Un ministro de extrema derecha israelí quiere anexionar uno de los mayores asentamientos de Cisjordania
El ministro de Educación israelí, Naftali Bennet, de extrema derecha, ha prometido presentar este mismo mes un proyecto de ley para anexionar formalmente Maale Adumim, uno de los mayores asentamientos en los territorios palestinos ocupados. En declaraciones realizadas en un museo en la ciudad de 40.000 habitantes, situada al oeste de Jerusalén, Bennett dijo: “Después de estar aquí 50 años, es el momento de acabar con el régimen militar”.
El líder radical del partido Hogar Judío también dejó claro que ve la incorporación de Maale Adumim como un primer paso hacia la anexión de todo el “Área C”, la parte de territorios ocupados que todavía está bajo el control completo de Israel.
“Por esta razón”, dijo Bennett, “a finales de este mes, presentaremos el proyecto de ley para aplicar la legislación judía en Judea y Samaria (el nombre con el que los israelíes se refieren a Cisjordania) y nos embarcaremos en un nuevo camino. Presentaremos el proyecto de ley ante el gobierno para aplicar la ley israelí en Maale Adumim”.
El calendario del anuncio de Bennett, y su plan de introducir la legislación en primer lugar, parece haber sido diseñado para aprovechar la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero. El presidente electo de EEUU ha indicado que ofrecerá más apoyo a Israel en los foros internacionales que consideran ilegales los asentamientos.
En contra de los dos estados
El llamamiento de Bennett también llega poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU haya adoptado una resolución que reitera que los asentamientos judíos sobre terrenos destinados al futuro Estado palestino representan una “flagrante violación” de la ley internacional y un obstáculo de cara a la solución de los dos estados.
Desde hace mucho tiempo, la posición política de Bennett se sitúa en el ala nacionalista, es favorable a los asentamientos y a las anexiones, y enemigo de soluciones como la de los dos estados. Bennett le dijo a sus seguidores que ve la toma de poder de Trump como una “pequeña ventana abierta a la posibilidad” de anexionar el Área C, empezando por Maale Adumim.
Se enfrentan a sus ideas tanto los aliados del primer ministro, Benjamin Netanyahu, como el líder de la oposición, Isaac Herzog, que alertó durante el fin de semana que apoyar una anexión es “lavar el cerebro a la gente con mentiras, así como asegurar que podemos anexionarnos el Área C y que el mundo lo va a permitir”. Netanyahu ha dado la orden a los ministros de su coalición de no hablar de anexión.
El primer ministro, cuyo apoyo en las encuestas ha estado descendiendo, fue interrogado por la policía este lunes como parte de la investigación sobre si violó la ley al recibir regalos de ricos empresarios. Él niega cualquier delito y ha denunciado “años de persecución diaria contra él” y su familia.
En medio de los problemas políticos y legales de Netanyahu, Bennett parece cada vez más envalentonado. En las últimas semanas ha estado buscando sacar partido de los indicios de que una presidencia de Trump pueda alinearse más con su punto de vista político.
Bennett empezó con un discurso en el foro Saban en Washington en diciembre y prosiguió con una entrevista en el ultraconservador The Jerusalem Post en la que volvió a dejar clara su oposición al estado palestino.
“No creo en un segundo Estado palestino más allá del que tenemos en Gaza”, dijo al rotativo, diciendo que en su lugar propone un final progresivo del gobierno militar israelí en el Área C, mientras ofrece plena ciudadanía israelí a los 80.000 palestinos que allí viven.
Según su plan, los asentamientos judíos en Cisjordanía se incorporarían a Israel mientras que a las áreas restantes bajo la Administración palestina –conocidas como Áreas A y B– tendrían un grado de autonomía por debajo de la condición de Estado. “Esto sería menos que un Estado pero sería bastante”, aseguró. “Tendrían un Gobierno central y elecciones si así lo desean”.
Este lunes, en una entrevista con the Washington Post, Bennett rechazó que su plan viole el Derecho internacional, a pesar de la clara opinión de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU durante estos años y del extendido consenso internacional sobre este problema.
“No viola la legislación internacional porque eso sugeriría que ocupamos un Estado”, argumentó. “Y no lo hacemos. Nuca hubo un Estado palestino. Los británicos conquistaron la tierra de los turcos, los jordanos ilegalmente conquistaron Cisjordania a los británicos y nosotros los liberamos”.
La propuesta de Bennett no se corresponde con el consenso político israelí. Solo una tercera parte de los votantes apoya la anexión. Sin embargo, su éxito reciente al convencer a un debilitado Netanyahu para que apoyara otra normativa –una propuesta para legalizar de manera retroactiva asentamientos judíos sobre tierra privada palestina– ha demostrado su habilidad a la hora de sacar ventaja para la derecha en el debate político del país.
Traducido por Cristina Armunia Berges