Salir del cole y empuñar la motosierra: la ofensiva de la derecha contra las leyes de trabajo infantil en EEUU

En Iowa no puedes tomarte una cerveza legalmente hasta los 21, pero desde hace unos días sí puedes ponerle copas a otro desde los 16. Aún más temprano, a los 14, puedes salir del cole y hacer un turno de noche llevando una motosierra o limpiando un congelador industrial. Eso sí, la nueva ley no te permite trabajar en un local de estriptis. Eso no.

La nueva ley de Iowa es una más entre las muchas que los republicanos están proponiendo en todo Estados Unidos para desmontar la regulación contra la explotación laboral infantil. Una cruzada entre lo ideológico y lo económico que quiere “imprimir en las nuevas generaciones los valores de la dignidad del trabajo” justo ahora que el paro está en mínimos y a las empresas les cuesta encontrar quien haga los trabajos más duros por poco dinero.

En al menos ocho estados, los republicanos han propuesto que se aumenten las horas o los tipos de trabajos que los niños de hasta 14 años tienen permitido hacer, mientras que otros han eliminado el requisito de que tengan que obtener un permiso antes de poder aceptar un empleo o tener la autorización de sus profesores.

Como en tantas otras batallas, los lobbies conservadores justifican las medidas como una cuestión de libertad. El objetivo declarado de los que las impulsan es evitar que las leyes “se inmiscuyan en el deseo de los padres y sus hijos adolescentes de trabajar”.

Para los republicanos, incorporar más niños al mundo laboral trae ventajas: los trabajadores más jóvenes son los que menos se afilian a sindicatos para reclamar mejoras y también los que menos cobran, además de resultar perfectos para empleos no cualificados o que requieran gran resistencia física.

Tradicionalmente, el mercado laboral estadounidense ha solucionado la carencia de trabajadores precarios siempre de la misma manera: trayendo más inmigrantes. Sin embargo el Partido Republicano moderno y su estrategia de cerrar fronteras hace que la “solución” de emplear cada vez más niños sea más atractiva políticamente.

Niños en la oscuridad

El Gobierno de Joe Biden ya ha advertido a Iowa de que las medidas aprobadas pueden violar las leyes nacionales contra el trabajo infantil que vieron la luz en los años 30 para que no se repitieran los abusos de la Gran Depresión. Sin embargo, algunas medidas adoptadas por los republicanos a nivel estatal hacen más difícil aplicar cualquier límite.

En Arkansas, por ejemplo, los republicanos se han limitado a eliminar la obligación legal de notificar que un menor está trabajando y de que el estado verifique su edad. Así, dicen los expertos, es mucho más difícil saber si una determinada empresa solo contrata menores y planificar inspecciones que comprueben si los protege adecuadamente.

Y esas inspecciones son muy necesarias: desde 2018, el número de menores que estaban trabajando sin cumplir los requisitos legales en EEUU ha subido un 69%. Los inspectores encontraron niños de 13 años en la cadena de montaje de una fábrica de coches o limpiando sierras eléctricas en mataderos, algunos trabajaban hasta las 5:00 de la madrugada. En una cadena de McDonald's aparecieron cientos de niños, dos de ellos de 10 años.

Muchos de estos abusos se ceban en los más vulnerables, como menores migrantes, y aquellos que trabajan en el sector agrícola están aún más desprotegidos. La cuantía de las multas es ridícula en comparación con la facturación de las empresas infractoras, pero si sigue esta tendencia de debilitar las leyes, la situación puede empeorar aún más en el futuro.