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The Guardian en español

Dios, aborto y acústica: la peculiar campaña de Kanye West para convertirse en presidente de Estados Unidos

Kanye West con el chaleco antibalas en su primer mitin como candidato a las elecciones presidenciales.

Stephanie Convery, Peter Lawrence Kane

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Kanye West ha lanzado su gira de campaña de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos con un caótico acto en Charleston, Carolina del Sur. Con un discurso que tocó la teología, el problema de las personas sin hogar o el poder empresarial, y en el que se enzarzó en un debate sobre el aborto con uno de los asistentes, West llegó a sugerir que las mujeres deberían recibir un millón de dólares al dar a luz.

El rapero se subió al escenario embutido en un chaleco antibalas y con la cifra 2020 perfilada en el pelo. Se dirigió sin micrófono a los asistentes, un grupo ruidoso de varios cientos de personas a los que pidió silencio total antes de afirmar que los próximos actos “sucederán en salas con acústica increíble porque me implicaré en su diseño”.   

West se refirió en reiteradas ocasiones a su acuerdo con Adidas, su fe en dios y el racismo en Estados Unido, incluyendo la siguiente afirmación: “[la abolicionista] Harriet Tubman en realidad nunca liberó a los esclavos, lo único que hizo fue enviarlos a trabajar para otra gente blanca”. Tubman es una de las figuras más respetadas del siglo XIX estadounidense. Una afroamericana que escapó de la esclavitud, ayudó a hombres y mujeres negras esclavizadas a viajar en el ferrocarril subterráneo rumbo a la libertad en el norte del país y peleó por la Unión durante la guerra civil. También acabó siendo defensora del sufragio femenino.

Pero el acto de West alcanzó su pico de intensidad emocional cuando comenzó a contar una historia sobre un episodio de su vida en el que cree que hubo una intervención divina por la que su mujer, Kim Kardashian, rechazó interrumpir un embarazo. “Llevaba el estilo de vida del rapero”, dijo. “Estaba sentado en París con mis pantalones de cuero… mi computadora y todas mis ideas creativas…y la pantalla se puso en blanco y negro y dios me dijo, 'si jodes mi proyecto yo voy a joder el tuyo”. “Entonces llamé a mi mujer y ella me dijo que íbamos a tener este bebé. Ella trajo a North al mundo cuando yo no quería que lo hiciese. Ella se puso firme y protegió a esta niña”.

Entonces West comenzó a llorar al hablar de su padre, de quien dijo que hubiera querido que su madre abortase cuando estaba embarazada de él. “Mi madre me salvó la vida. Mi padre quería abortarme. Mi madre salvó mi vida. No habría existido Kanye West porque mi padre estaba muy ocupado”, dijo sollozando y llevándose una mano a la cara antes de gritar: “¡Casi mato a mi hija! ¡Casi mato a mi hija!”

Y después, en referencia a la cobertura en medios del acto, dijo: “Van a sacar esto, van a deciros que estoy loco, ¡[bien] es el mundo el que está loco!”. Entonces convocó al escenario a una activista a favor del derecho a decidir que había estado lanzándole preguntas relacionadas con la historia que contaba. Él afirmó entender “por qué alguien tomaría la decisión de abortar” y clarificó que su posición no es la de prohibir el aborto, sino la de ofrecer la mayor asistencia económica posible a las mujeres que tienen hijos.

“Mi postura no es ilegalizar el aborto. No lo es. Siempre debería ser legal. Pero debería existir la opción de un ingreso máximo…un ingreso máximo sería que todo aquel que tenga un bebé reciba un millón de dólares”, dijo. No explicó de dónde saldría el dinero.

“Se necesita a un pueblo entero para que crezca un niño”, agregó. “La sociedad se ha organizado de modo que las madres solteras no tengan un pueblo, para que no tengan un hijo”.

Las palabras de West, que se pronunciaron en su mayor parte a gritos para que las personas congregadas pudieran oírlas, regresaron una y otra vez en torno al tema de su cristiandad.

“Todos somos iguales a ojos de dios”, afirmó. “A veces los demonios controlan a la gente, a veces el entorno en el que estamos controla a la gente pero todos somos gente de dios, no hay mala gente. Hay gente perdida. Pero todos somos gente de dios”. 

Tuvo que esforzarse para hacerse oír y pidió a su audiencia en varias ocasiones que guardaran silencio al mismo tiempo que aseguraba que “no estaba tratando de silenciarlos”. El acto terminó cuando el público, a gritos, ahogó las palabras de West. 

El rapero anunció su intención de presentarse a las elecciones el 5 de julio pero se le pasó el plazo para inscribir su nombre en las papeletas de varios estados y no está claro si está dispuesto o será capaz de recoger el número de firmas que necesita en otros.

La semana pasada logró cumplir los requisitos para presentarse en el estado de Oklahoma. Ha sido el primero en el que ha logrado cumplir los requisitos a tiempo.

West necesitaba conseguir 10.000 firmas antes del lunes a mediodía para poder presentarse en Carolina del Sur según marca la ley del estado. El cantante tuiteó una lista de lugares alrededor de la ciudad de Charleston en los que se podía firmar. 

“Una estrategia publicitaria egocéntrica”, ¿cómo de seria es la candidatura presidencial de Kanye West?

Antes era los más extraños aliados, ahora Donald Trump y Kanye West son oficialmente rivales. El 4 de julio, el rapero y empresario anunció en Twitter su candidatura a las elecciones presidenciales, mencionando su creencia en Dios e inmediatamente obteniendo el “total apoyo” de su compañero multimillonario Elon Musk, que, según West, dirigirá el programa espacial de Estados Unidos bajo su administración.

La última jugada de West es una continuación de su histórica carrera, con un estilo musical camaleónico, colaboraciones con veneradas casas de moda como Louis Vuitton y sus autoalabadoras y problemáticas declaraciones, como cuando dijo que la esclavitud era una “opción” o su admiración por la “energía de dragón” de Donald Trump.

Después de, supuestamente, romper su relación con Trump en 2018 parecía que el rapero se movía en una dirección abiertamente espiritual, con su actuación de 2019 en Coachella y la publicación de su álbum “Dios es Rey”.

Los expertos políticos y el sitio de noticias de famosos TMZ se apresuraron a sugerir que West está en una fase maníaca; el rapero ha sido franco sobre su desorden bipolar anteriormente. Pero en una larga entrevista con Forbes, parece sincero sobre sus aspiraciones políticas. Sin embargo, sinceridad no significa necesariamente seriedad y ya causó un gran revuelo en los Premios MTV de Vídeos Musicales en 2015 con una afirmación similar. Esta vez, sin embargo, se postularía como el candidato del, previamente inexistente, “Partido de Cumpleaños”. (“Porque cuando ganemos, es el cumpleaños de todos”, dijo.)

El momento escogido para este anuncio es lo que genera más dudas. La carrera presidencial de Estados Unidos, que esencialmente comenzó en el momento en el que Trump se proclamó como ganador en 2016, ha visto su justa cuota de candidatos multimillonarios, desde el ex director general de Starbucks, Howard Schultz, hasta el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Esas candidaturas fueron recibidas con escepticismo, y todas se esfumaron. Además, como West rapea en su canción Power (Poder) de 2010 (“Ningún hombre debería tener todo ese poder / El reloj está corriendo, yo sólo cuento las horas”), el tiempo es esencial - o al menos, lo era. El plazo para que el Partido de Cumpleaños obtuviese acceso a las papeletas se ha cerrado en casi todos los estados, lo que significa que para votar por West la gente tendría que escribir su nombre en la papeleta ya que no aparecería.

Los candidatos independientes y de terceros son una característica peculiar, pero común, de las elecciones presidenciales estadounidenses, en las que cada estado puede establecer sus propios requisitos de elegibilidad. En 2016 se postularon decenas de candidatos contra Trump y Clinton, entre los que destacaron Gary Johnson y Jill Stein.

West “tendría que presentarse como independiente y conseguir las firmas necesarias para estar en la papeleta, y el plazo ya ha pasado”, dice Lala Wu, cofundadora del Proyecto Hermanas de Distrito, una organización de base que redirige el dinero y los recursos a las carreras legislativas menos conocidas. “Se podría escribir en él, pero sería muy sorprendente si esto llega a alguna parte. Aún así, creo que es bueno estar atento porque cosas más extrañas han ocurrido”.

Otros famosos, como Jamie Foxx y Tiffany Haddish, se burlaron de la declaración de West, pero el presidente, que normalmente es hipersensible a las críticas, parece haberla tomado con calma, calificándola de “muy interesante”. En general, la reacción ha sido menos favorable.

“Es egocéntrica y una estrategia publicitaria”, dice el periodista musical californiano Adrian Spinelli. Además, añade que puede tratarse de un inminente lanzamiento de un disco o algún otro vínculo de marketing.

“En las altas esferas de la fama, su realidad es totalmente diferente a la nuestra, por lo que la idea de 'me voy a presentar a presidente' –especialmente cuando sales con Elon Musk, que está en el mismo espectro– es una gran manera de llamar la atención. Pero al final del día creo que es egocéntrico y necesita ayuda.”

West afirma no tener prácticamente ningún asesor de campaña, excepto su igualmente famosa esposa. Kevin Kopjak, vicepresidente de relaciones públicas y marketing de Charles Zukow Associates en San Francisco, dice que si aconsejara a West, le animaría a centrarse en lo que está claramente más cualificado para hacer.

“Te guste o no, hay una especie de brillantez creativa”, dice Kopjak, y añade que la marca de ropa Yeezy de West “acaba de firmar un contrato de 10 años con Gap. Hay mucho más que podría hacer con eso, y absolutamente si quiere involucrarse en la política, encontremos una manera pero sin alterar posiblemente el curso de la democracia en los Estados Unidos”.

Esta semana, la marca Yeezy fue criticada por haber ganado un préstamo de 2 a 5 millones de dólares en el marco del programa de protección de la nómina, como parte del estímulo federal por la COVID-19.

Hay indicios de que, para West, el encanto reside en una fusión musical de autoridad espiritual, poder político y comercialización para lograr un pedestal de hiper-celebridad no alcanzado anteriormente. Pero el mapeo de su política en un espectro ideológico plantea desafíos. Mientras que Kim Kardashian West presionó con éxito a Trump para que conmutara la sentencia de Alice Marie Johnson, de 63 años, una abuela encarcelada por un primer delito de drogas, Kanye West rara vez ha mostrado mucho interés en los detalles de la política pública. Es un antiabortista y antivacunas que se opone a la pena capital y aún más a la violencia policial. Y su coqueteo de un año con el partido republicano parece estar motivado en parte por un desconcertado disgusto por la lealtad de los afroamericanos a los demócratas.

Presentarse a un alto cargo es una especie de tradición californiana para los famosos, desde actores como Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger hasta la estrella de Diff'rent Strokes, Gary Coleman.

“Mi primera reacción es que esto es una estrategia publicitaria”, dice Wu del Proyecto Hermanas de Distrito. “No diría que lo estoy tomando en serio, pero me preocuparía mucho que tuviese demasiada tracción y que deshiciera parte del buen trabajo que las bases progresistas han estado haciendo desde que Trump fue elegido en 2016”.

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