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Qué hacer para que el gato no arañe el sofá

Tu gato no lo hace por fastidiarte. Pero arañar el sofá u otro mueble es uno de esos comportamientos felinos naturales que pueden molestarnos a los humanos. Arañar objetos hace que tu gato se sienta bien: le permite estirar los músculos de su espalda y marcar su territorio: es decir, dejar rastros visuales, pero también mensajes olorosos (químicos), ya que tiene glándulas de olor entre las almohadillas de sus patas. 

De hecho, cada vez que tu camarada peludo araña un objeto, deposita su olor en él. Y puesto que tu gato es una especie muy territorial (un comportamiento heredado de su antepasado africano, el Felis silvestris lybica), necesita dejar su olor para sentirse seguro en casa. Hay más: rascar superficies también permite a tu gato estirar los músculos del pecho y de las patas, además de eliminar los tejidos muertos de las uñas. 

Gatos que arañan el sofá

¿Pero tiene que hacerlo en tu sofá nuevo? No necesariamente, si le enseñas que hay sitios mucho mejores que puede arañar. La mala noticia: (si es lo que estabas haciendo) no sirve de nada enfadarte, gritar, ni repetir “no” cada vez que tu minino se acerca al sofá. De este modo te cargarás la relación con tu amigo gatuno, que te cogerá miedo. 

O lograrás lo contrario de lo que pretendes: crees que le estás regañando, pero sin saberlo lo que haces es prestarle atención. Y eso, para la mente de tu gatito, es mejor que nada. En otras palabras: habrás logrado que arañar el sofá sea muy atractivo. Es como aprendemos todos; si con su comportamiento (arañar el sofá) tu gatito logra algo que quiere o que le gusta (tu atención), volverá hacerlo. [Hace unos días te contamos cómo lograr que tu gatito no te muerda.]

Dale algo que le guste rascar más

Si quieres que tu gato deje tranquilo el sofá, lo primero que necesitas es hacerte con varios rascadores felinos adecuados; de un material que le guste: los hay de cuerda de sisal, de cartón, recubiertos con tela de sofá o con la textura de una alfombra. Además, los postes de rascado deben ser firmes, que no se muevan cuando el gato los use. Y altos: mi recomendación es utilizar rascadores de al menos 90 centímetros. 

La mayoría de los felinos prefieren los postes verticales. Si es el caso de tu camarada de ronroneos, asegúrate de que este sea lo suficientemente alto como para que pueda estirarse por completo sobre sus patas traseras mientras lo utiliza. Sin embargo, otros gatos se inclinan por los rascadores horizontales o inclinados. 

Puesto que cada gato tiene sus propias preferencias de rascado, tanto de textura como de ángulo, hay que darle a elegir, y aprender qué tipo de superficie prefiere arañar. ¿Cuándo sabes que has escogido el rascador perfecto? ¡Cuando tu gato lo usa para estirar sus uñas en lugar del sofá!

Reparte los rascadores por casa

No, un único rascador no suele ser suficiente. Piénsalo de este modo: la mayoría de nosotros no tenemos solo una silla en casa; sino que nos sentamos en diferentes lugares depende de dónde estemos. Del mismo modo, los gatos también necesitan más de un rascador. Es más: tener varios aumenta las posibilidades de que los use, y de que se olvide del sofá. Justo lo que quieres. 

Ubícalos en diferentes localizaciones: los gatos normalmente rascan múltiples sitios dentro de lo que consideran su territorio (tu casa). Y también rascan los límites del mismo, para alejar a posibles gatitos intrusos. Por eso, colócalos en lugares muy utilizados por toda la familia (humana y peluda); por ejemplo, junto al sofá o tu cama. También conviene tener rascadores cerca de los sitios donde tu amiga peluda coma, juegue o descanse. 

¡Y haz el rascador muy atractivo!

No lo fuerces a utilizarlo; nunca lo lleves en brazos al rascador ni, peor aún, coloques sus patas para que lo use. Al contrario: engatúsalo porque es más efectivo. Para lograrlo, puedes usar catnip, una hierba que enloquece a los gatos: espolvorearla por el rascador motivará a tu querida bola de pelo a explorarlo; y al final, a utilizarlo. O juega con su ratoncito de tela preferido alrededor. ¡Todo con tal de hacerlo muy interesante!

Para incitar a que tu gato lo use más veces, no te olvides de felicitarle y darle premios sabrosos cada vez que rasque sus uñas en él. Y aquí va un truco más para proteger el sofá: cúbrelo con una sábana holgada mientras que tu minina aprende a usar los rascadores. Esto lo mantendrá protegido. 

Si el comportamiento no se corrige, recuerda que los gatos arañan por algún motivo; y no es molestarte. También tu minino. Por eso, es aconsejable contratar unas sesiones con un o una experta en comportamiento felino acreditada para redirigir los arañazos y encontrar las causas que lo motivan; porque puede ser el miedo o un problema de estrés gatuno. 

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