Al Qaeda quiere aprovechar la situación de Egipto
Los días pasan y la situación de división que vive Egipto sigue sin encontrar una solución. El pueblo pide en masa la dimisión del presidente del país, Hosni Mubarak , sin embargo, el mandatario y sus partidarios continúan aferrándose al poder. Ante este panorama, el Estado Islámico de Irak (ISI), la rama de la rede terrorista Al Qaeda en ese país, ha instado a los manifestantes egipcios a unirse a la Yihad e instaurar un régimen basado en la Sharia, según recoge un comunicado divulgado el martes en medios afines a esta causa y recogido por el centro estadounidense de control del Islam, SITE.
El ISI asegura que el “mercado de la Yihad” se ha abierto en Egipto, por lo que urge a sus seguidores en este país a participar en la guerra santa. Así, el “Ministerio de la Guerra” ofrece a los manifestantes hasta siete consejos para fomentar la violencia y la organización de células en este país, con el objetivo de derrocar a Mubarak.
Se trata de la primera vez que Al Qaeda se pronuncia sobre las revueltas populares en el mundo árabe, ya que hasta el momento se mantenía expectante.
Mientras la capital de Egipto, El Cairo, sigue congregando a cientos de miles de egipcios, cerca de un millón según las televisiones árabes, que piden la dimisión inmediata de Mubarak y ponen de manifiesto su rechazo a las medidas adoptadas hasta ahora por éste para relajar la tensión.
Entre estas medidas se encuentra la anunciada por el vicepresidente del país Omar Suleiman, se trata de la formación de una “comisión constitucional, que supervisará las enmiendas a la Constitución y las enmiendas legislativas que se requieran”. Asimismo, ha asegurado que está en marcha “una hoja de ruta clara con un calendario fijo para cumplir con una transferencia pacífica y organizada del poder”.
Según informa el diario independiente Al Masri al Youm, la comisión formada por Mubarak está compuesta de once expertos legales que deberán elaborar propuestas para la enmienda de tres artículos de la Constitución, en concreto para modificar las condiciones para ser candidato a la presidencia, limitar el número de mandatos del presidente y restablecer la supervisión judicial plena de los comicios.
Dicho comité lo encabeza el magistrado Serri Mahmud Siam, un firme partidario del régimen de Mubarak, según el diario, que contribuyó a redactar las enmiendas constitucionales introducidas en 2007 en 34 artículos y que la oposición y los grupos de Derechos Humanos calificaron de insconstitucionales. Entre otras cosas, prohibían la actividad política pacífica, en particular la de los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor del país.
Sin embargo, entre los miembros del comité figuran también Ahmed Kamal Abuel Magd, un defensor de los Derechos Humanos; Ahmed Mekki, un magistrado reformista, y Yehia el Gamal e Ibrahim Darwish, claros opositores al régimen de Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes han pedido a la nueva comisión que “encuentre una solución para que cualquier enmienda constitucional se aplique inmediatamente para restaurar la dignidad de todos los egipcios, que merecen vivir una vida digna y libre de la opresión y la corrupción”.
En este sentido, consideran en un comunicado que el gobierno “no ha cumplido con las demandas de los ciudadanos y se ha quedado corto”. “Las demandas del pueblo se mantienen, ya que han perdido la confianza en cualquier autoridad y han comenzado a cuestionarse la seriedad de los cambios prometidos”, subraya el grupo islamista.
Terceros países
La crisis egipcia sigue manteniendo en estado de alerta a terceros países, con intereses particulares en la región, y a la comunidad internacional en su conjunto. Sin embargo, desde Estados Unidos se han querido desmarcar de las críticas de injerencia asegurando que los egipcios serán los que decidirán su propio futuro, según informó este miércoles el portavoz de la sede presidencial, Robert Gibbs.
“Quién debe dirigir Egipto es una decisión que solo puede ser tomada por los egipcios
[...] Debe ser un proceso que envuelva directamente al pueblo egipcio“, dijo Gibbs durante la rueda de prensa diaria, según recoge el comunicado divulgado.
En este sentido, el portavoz advirtió de que los manifestantes no admitirán una vuelta al statu quo, por lo que apuntó la necesidad de “iniciar un proceso genuino y real que se lleve a cabo sin demora y que produzca resultados inmediatos e irreversibles”. Si bien, instó a desarrollarlo sin violencia.
Así, Gibbs rechazó las acusaciones de injerencia contra su administración y defendió su “legítimo” interés en dichos acontecimientos al señalar que la asociación entre Estados Unidos y Egipto ha contribuido a estabilizar la región y que la incapacidad de los gobiernos para atender las demandas de la población podría romper esta calma.
Además, el portavoz recordó los esfuerzos diplomáticos que Washington está realizando para entablar un diálogo entre miembros de la sociedad civil, políticos y gobierno de Mubarak, con el objetivo de propiciar el ansiado cambio en el país árabe.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha señalado una vez más la urgencia de una transición pacífica y ordenada en Egipto e instó al gobierno a iniciar un proceso incluyente en el que se discuta el proceso de reformas.
En declaraciones a la prensa tras informar al Consejo de Seguridad sobre su viaje reciente por Europa, Ban dijo que los detalles de ese proceso deberán ser definidos por el pueblo egipcio. “Es importante que los líderes del gobierno y la gente que ha estado pidiendo cambios se comprometan en un diálogo genuino sobre lo que será mejor para su futuro”, apuntó.
Ban afirmó que los egipcios están frustrados y recordó que corresponde a sus gobernantes escuchar atentamente las preocupaciones y aspiraciones legítimas de sus pueblos.
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