El Logroñés, en cuadro

El Logroñés ha salido del partido contra el Valladolid B como si de una batalla se tratase. El parte de lesiones asusta, sobre todo porque el equipo empieza la semana sin siete jugadores habituales y con otro más sancionado. Es decir, de los 19 que tiene en plantilla, Abadía sólo podría convocar ahora mismo a once jugadores.

Omar y Eneko siguen KO. El delantero sufre una rotura fibrilar en el gemelo, mientras que a Eneko se le ha reproducido una rotura anterior, por lo que su participación en el equipo sigue siendo lejana. Mientras, Zeki y Cyril, que fueron sustituidos por lesión en el partido ante el filial vallisoletano, presenta un parte complicado. Al primer se le ha detectado un esguince en el tobillo, mientras que el francés está a la espera de que su golpe en el tobillo no se traduzca en rotura.

Santamaría, que jugó infiltrado y sólo aguantó 45 minutos sobre el campo (tras la expulsión de Stef, Abadía decidió sustituirlo), sigue con sus molestias y necesita de una resonancia para conocer el verdadero alcance de sus molestias. Finalmente, el que menos problemas parece tener es Jorge Campos, aunque habrá que ver cómo evolucionan las fuertes molestias de su rodilla.

Lo que más preocupa en el seno del equipo es la recuperación de Raúl Heras. El portero logroñés, con una microrotura en el isquio, es la única opción del equipo de cara la meta del próximo domingo. Con Stef expulsado con roja directa y pocas posibilidades, por no decir ninguna, de que el comité retire la sanción, Abadía sólo tiene la opción de Heras o de jugar con un portero juvenil ante la durísima Ponferradina, que recibirá al Logroñés espoleada por su derrota del domingo. Y con el Balsamaiso jugándose la permanencia, ¿cómo completará el técnico del Logroñés su convocatoria si la tempestad no amaina?