A la intemperie tras el terremoto

En medio de las bajas temperaturas, muchos de los supervivientes del terremoto de 6 grados en la escala Richter que sacudió ayer la provincia de Elazig (en el este de Turquía) han pasado la noche en tiendas de campaña después de que sus viviendas quedaran seriamente dañadas por el temblor. El seísmo causó la muerte de 51 personas.

Según recoge hoy el diario turco Hurriyet, el gobernador de la provincia de Elazig ha asegurado que la localidad más afectada es Okçular, que quedó prácticamente destruida, y donde fallecieron quince de sus 900 habitantes. El terremoto sorprendió a muchas de las víctimas durmiendo, por lo que quedaron atrapadas bajo los escombros a los que quedaron reducidas sus casas de adobe.

Según los datos del Centro Sismológico Kandilli, la magnitud de 6 grados en la escala de Richter se alcanzó a las 4.32h. de la madrugada cerca del pequeño pueblo de Basyurt.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, así como el director del Centro Sisimológico Kandilli, Mustafá Erdik, han recomendado a la población que no entren en las casas dañadas, ya que éstas podrían venirse abajo con un nuevo temblor. Según el citado centro sismológico, desde el primer terremoto ha habido más de cien réplicas que han llegado hasta los 5.5 grados en la escala de Richter.

Además, el terremoto provocó que otras 34 personas hayan tenido que ser ingresadas como consecuencia de las heridas sufridas. La mayoría de los fallecidos ya han sido enterrados conforme a la tradición musulmana.

Entretanto, el gobernador de Elazig, Muammer Erol, anunció hoy que Erdogan ha enviado 500.000 liras turcas (unos 320.000 dólares) de su Fondo de Emergencia. “Distribuiremos la ayuda entre los supervivientes”, indicó, citado por la agencia Anatolia.