El vídeo de la muerte de George Floyd centra el juicio al expolicía acusado

EFE / elDiario.es

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El juicio contra el expolicía acusado de asesinar a George Floyd ha comenzado este lunes con la visualización del escalofriante vídeo de su muerte, que ha enmudecido a los asistentes y será la prueba principal de la acusación en este proceso .

Nada más empezar, uno de los fiscales, Jerry W. Blackwell, se ha dirigido a los 12 miembros del jurado y ha anunciado que su objetivo es demostrar que el ya exagente Derek Chauvin es “todo menos inocente” y que debe ser condenado por el asesinato el 25 de mayo de 2020 de Floyd, cuya muerte desató protestas por todo el país. Con ese fin, ha mostrado uno de los vídeos del fallecimiento de Floyd, que fue grabado por un transeúnte.

En las imágenes se veía al afroamericano tendido en el suelo y esposado, mientras gritaba de dolor, llamaba a su madre y repetía una y otra vez: “¡No puedo respirar!” y “No puedo más”. También se apreciaba cómo Chauvin apretaba su rodilla contra el cuello de Floyd y permanecía impasible frente a los gritos de los viandantes, que le increpaban, le pedían que soltara a la víctima y que comprobara que seguía teniendo pulso.

Chauvin hizo caso omiso y permaneció con la rodilla en el cuello de Floyd hasta que llegó una ambulancia, momento en el que la víctima ya estaba inconsciente.

Mientras el vídeo se mostraba en la pantalla, la sala ha permanecido en silencio.

Chauvin, sentado junto a su abogado, ha levantado su cabeza en varias ocasiones para mirar la grabación y ha vuelto a bajarla para mantener la vista fija en un cuaderno amarillo en el que ha ido tomando notas. El expolicía, que fue despedido por el caso de Floyd, ha acudido a la corte vestido con un traje gris, una camisa azul claro y una corbata azul oscura, además de una mascarilla azul celeste.

Terminado el visionado, Blackwell ha dejado claro que la meta de la acusación es que el jurado tome una decisión basada en las imágenes y no en los argumentos que pueda presentar la defensa. “Pueden creer lo que están viendo sus ojos. Esto es homicidio. Esto es asesinato”, ha afirmado.

Por su parte, el abogado de la defensa, Eric Nelson, ha intentado desviar la atención del jurado del vídeo y ha profundizado en ciertos detalles del caso, como que Floyd, ha asegurado, estaba ebrio y actuó con hostilidad hacia la policía. “No hay en esta corte una causa política o social”, ha afirmado Nelson, intentando desvincular el caso de Floyd del debate en Estados Unidos sobre la violencia policial contra los afroamericanos.

Chauvin y otros agentes intentaron detener a Floyd después de que este intentara usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado.

Una condena limitada que despierta escepticismo

El expolicía está acusado de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años; y homicidio en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad. Sin embargo, como no tiene antecedentes penales, solo podría ser condenado a un máximo de 12,5 años de prisión por los primeros dos cargos y a 4 años de cárcel por el tercero.

Fuera del recinto judicial, se han concentrado algunos manifestantes que coreaban lemas, como “¡Justicia para George Floyd!” y “¡No puedo respirar!”, rememorando una de las últimas frases que dijo antes de perder el conocimiento. El ambiente, sin embargo, es escéptico con la posible resolución judicial.

Una de las mineapolitanas que no confía en que la Justicia estadounidense pueda cerrar las heridas causadas por ese episodio fatal es Anwulika Okafor, una organizadora comunitaria que vivía a dos bloques del punto en el que el hombre afroamericano murió presuntamente asfixiado por el agente. “A pesar de que todos vimos a Derek Chauvin usando su rodilla para matar lentamente a George Floyd durante 8 minutos y 46 segundos, todavía no tengo fe en el sistema judicial de este país para que sea condenado por asesinato”, dice Okafor, con tono asertivo, mientras recoge firmas para cambiar el sistema de vigilancia de la ciudad.

“Siento que si se da la justicia como se debe, que le den los años (de condena) que de verdad merece, los policías se lo van a pensar dos veces antes de tomar acciones violentas contra la comunidad”, dice Viviana Inamagua, una joven de 23 años nacida en Veracruz (México) y que reside en Minesota desde hace un lustro.