La Justicia confirma la suspensión de la doctora negacionista Nadiya Popel por recetar lejía a sus pacientes

Durante la pandemia de coronavirus afloraron movimientos conspiranoicos en todo el globo que ponían en duda las recomendaciones de las autoridades científicas y sanitarias para combatir y protegerse del virus. Una de las lideresas de ese movimiento es la doctora negacionista Nadiya Popel, que acaba de perder una batalla en los juzgados tras haber sido sancionada por el Colegio Oficial de Médicos de las Illes Balears (COMIB).

La médica negacionista puso en riesgo la seguridad de los pacientes debido a la utilización de productos sin base científica (entre ellos, lejía, agua oxigenada o disolvente industrial), no autorizados, de origen poco claro (envases con la etiqueta escrita a mano) o elaborados de forma “casera”, como en el caso del “ormus”, según puso de manifiesto un informe de la Comisión de Ética y Deontología del COMIB. Asimismo, la investigación del órgano colegiado también acreditó el incumplimiento de la adecuada vía de administración y la asepsia en los procedimientos (cuyo objetivo es minimizar o evitar infecciones), además de que los establecimientos en los que realizaba los tratamientos “tampoco cumplen con las medidas exigidas”.

Por estas razones, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Palma ha desestimado el recurso interpuesto por la doctora Nadiya Popel contra el procedimiento sancionador impuesto por el COMIB, según avanzó Última Hora y confirman fuentes del órgano colegiado a elDiario.es. El expediente se inició después de que la doctora negacionista vulnerara cinco artículos del código deontológico tras haber realizado declaraciones en los medios de comunicación contra la vacunación de la COVID-19 y los “potenciales efectos secundarios de la vacuna AstraZeneca”.

Expulsada por “falta muy grave”

Cabe recordar que la médica negacionista, tras haber cometido tres faltas muy graves de los estatutos del colegio, fue suspendida del ejercicio profesional durante 18 meses por las tres faltas cometidas -seis meses cada una- y multada con 51 cuotas colegiales mensuales. Además, fue expulsada por “comisión de falta muy grave” e inhabilitada para incorporarse a cualquier otro colegio “mientras la sanción esté vigente”. Paralelamente, el COMIB acordó la expulsión de la doctora “por continuar infringiendo de manera reiterada” el código deontológico.

“La deontología médica señala que los médicos que públicamente o en su ejercicio profesional, desaconsejen las medidas indicadas para proteger la salud pública, sin concurrencia de contraindicación justificada, incurren en una grave irresponsabilidad y vulneran las normas del CDM (Código de Deontología Médica) y como consecuencia pueden considerarse actuaciones de inadecuada praxis profesional”, indican fuentes del COMIB.

Por contra, Popel ha informado a través de su canal de Telegram que ha recurrido la sentencia al Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears (TSJIB) y ha señalado que “no es firme”. “Es muy cuestionable”, dijo sobre la sentencia, acusando a la jueza de supuesta falta de imparcialidad por haber trabajado “como abogada de la Conselleria de Salud”. “Esperamos que se pueda corregir en instancias superiores”, ha insistido.

elDiario.es ha contactado con Nadiya Popel, a través del Movimiento de Asistencia Integral (MAI), para pedirle una valoración sobre la sentencia del juzgado de Palma, más allá de lo que ha difundido a través de su canal de Telegram. En respuesta, el MAI enlaza una web en la que Popel habla de “lawfare” y “acoso judicial”.

Entre otras cuestiones, señala que la sentencia “no entra en el fondo del asunto”, que a juicio de la doctora es “la nulidad radical o anulabilidad de la resolución del Colegio de Médicos por defectos muy graves en la tramitación y la motivación”. 

Popel ejercía en Menorca

Durante la crisis sanitaria del coronavirus, Nadiya Popel ejercía como médica en el Hospital Mateu Orfila de Menorca. En ese contexto, la doctora empezó a colgar carteles contra la vacuna AstraZeneca en los paneles informativos del hospital, además de difundir información negacionista a través de su canal de Telegram. Estas opiniones fueron difundidas de forma acrítica por Antena3, citando a un diario de tirada local. “La vacuna es un arma para matar”, aseguró a elDiario.es, aunque sin aportar pruebas que avalen sus controvertidas afirmaciones, en un reportaje en el que se denunciaba que la doctora negacionista recetaba fármacos contra la sarna para tratar la COVID-19.

Coincidiendo con las medidas sanitarias que se implementan a partir de marzo de 2020 para combatir la COVID-19, Nadiya Popel crea el Movimiento de Asistencia Integral (MAI), como explica en su web. “Ha llegado la hora de ofrecer un cambio y soluciones reales”, afirma. Entre esas “soluciones”, Popel sigue ofreciendo en su web tratamiento con ozonoterapia, aunque no indica para qué tipo de patología.

Durante la pandemia, utilizó esta pseudoterapia para tratar a pacientes de coronavirus, un tratamiento que ya había generado polémica en otras comunidades autónomas. Uno de estos casos ocurrió en Huesca, donde un hombre con neumonía grave por COVID-19 recibió un tratamiento con ozono en la UCI del Hospital Universitario San Jorge y falleció a finales de 2021. Un juez de la capital oscense había autorizado la aplicación de este gas a petición de la familia y en contra del criterio médico del propio centro sanitario, por lo que un equipo médico externo se encargó de administrar el tratamiento.

Entre otras “soluciones”, propone recetas de Ivermectina como tratamiento contra el cáncer, un antiparasitario que se emplea para tratar enfermedades como la sarna, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). Anteriormente, había recomendado este producto para tratar el coronavirus, algo que también desaconsejan autoridades sanitarias como la OMS.

De hecho, la doctora también ha publicitado productos para tratamientos de melanomas metastásicos o tumores de gran tamaño en los pechos, según indican fuentes del COMIB. El órgano colegiado recalca que son productos que promociona con supuestas propiedades curativas, regenerativas y preventivas pero que no están “apoyados por estudios con base científica demostrada”, y que además no tienen el aval de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Por otro lado, el órgano colegiado lamenta que Popel no concede “el debido respeto a la dignidad de los pacientes al exponer en los vídeos su cara, su cuerpo, su enfermedad y su vulnerabilidad, incluso aunque hubiera un consentimiento por parte de los pacientes” y añade que esta práctica es compatible con “una finalidad propagandística revestida de una apariencia docente”. Por último, el COMIB recuerda que la expulsión trae consigo la “prohibición absoluta” del ejercicio de la medicina, así como la pérdida de los derechos inherentes a la colegiación.

Cónclave conspiranoico en Mallorca

En julio del verano pasado, Nadiya Popel acudió a un evento en un restaurante de Palma con Miguel Bosé, Josep Pàmies, Ángel Ruiz Valdepeñas y otros integrantes del movimiento conspiranoico y pseudocientífico. “Soy orgullosamente negacionista. No me he vacunado ni he vacunado a mis hijos”, dijo Bosé, en un acto que fue denunciado ante el Govern balear por la asociación Círculo Escéptico, entidad sin ánimo de lucro dirigida a combatir las pseudociencias.

En dicho evento, Popel presentó su Movimiento de Asistencia Integral (MAI), plataforma a través de la cual acusa a las autoridades sanitarias y científicas de perjudicar la salud de las personas, aunque sin ninguna base. “Nacemos como seres sanos y felices. Deberíamos tener una vida longeva si no nos intoxicaran por todos los medios. La gente aprenderá a proteger su salud”, concluyó. Para Círculo Escéptico, su movimiento “parece ser simplemente una marca bajo la que sigue comercializando sus tratamientos y pócimas”.