Ucrania insiste en que Rusia planea un posible ataque a la central nuclear de Zaporiyia: “Colocó objetos similares a explosivos”

Las autoridades ucranianas vuelven a advertir de que Rusia puede estar planeando un ataque en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, que está bajo el control total de las tropas de Moscú desde los primeros días de la invasión y situada en la línea del frente en el sureste del país. Según dicen, ese posible ataque puede crear la impresión de que las fuerzas ucranianas han bombardeado la planta, pero no dañaría los reactores.

Si bien estas advertencias no son nuevas, Kiev las ha redoblado en las últimas semanas y ha urgido a la comunidad internacional a que eleve la presión sobre Moscú. El organismo de control nuclear de la ONU dice que sus expertos han inspeccionado partes de la instalación y no han visto indicios indicios de minas y explosivos visibles en la planta, pero han pedido más acceso para confirmar la ausencia de artefactos, en particular a los techos de dos de los seis reactores de la central.

En su discurso nocturno este martes, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, citó información de los servicios de inteligencia y repitió que Rusia podría estar planeando “simular un ataque” contra la central. Zelenski dijo que los militares rusos han colocado “objetos parecidos a explosivos” en el techo de varias unidades de energía de las instalaciones.

Zelenski se hizo eco de lo publicado unas horas antes por las fuerzas armadas ucranianas, que emitieron un comunicado donde aseguraron que, según “datos operativos”, se habían colocado “artefactos explosivos” el martes en el tejado del tercer y cuarto reactor de la central. “Su detonación no debería dañar las unidades de energía, pero puede crear una imagen de bombardeo por parte del Ejército de Ucrania”, dijo el Estado Mayor, que señaló que es posible que el ataque se produzca “en un futuro próximo”. “Ninguna provocación del enemigo prosperará”, concluye el texto.

Según la presidencia ucraniana, Zelenski abordó este martes en una conversación con su homólogo francés, Emmanuel Macron, las “peligrosas provocaciones” de Rusia en la planta en el sureste de Ucrania. Ambos líderes, según la misma fuente, acordaron colaborar con el organismo especializado de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), “para mantener la situación de la central bajo estricto control”.

El presidente ucraniano planteó también estas advertencias durante la rueda de prensa en Kiev con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el pasado fin de semana. “Existe una amenaza muy seria. Rusia está técnicamente preparada para provocar una explosión local en la central, que podría llevar a una liberación [de radiación]” para “demostrar que esta guerra es muy peligrosa para todos y decir que no han sido ellos”, dijo entonces el líder ucraniano.

“Estamos hablando con nuestros socios para que todos entiendan para qué quiere Rusia hacer esto. Tienen que presionar políticamente a Rusia para que no se le ocurra hacer esto. Es muy importante. Después de la debilidad en el campo de batalla de la parte rusa, están buscando cómo pararnos con actos terroristas, como la explosión de Kajovka”, señaló en referencia a la destrucción de la presa sobre el río Dniéper en Jersón a principios de junio, que causó inundaciones devastadoras en el sur del país.

La viceministra de Defensa, Hanna Malyar, ha asegurado que los servicios de emergencia llevan varios días entrenándose en cuatro regiones ucranianas –Dnipro, Zaporiyia, Jersón y Mykolaiv– para “superar las consecuencias de un posible” ataque contra la planta.

El viernes pasado, la Dirección de Inteligencia Militar de Ucrania (GUR) afirmó que las fuerzas rusas están “abandonando gradualmente” las instalaciones de la planta de energía. Unos días antes, aseguró que algunas partes de la central estaban siendo minadas –en concreto, el jefe de espionaje ucraniano, Kyrylo Budanov, dijo que se había minado el estanque que enfría los reactores de la central–. 

Antiguos trabajadores de la central explicaron a The Guardian que sería difícil dañar los reactores, protegidos con acero y hormigón. Sin embargo, dijeron que el pequeño estanque de refrigeración es más vulnerable. Oleksiy Kovynyev, antiguo ingeniero jefe, dijo al periódico británico una explosión en este estanque podría provocar una fusión nuclear parcial similar al accidente de Three Mile Island, ocurrido en 1979 en Pensilvania, en Estados Unidos. En este escenario, la mayor parte de la radiación quedaría contenida, según el diario.

El OIEA no ve indicios de minas y explosivos

El OIEA, que ha alertado una y otra vez de “la extrema fragilidad” de la situación de seguridad de la planta y tiene personal allí, no ha confirmado hasta ahora las preocupaciones sobre la colocación de minas y explosivos, pero no ha tenido acceso total para llevar a cabo controles.

En un informe publicado el viernes, el organismo de la ONU informó de que, durante sus inspecciones de partes del sistema de enfriamiento, sus expertos no encontraron indicios visibles de minas u otros explosivos. No obstante, en una actualización anterior dijo que su equipo estaba al tanto de la colocación previa de minas fuera del perímetro de las instalaciones y también en ciertos lugares dentro “que el personal de seguridad de la planta explicó que tenían fines defensivos”.

Sobre las advertencias de Kiev acerca de los preparativos ruso para un posible ataque, Grossi afirmó en una entrevista con France 24 que “no vio ese tipo de acontecimientos” durante su visita, pero también que “puede pasar cualquier cosa” en el futuro. “Eso es lo que me preocupa”.

“Nos tomamos todas estas informaciones muy en serio y he dado instrucciones a nuestros expertos en el sitio para que investiguen este asunto y soliciten el acceso que necesitan para hacer su trabajo. Hasta ahora no han observado ninguna mina u otros explosivos. Aún se necesitará más acceso”, dijo en otro informe el jefe del OIEA. Según explica, es esencial el acceso a los techos de las unidades tres y cuatro del reactor, así como el acceso a partes de las salas de turbinas y a algunas partes del sistema de refrigeración de la central.

Moscú también acusa a Kiev de planear un ataque

Moscú ha respondido con sus propias acusaciones. Renat Karchaa, asesor del jefe de Rosenergoatom, que gestiona la red nuclear rusa, ha dicho que Ucrania planea arrojar sobre la planta munición “impregnada de residuos nucleares” durante la noche del 5 de julio. “Al amparo de la oscuridad de la noche del 5 de julio, los militares ucranianos intentarán atacar la central de Zaporiyia utilizando equipos de precisión de largo alcance y drones kamikaze”, dijo Karchaa a la televisión rusa, según las agencias de noticias estatales.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Pesko, ha calificado la situación como “bastante tensa” y ha dicho que “el riesgo de actos de sabotaje” por parte de Kiev es “realmente alto”.

Ni Kiev ni Moscú han aportado pruebas sobre sus afirmaciones.

“Las autoridades rusas y ucranianas intensificaron su retórica en torno a la situación en la planta de energía nuclear de Zaporiyia, pero es probable que Rusia se centre en acusar a Ucrania de acciones irresponsables en torno a la central, incluido el establecimiento de condiciones para un posible ataque de bandera falsa”, dicen los expertos del think tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), que creen que es poco probable que “Rusia genere un incidente radiológico” en la planta nuclear en este momento.

Estos analistas subrayan que es poco probable que “el sabotaje ruso limitado” en la central nuclear del que Rusia podría culpar a Ucrania “pueda generar un incidente radiológico masivo”, ya que los reactores fueron construidos para soportar daños considerables. A juicio del ISW, declaraciones como la de Karchaa, e “incluso la posibilidad de una provocación tangible en la planta”, son probablemente “parte de una operación de información rusa más amplia destinada a acusar a Ucrania de irresponsabilidad en la central nuclear de Zaporiyia antes de la próxima cumbre de la OTAN [que se celebra la semana que viene en Lituania] y disuadir a las fuerzas ucranianas de llevar a cabo operaciones de contraofensiva contra la región de Zaporiyia ocupada”.

Las tropas rusas tomaron las instalaciones en marzo de 2022. Desde entonces, ambas partes se han acusado frecuentemente de bombardear los alrededores de la central, alimentando preocupaciones sobre un accidente nuclear. El OIEA lleva meses intentando, sin éxito, cerrar un acuerdo para garantizar la desmilitarización de la planta y reducir los riesgos de cualquier accidente nuclear.

Un informe del organismo de la ONU constató en septiembre que había destrozos, vehículos y equipamiento militar y personal en condiciones “extremadamente estresantes” bajo el control de las fuerzas armadas rusas. Imágenes de satélite demostraron que había daños en las instalaciones y vehículos blindados de transporte de personal situados a lo largo de una carretera cerca de los reactores.

Durante la guerra, la planta ha perdido varias veces toda la energía externa, lo que la ha obligado a recurrir temporalmente a los generadores diésel de emergencia del emplazamiento para obtener electricidad. La destrucción la presa de Kajovka –cuya agua se utilizaba para refrigerar sus seis reactores– provocó una caída rápida en el nivel del embalse y la planta ha dependido de reservas separadas de agua almacenadas.