La única lluvia de agosto es de estrellas: guía para ver las Perseidas desde Madrid

Es uno de los momentos más esperados de agosto para cualquier amante de la astronomía. Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, nombre popular de esta lluvia de estrellas fugaces, volverán a verse en el cielo nocturno, sobre todo, entre los días 12 y 13 de este mes. La noche del martes al miércoles será el momento idóneo para disfrutar de la cita anual, pues es cuando las estrellas podrán verse con más claridad. Sin embargo, en grandes urbes como Madrid es habitual que la contaminación lumínica dificulte su visionado. Pero no está todo perdido.

Aunque la luz lunar pone otra traba en el camino –la Luna entró el domingo en fase menguante, lo que hace menos perceptible su cara iluminada–, el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) sitúa en torno a las 22.00 horas el momento de máxima visibilidad. No será el único, pues es posible avistar estrellas fugaces en más momentos del verano; aun así, las opciones se multiplican esta semana.

El martes por la noche se alcanzará el momento álgido de este fenómeno, en el que una reacción de gases genera cuerpos luminosos o meteoros que pueden verse desde la Tierra. Quienes viven en zonas de poca visibilidad como Madrid tendrán menos oportunidades, pero no será imposible: aquí van algunos de los lugares más factibles para pedir deseos a las estrellas fugaces sin salir de la región.

La sierra de Guadarrama, espacios llanos y seis miradores estelares

En primer lugar, es esencial evitar lugares con contaminación lumínica y buscar cielos despejados. Alejarse del centro y otras zonas de gran bullicio es lo más idóneo si el objetivo es vislumbrar las estrellas con la mayor claridad posible. Si una persona está en la ciudad, hay que evitar las farolas porque entorpecen la visión.

Por ejemplo, desde el gobierno de la Comunidad de Madrid animan a disfrutar de este espectáculo cósmico en alguno de los seis miradores estelares que hay repartidos por la región, en los municipios de El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones, Puentes Viejas, Robledillo de la Jara y El Atazar. Todos ellos forman parte de la Mancomunidad del Embalse de El Atazar

Estos enclaves de la sierra Norte son considerados los mejores puntos de observación en la región. Se ubican a menos de una hora de la capital y sus cielos están catalogados como clase cuatro en la escala de oscuridad de Bortle, que abarca áreas de transición entre zonas rurales y urbanas, normalmente en la periferia de las ciudades.

Más allá de la recomendación oficial, la sierra de Guadarrama es otro destino recurrente para ver las estrellas. Entre sus lugares más destacados destaca el pico de Peñalara, la cumbre más alta de la región a la que puede accederse en coche o autobús, en este último caso a través de la línea 691 con salida desde Moncloa.

Robledo de Chavela, también ubicado en la sierra de Guadarrama, es otro de los lugares más frecuentados para ver las Lágrimas de San Lorenzo. Este municipio alberga el Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo de Madrid de la NASA, desde el que se han seguido numerosas misiones espaciales. Su situación estratégica permite ver con claridad el cielo y disfrutar de este fenómeno astronómico sin problema.

Si la preferencia es evitar zonas montañosas, una buena opción es ir a Buitrago de Lozoya. No hay edificios ni árboles que entorpezcan la búsqueda de estrellas, por lo que es un espacio perfecto para los astrónomos menos experimentados. De la misma forma, otros espacios naturales desde los que también se podrá disfrutar con claridad de las Perseidas son la Pedriza, el Pantano de San Juan, la estación de Valdesquí en Rascafría o la Silla de Felipe II en El Escorial.

¿En qué influye la Luna menguante?

El divulgador de astronomía del Planetario de Madrid, César González, señala en declaraciones a la Agencia SINC que las condiciones este año serán “muy negativas” para quienes busquen disfrutar sin percances de la lluvia de estrellas. El brillo de la Luna menguante es más tenue de lo normal y esto complica la visibilidad de ciertos cuerpos celestes.

“No vamos a tener ningún momento por la noche, ni del 11 al 13 de agosto, en el que observemos un cielo totalmente oscuro”, apunta el experto, que indica cómo algunas Perseidas no podrán verse a simple vista: algunos fragmentos de meteoros que entren a la atmósfera terrestre, los más pequeños, se desintegrarán con velocidad impidiendo ser observados desde la Tierra.

¿A qué debe su nombre y por qué surge este fenómeno?

Esta cita estrellada coincide con una de las fiestas más populares de Madrid, las de San Lorenzo, de las que toma el nombre su acepción popular. En realidad, las Perseidas son restos del cometa 109P/Swift-Tuttle, que orbita alrededor del Sol aproximadamente cada 133 años.

Al acercarse a nuestra estrella, el astro libera polvo y partículas sólidas que quedan esparcidas en el espacio formando una cola que la Tierra –y también la Luna– atraviesa cada año entre mediados de julio y finales de agosto. Si la órbita del cometa coincide con la órbita de la Tierra, las partículas penetrarán.

Por ello, durante la noche del 12 al 13 de agosto tendrá lugar este fenómeno en la atmósfera, donde sucederá una reacción de gases que originará diferentes luminosidades. No hará falta telescopio para dar con alguna estrella: bastará con una mirada atenta y la elección del lugar idóneo para hacerlo.