La selección de EEUU incorpora la bandera arcoíris en sus instalaciones de entrenamiento en Qatar

elDiario.es

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A tan solo unos días de que comience el Mundial de Fútbol de 2022, la selección de Estados Unidos ha mandado un nuevo mensaje al régimen dictatorial de Qatar en apoyo al colectivo LGTBI. El equipo ha rediseñado su logo y ha incorporado el arcoíris en sus instalaciones de entrenamiento, según informa Reuters.

El nuevo escudo se engloba dentro de la iniciativa 'Be The Change' (sé el cambio, en español), que la selección estadounidense inició en 2020 con el objetivo de concienciar con temas de justicia social. El equipo pretende usar estos colores en las instalaciones donde entrenen, aunque los jugadores seguirán usando la insignia con los colores originales —rayas rojas y blancas— durante los partidos de la Copa del Mundo.

La decisión de EEUU se hace pública apenas una semana después de que el embajador de la Copa Khalid Salman dijera en una entrevista que la homosexualidad es una “enfermedad mental”. “Van a venir muchas personas al país durante la Copa del Mundo. Hablemos de los homosexuales, por ejemplo. Lo más importante es que todos aceptarán venir aquí. Pero tendrán que aceptar nuestras reglas”, añadía.

No es la primera vez que un grupo deportivo muestra su apoyo a la comunidad de cara al Mundial que este año se celebra en un país que vulnera los derechos humanos, según han denunciado múltiples organizaciones internacionales. Diferentes jugadores habían mostrado su disposición a portar brazaletes arcoíris en apoyo a los derechos LGTBI, como la selección danesa, que informó de que sus deportistas portarían una camiseta con el lema “Derechos humanos para todos”, una decisión finalmente bloqueada por la FIFA, que alegó que sus reglamentos prohíben que los equipos muestren cualquier tipo de eslogan político en sus uniformes. 

El Mundial continúa sumando de esta manera críticas por la persecución penal del colectivo, así como por los miles de trabajadores inmigrantes que murieron durante la construcción de los estadios, según destapó una investigación de The Guardian.

La situación de vulnerabilidad de los derechos internacionales de nuevo pone el foco en el debate sobre si estos movimientos de algunas selecciones suponen un ejemplo de 'pinkwashing' , un 'lavado de cara' por parte de los equipos que, a pesar de mostrar mensajes como el de Estados Unidos, continúan formando parte de la competición.