El año se saldará con el cierre de siete de cada diez inmobiliarias en La Rioja
El 70 por ciento de las inmobiliarias existentes en La Rioja en 2007 habrán cerrado sus puertas antes de que finalice 2008. Así lo asegura el presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI) y director general de Inmobiliaria Iregua, Óscar Martínez Solozabal.
El descenso de las ventas, tanto de vivienda nueva como de segunda mano, ha sacudido con fuerza el sector y lo que el año pasado fue un descenso de un 40 por ciento, en 2008 se ha convertido en un 60 por ciento de caída difícilmente asumible por un sector inflado artificialmente bajo el paraguas del 'boom' inmobiliario.
“Durante los últimos años las inmobiliarias de multiplicaron por 30 o 40, por ejemplo en Logroño; ahora se volverá a las cifras de antes”, explica Martínez Solozabal. Una normalización del sector que, aunque previsible, no se pensó que derivara en una precipitación tan “brusca”. Y es que el sector contaba con una bajada de la demanda, de los precios de la vivienda, de la propia construcción, pero no con la incertidumbre que actualmente se cierne sobre el sistema financiero.
La fuerte subida de tipos de interés y del IPC tampoco han sido de gran ayuda para un negocio, que se ha visto enfrentado a una situación crítica “bastante más fuerte de lo que se esperaba”. En ella, todo cuenta, incluida la marcha de muchos inmigrantes; aquellos, precisamente, que adquirían las viviendas más difíciles de colocar. Ahora, en cambio, regresan a sus países o, simplemente, entregan sus llaves porque no pueden pagar la hipoteca. Pero no son los únicos. El problema del paro se extiende y con él la capacidad de afrontar los recibos. “Y es que, en un país donde mucha gente no llega siquiera ser 'mileurista', con hipotecas a 40 años, ¿qué puede esperarse?”, añade Martínez Solozabal.
MÁS ALQUILER Y CAUTELA EN LA COMPRA
Ahora sólo queda esperar que la recuperación sea lo más rápida posible, aunque el presidente de APEI sospecha que suceda más bien lo contrario. Frente a ello, pide muchas más medidas que las anunciadas por el Gobierno de España. “Está bien que se apoye a los bancos, pero si ese dinero que se les va a aportar es para saldar sus deudas, ¿de qué nos sirve?”, se pregunta.
A cambio, Martínez Solozabal demanda, por ejemplo, una mayor atención al alquiler. “Fomentarlo, a través de una mayor protección jurídica a los arrendadores o la creación de más vivienda destinada a renta, permitiría crear un mercado más abierto”, asegura. Según él, así, el propio precio del alquiler acabaría bajando y, con él, el de la vivienda en venta.
Una transformación de la mentalidad de los ciudadanos españoles también sería necesario. Alquilar en lugar de comprar y adquirir pisos adaptados a las posibilidades reales de cada uno serían, según Martínez Solozabal, objetivos prioritarios. “La gente no puede comprar su primer piso y querer el mejor”. Hay que ir paso a paso, de una vivienda más sencilla a una mejor con los años: ése es su consejo.
Luego, están las comunidades autónomas y sus particulares políticas de incentivo económico. “Sería necesario un modelo único en todo el país”, asevera el presidente de APEI.
Mientras tanto, entre dimes y diretes, medidas de unos y de otros, y debates de toda índole, las tornas en el sector cambian día a día para tender, ahora, la 'vara de mando' al comprador. “Él es quien marca el precio, el que dispone hoy de un buen momento para comprar”, advierte Martínez Solozabal. La oportunidad se presenta mejor que hace unos años para el ciudadano. Se tiene más posibilidad de negociación, más productos donde elegir a menor precio (sólo la vivienda de segunda mano ha bajado ya entre un 10 y un 30 por ciento) y mucho más tiempo para decidirse. Eso sí, se trata de una oportunidad limitada por los de siempre, los bancos, que hoy ya no conceden tan fácilmente sus, antes, tan laudadas hipotecas.
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