La sombra del balconing es alargada en Mallorca

Ana Mateos

Mallorca —

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Tras dos temporadas anómalas por la pandemia, Balears ha vuelto a ocupar este verano el primer puesto entre los destinos turísticos españoles. Esta normalidad turística ha traído también de vuelta un fenómeno común en los últimos años pero que había menguado en 2020 y 2021: el balconing. Esto es, la práctica común entre turistas extranjeros de saltar desde el balcón a la piscina del hotel tras la ingesta de sustancias tóxicas.

El primer caso confirmado esta temporada se produjo el pasado mayo en Magaluf –zona costera del municipio mallorquín de Calvià–, cuando un británico de 33 años falleció tras errar en el salto desde el balcón del hotel en el que se hospedaba. Este turista ha sido la primera víctima mortal del verano por este tipo de conducta.

Aunque no existen registros oficiales al respecto, este año se han contabilizado cinco muertes a causa de esta práctica así como varios heridos. El dato contrasta con los once fallecidos que hubo en 2018, pero es ligeramente superior a los tres muertos de 2019. Es decir, si comparamos con años anteriores a la pandemia, el número de fallecidos por este motivo ha descendido, pero la práctica se sigue llevando a cabo.

Desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) argumentan que los decretos contra el denominado turismo de excesos no han podido retomarse y probarse hasta esta temporada 2022 y, aunque reiteran que es pronto para ofrecer datos, los que tienen hasta ahora no resultan nada halagüeños: “Especialmente en Playa de Palma-El Arenal seguimos encontrando este turismo de excesos”.

Un tipo de turismo que genera, además, altercados en el orden público. La FEHM sostiene que esto se debe también a una falta de personal generalizada en los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: “No es únicamente un problema del verano o de la temporada turística, se debe a un aumento del número de habitantes, que hace necesario un mayor número de agentes de policía, pero también de médicos, maestros, etc”.

Según la cuenta de Twitter Federación Balear de Balconing, @botquebota, un perfil satírico que hace un recuento de los casos que se registran en Balears, el 2018 fue el año con peores consecuencias mortales, con once personas fallecidas. El creador de esta cuenta, que no quiere dar a conocer su identidad, afirma que los datos que manejan son los de todos los accidentes –con final mortal o no– que se dan en Balears por caídas de turistas tras la ingesta de alcohol u otras sustancias, sin especificar si son desde balcones. Si se contabilizan las caídas o saltos desde balcones, en el año 2018 se produjeron un total de 29, mientras que en 2022 se han registrado 23 en todo Balears, únicamente seis menos que en el año con peores desenlaces por esta práctica.

Una ley contra el turismo de borrachera

El Govern, junto con la Embajada británica, ha trabajado en un campaña de concienciación que arrancó en el año 2019 y que este año se ha renovado, con el objetivo de luchar contra el turismo de excesos y promover el cumplimiento de las normas locales. Bajo el lema “Stick with your mates” ('Quédate con tus compañeros'), las autoridades recomiendan a los grupos de jóvenes que cuiden unos de otros, al tiempo que alertan de los peligros que tienen estas prácticas.

El Ejecutivo autonómico aprobó también una ley contra el turismo de borrachera que, además de regular la cantidad de bebidas alcohólicas que pueden expedirse en un régimen de todo incluido en destinos como Magaluf (Calvià, Mallorca), Platja de Palma (Palma, Mallorca) y Sant Antoni (Eivissa), sanciona prácticas como el balconing con multas que oscilan entre los 6.000 y los 60.000 euros. El consumo desproporcionado de alcohol entre los turistas no es solo un factor que influye en la práctica del balconing, sino que multiplica los desórdenes públicos en municipios como Calvià, que cada verano se ve obligado a contratar refuerzos policiales y de limpieza para paliar los efectos negativos de este tipo de turismo.

El médico que lucha contra el balconing

Juan José Segura-Sampedro es cirujano oncológico e investigador del Hospital Universitario Son Espases (Palma). Este sevillano afincado en Mallorca desde 2015 lleva años luchando por la prevención del turismo de borrachera y el balconing. El año pasado fue condecorado con la Medalla de la Orden del Imperio Británico por su labor preventiva contra el consumo de alcohol.

El Dr. Segura-Sampedro explica a elDiario.es que cuando llegó a la isla se sorprendió por la cantidad de traumatismos graves que ingresaban en urgencias a causa de caídas propiciadas por el alcohol y otras sustancias tóxicas. El 98% de los pacientes precipitados por hacer balconing presentan índices elevados de sustancias etílicas en su organismo, según cuenta. Movido por la curiosidad se propuso investigar y analizar las causas de este fenómeno.

¿Cuál es el problema? El doctor lo tiene claro: el turismo de excesos, una combinación muy “mala” de alcohol, pérdida de papeles y desfase, que tiene como resultado un fatídico final. No solo en percances por saltar de balcones, también en accidentes de tráfico, atropellos o peleas. El perfil de paciente que llega a urgencias por caídas derivadas por el turismo de excesos es el siguiente: hombre, extranjero, británico, alemán o irlandés, de entre 16 y 30 años.

La importancia de la prevención

La investigación de este doctor tiene un objetivo principal: la prevención. “Es difícil prevenir un accidente, pero si sabemos los factores que pueden propiciarlo, podemos poner medidas”. De ahí que tanto el Govern como la Embajada británica luchen por comunicar a estos turistas la importancia de cuidarse: “Es un público difícil porque no vienen aquí a leer o a que les digan qué pueden hacer, por eso desde Reino Unido se elaboran campañas en redes sociales para llegar a ellos antes de que vengan a España, además de establecer medidas punitivas como sanciones, multas o limitación por parte del Govern y de los propios hoteleros”, comenta Segura-Sampedro.

¿Sabremos si este 2022 las medidas han sido eficaces? “Es complicado comparar con los años anteriores por haber sido temporadas extrañas en todos los sentidos”, afirma el doctor. Los datos recopilados por elDiario.es apuntan a que existe una tendencia a la baja del balconing, pero es necesario tiempo, evaluación de datos y comparaciones para saber si realmente las medidas y prevención y disuasión han surtido el efecto esperado.