El Super Social

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Cuando la crisis aprieta los bolsillos españoles, surgen ideas como la de Consuelo de Miguel, una extremeña, asistente social con experiencia en proyectos de esta índole, que ha abierto en la ciudad de Plasencia el primer supermercado social de España. Este proyecto no tiene ánimo de lucro, y ha surgido de la iniciativa privada de su promotora.

La condición para comprar en este supermercado es, exclusivamente, acreditar ingresos bajos, aunque no hay límite de renta preestablecido, ni los criterios son rígidos. Según Consuelo de Miguel, lo que intenta este proyecto es dar amplia cobertura a situaciones de exclusión, que afirma, son “muy variadas”.

Los productos que pueden comprarse en este establecimiento son de buena calidad y no están próximos a su fecha de caducidad, como mucha gente cree. En las estanterías existen, incluso, productos de algunas marcas conocidas. De las pocas cosas de la cesta de la compra a las que no se puede acceder es al alcohol, que no se comercia allí.

La iniciativa de Consuelo de Miguel se ha puesto en marcha a través de la colaboración de algunos empresarios, que le han vendido al supermercado comida a precios muy bajos, junto con el dinero que han aportado la dueña del establecimiento y una colaboradora a través de un crédito bancario. Hasta el momento, no han recibido ayudas económicas del ayuntamiento de su ciudad, y están a la espera de alguna de la Junta de Extremadura.

Todo el acondicionamiento del local se ha hecho con el mínimo presupuesto, y con la ayuda de amigos de la promotora de esta idea. Según de Miguel, es un establecimiento “humilde”, pero eficiente para cumplir con su labor. El local, de casi 1000 metros cuadrados, ha sido cedido de manera manera gratuíta por unos empresarios locales.

El supermercado es atendido diariamente por siete trabajadores, todos son parados de larga duración, y tienen algún tipo de minusvalía física o psíquica.

El establecimiento aúna integración social y ayuda a familias que no llegan a ser mileuristas entre todos sus componentes, con productos un 30% más baratos. Para ello, los clientes serán evaluados para certificar cuál es su estado económico. A los que superen esta primera prueba, se les entregará un carné de usuario.

En septiembre del pasado año, en Austria se creó una tienda similar a la que se ha instalado en Plasencia. También concebida para que personas con ingresos bajos pudieran comprar productos de primera necesidad a precios un 30% más baratos de la habitual, y al igual que la extremeña, tuvo una gran acogida.

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