850 kilos de explosivo para atentar

Han sido hallados en el caserío de Legorreta, en Guipúzcoa. Aquí es donde se ha detenido a los presuntos etarras Igor y Aitor Esnasola, aún sin identificar. Se trata de una partida de nada menos que 850 kilos de nitrato de amonio junto a 13,5 de pentrita y 100 litros de combustible. Junto a este arsenal se han encontrado tres detonadores, material para fabricar bombas, etc.

Los detenidos, Aitor e Igor Esnasola, pertenecen al comando Erreka, del cual la policía francesa ya tenía información al menos desde el año 2002. Entre las labores que cumplían dentro de la banda terrorista se encuenntran el de suministrar todo el material incautado o servir de intermediarios para hacerlos llegar a otros destinos.

La operación ha terminado con la detención de ambos terroristas, los dos hermanos que llevaban tiempo colaborando con ETA, se ha llevado a cabo en un caserío de Legorreta y ha culminado con el arresto de ambos hermanos. Además, se ha investigado otra propiedad de la familia de los hermanos Esnaola Dorronsoro ubicado en el centro de Legorreta, municipio próximo a la A-1. Además hay que destacar que ETA intentó entrar en las instituciones a través de ambos hermanos. Fue en el año 1999, momento en el que ambos fueron candidatos por Euskal Herritarrok, EH, para concurrir a los comicios locales vascos.

La operación policial incluye una investigación de las actividades de los dos hermanos, que prácticamente concluiría en esa colaboración estrecha con la banda armada a la que abastecirían del material primario para la fabricación de explosivos o bien hacer de intermediarios. Sólo queda por saber si han participado de forma activa en alguno de los atentados perpetrados en su entorno más cercano, tales como el Hernani el 16 de enero de 2009.

En cuanto almacén en que habían convertido el mencionado caserío es el mayor hallado en España en 30 años y su cantidad apenas ha sido superada en otras ocasiones: por ejemplo, los 1.500 kilos que se hallaron en la localidad portuguesa de Óbiidos y con los que se pretendía atentar en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid (Torres KIO) o los 2.500 kilos de dinamita robados en septiembre de 2009.