Descenso global de la mortalidad infantil, pero con diferencias

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En los últimos diez años la tasa global de mortalidad infantil ha descendido un 28%. Sin embargo, estos datos esconden que los verdaderos avances en materia de prevención de mortalidad infantil se han producido sobre todo entre los sectores más favorecidos de muchos países, mientras que los sectores más pobres siguen sin ver una mejoría de su situación.

Así lo ha denunciado la ONG Save the Children con la presentación de su informe Las cifras engañan, donde hace remarcar que si los esfuerzos se hubieran repartido de manera equitativa se podrían haber salvado muchas más vidas de niños y niñas en todo el mundo, llegando a evitar cuatro millones de muertes infantiles.

Uno de los aspectos más importantes para Save the Children, que ha remarcado durante su presentación del informe el presidente de la organización, Eduardo González, es la necesidad de centrar la atención en repartir los recursos de una manera equitativa, algo que no siempre se tiene en cuenta. Como ejemplo de ello, González cita el caso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), de los que reducir la mortalidad infantil es el cuarto.

Una de las decisiones tomadas tras la última cumbre de las Naciones Unidas sobre los ODM , celebrada en Nueva York la semana pasada, ha sido la de destinar 40.000 millones de dólares para mejorar las condiciones de salud de la mujer y de los niños en todo el mundo. Para el presidente de Save the Children, aunque esta ayuda sea algo a agradecer a la ONU, hay que prestar mucha atención a la manera en que será aplicada, para la que se requiere “un esfuerzo político importante”.

El reto más importante para González y para la asociación que preside está ahora en lograr que la mortalidad infantil descienda en los sectores menos favorecidos de las sociedades, pues “es más fácil” avanzar entre los grupos más aventajados. En este sentido, la organización señala las divergencias que existen en la forma de aplicar las ayudas en diferentes países.

Así, mientras que en países como Ghana, Mozambique, Níger o Bolivia se ha avanzado en la lucha contra la mortalidad infantil y se ha progresado en equidad, otros como Bangladesh o Marruecos sólo han logrado que el porcentaje de niños que mueren por enfermedades fácilmente curables (como la diarrea o el sarampión) haya descendido, sin que, por el contrario, se haya reducido la brecha que separa a los más pobres de los más ricos. Peor es la situación de aquellos países en los que apenas se ha avanzado en ninguno de los dos índices, como Mali o Pakistán, y de aquellos en los que, en lugar de haberse reducido la mortalidad infantil, ésta ha aumentado y, además, no se tienen en cuenta las diferencias entre ricos y pobres, como Kenia o Ruanda.

Según Save the Children, para lograr la reducción de las tasas de mortalidad infantil tanto en los sectores más favorecidos como en los menos, hay que prestar atención a cuatro áreas básicas, como son la nutrición, el saneamiento, la igualdad de género y la prevención social.

La importancia de la educación en la infancia

La presentación del informe ha contado con la presencia de Shirin Ebadi, activista pro derechos humanos iraní y de Mira Sorvino, actriz estadounidense y embajadora de buena voluntad de la ONU contra la trata de personas. Las dos han sido premiadas por Save the Children por su labor en la defensa de los derechos de los niños junto con la ex primera dama de Francia Danielle Mitterrand, el fotógrafo brasileño Sebastiao Delgado y el tenor español Josep Carreras.

Ebadi ha destacado la importancia que ha tenido el Convenio Internacional sobre los Derechos de los Niños adoptado por la ONU en 1989, firmado por todos los países salvo por Estados Unidos y Somalia, gracias a lo cual muchos de los aspectos concretos se han ido transformando a lo largo de estos años en conceptos del Derecho Internacional, siendo el más importante de ellos, según Ebadi, el deber de los Estados de atribuir el máximo de sus posibilidades para asegurar la supervivencia de los niños.

A pesar de ello, Ebadi ha señalado que “los niños siguen estando olvidados en muchos países” y que muchos viven por debajo del umbral de la pobreza y no tienen acceso a la educación o a las vacunas.

La educación es uno de los puntos a los que más importancia atribuye Ebadi. No sólo desde el punto de vista de los recursos que se destinan a tal fin (la activista iraní ha destacado que hay países, como Birmania, donde “hay más ciudadanos pagados para matar que para educar”), sino también en la manera en que se educa a los niños de todo el mundo. Para la activista iraní uno de los riesgos que amenaza la paz de los más pequeños es que desde la infancia se tiende a “banalizar la guerra” a través de los juegos y las películas a los que están expuestos los niños.

Luchar contra la trata de personas

Por su parte, Mira Sorvino se ha centrado en la trata de personas, lucha contra la que está involucrada y que le ha llevado a verse “literalmente incapaz de dormir” por las historias que ha escuchado en el tiempo que lleva trabajando en este campo. El panorama que ha presentado es bastante grave, sobre todo si se tiene en cuenta las cifras que se estiman sobre el número de personas que han sufrido algún tipo de esclavitud sexual: 10 millones de personas, de las cuales sólo 21.000 habrían sido rescatadas de su situación.

A pesar de ello, se ha mostrado optimista al compararlo con lo que ocurrió en su país natal, Estados Unidos, donde se consiguió erradicar la esclavitud, que llegó a afectar a una octava parte de su población. Para lograr acabar con la trata y otras formas de explotación de las personas, la actriz considera que son fundamentales las acciones que lleve a cabo cada individuo, como no comprar productos que sepamos que han sido producidos cometiendo algún tipo de violación de los derechos humanos o no ser cómplices de la prostitución ilegal: “el tráfico de personas continúa existiendo porque lo toleramos”, ha asegurado.

Fotos cedidas por: Pep Bonet/Save the Children

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