La UE muestra su división sobre la prohibición total de visados a turistas rusos

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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El maestro de ceremonias lo tiene claro: es un asunto que divide a los 27. El Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha hablado de los visados a los turistas rusos a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores, un debate abierto que aborda la UE en una reunión en Praga este martes y miércoles: “Esto es algo que habrá que discutir. Las posiciones son diferentes, hay posiciones divergentes: algunos Estados miembros quieren una prohibición total, otros quieren simplemente trabajar en el marco del acuerdo de facilitación de visados [con terceros países de la UE]. No puedo adelantar el resultado final, pero estoy seguro de que podremos buscar un enfoque equilibrado de este problema siendo más selectivos”.

En efecto, como expresa Borrell, hay una serie de países –fundamentalmente los bálticos y Polonia– que piden una prohibición de la entrada de ciudadanos rusos a la UE, mientras que otros países apuestan por endurecer su entrada por la vía del marco actual de concesión de visados, afinando, además, a personas concretas a las que no permitir la entrada –empresarios, afines al Kremlin, etcétera–.

En este sentido, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha afirmado: “En el asunto de los visados, debemos mantener un equilibrio entre asegurarnos que nadie que participe en el esfuerzo bélico de Vladimir Putin pueda entrar en suelo europeo y, al mismo tiempo, asegurarnos de permanecer abiertos para todos aquellos sectores de la población que quieran comprometerse de buena fe con nosotros, porque esas personas son también el futuro de la relación pacífica que la Unión Europea quiere tener con el pueblo ruso. Creo que podemos encontrar el equilibrio adecuado. No debemos olvidar que ya existen muchas sanciones para todos aquellos que participen directamente en esta guerra injusta. Y. al mismo tiempo, aún podemos hacerlas más efectivas”.

Pekka Haavisto, jefe de la diplomacia finlandesa, país con 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, afirmaba: “Defendemos el aplazamiento del acuerdo de facilitación de visados, nosotros ya hemos tomado la decisión de limitar los visados de turistas al 10%. Espero que alcancemos la unidad sobre la reducción de la cantidad de visados”.

El ministro de Exteriores letón, Edgars RinkÄ“vičs, explicaba a su llegada a la reunión: “Esperamos una decisión firme y una discusión sobre la forma en que vamos a abordar los visados para ciudadanos rusos. Insistiremos en la prohibición de otorgar visados por razones de seguridad y también porque creemos que, en este momento, mientras Ucrania está sufriendo, no sería moralmente aceptable que los rusos todavía estén visitando Europa con visados de turista. Sabiendo cómo funciona la Unión Europea, no espero decisiones rápidas, pero al menos un debate serio sobre las opciones, sobre el camino a seguir y sobre la orientación política”.

Péter Szijjártó, ministro de Exteriores de Hungría, país refractario a las sanciones rusas desde el inicio de la invasión, ha sostenido: “Espero que aquí, cuando entremos en esta sala, nos concentremos en decisiones que traigan la paz y no nos enfrentemos a ningún tipo de propuestas que intensifiquen la guerra. Así que la paz es nuestro objetivo número uno. Paz cuanto antes. No creo que la prohibición de visados sea una decisión apropiada bajo las circunstancias actuales”.

En la misma línea, el ministro estonio, Urmas Reinsalu, defendía el veto a los turistas rusos: “Debemos abordar claramente la entrada de ciudadanos de la Federación Rusa en la Unión Europea. Tiene que terminar. Desde la perspectiva moral, desde la seguridad y también desde el alcance de las sanciones. Seguramente debería haber una lista de excepciones sobre diplomáticos y representantes humanitarios, así como de los valientes miembros de la resistencia civil que luchan contra el terror de Putin. En cuanto a los ciudadanos privados, deberían entender que hay consecuencias de la guerra. Lo que se paga con el dinero de sus impuestos son bombas que ahora matan a niños ucranianos, hospitales y jardines de infancia. Aunque la responsabilidad legal es de Putin, la responsabilidad moral también es de la sociedad rusa que, con su silencio, pasividad y aquiescencia, han legitimado de alguna manera las atrocidades y el genocidio que está teniendo lugar en Ucrania”.

La eslovena Tanja Fajon, afirmaba, por su parte: “Tenemos reservas sobre la prohibición de los visados a turistas porque podríamos perjudicar a los ciudadanos que quieren huir del régimen ruso. Sobre el acuerdo de facilitación de visados somos más flexibles. Vamos a ver cómo va la discusión”.

Catherine Colonna, ministra francesa para Asuntos Europeos, también ha mostrado dudas: “En el asunto de los visados, es importante saber distinguir entre los belicistas, en primer lugar el presidente ruso, su séquito y todos los que apoyan su esfuerzo bélico. Y, por otro lado, los ciudadanos rusos, los artistas, los estudiantes, los periodistas. Los primeros son los responsables de la guerra; los otros, no. Y deseamos y debemos seguir teniendo vínculos con ellos. También me gustaría recordar que los oligarcas rusos están bajo sanciones individuales, por lo que no son los que vendrán a hacer sus compras, ni en Francia ni en Europa.

El lituano Gabrielius Landsbergis, por otro lado, sostenía: “La posición de Lituania es que la cantidad de turistas que llegan a la Unión Europea debe reducirse radicalmente, si no cancelarse por completo”.