con la incertidumbre” que genera la sanción por el tax lease y admitió que la situación de Novagalicia Banco también “influye” en el naval gallego porque antes “participaba muy activamente” en las operaciones de construcción de buques, algo que “ahora no hace”. Por eso, advierte de que si el centro de decisiones de la entidad no permanece en el país “puede perderse sensibilidad” con el sector.

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