El Unicaja logra un trabajado triunfo
El Unicaja ha comenzado con una victoria (84-73) su andadura en la Euroliga, en un encuentro en el que se vio obligado a remontar a un Spirou de Charleroi que se mostró como un conjunto competitivo e hizo pasar apuros a los malagueños.
La actuación de un Guillem Rubio que, a pesar de llegar al descanso del encuentro con sólo una canasta anotada, terminó como máximo anotador con 22 puntos, y la responsabilidad tomada por Tripkovic y Freeland, que mantuvieron al equipo en los momentos más complicados, fueron clave para conseguir el triunfo.
Y es que comenzó el partido con muchísima fuerza el conjunto belga, castigando la mala salida cajista con un parcial de 0-13. El ex de Unicaja Gomis volvía con fuerza a la que fue su casa, liderando en el arranque a los suyos.
Ante la avalancha de juego del Spirou, Aíto García Reneses se vio obligado a pedir un tiempo muerto, tras el cual el equipo mejoró en defensa, donde sufría sobremanera, incapaz de frenar a hombres como Gomis, Greene o Wright. Pero sobre todo, de la mano de Tripkovic y Archibald, el Unicaja mejoró en ataque, consiguiendo terminar a sólo 8 puntos de su rival (16-24), en un cuarto que llegó a ir perdiendo de 17.
Este buen final del primer cuarto permitió al cuadro malagueño afrontar con confianza el segundo, en el que la mejora del tiro exterior les permitió ir limando poco a poco la distancia en el marcador. En este segundo periodo, la gran actuación de Tripkovic y sobre todo de un Freeland que se echó el equipo a la espalda, anotando bajo la canasta, acercó a los cajistas en el marcador. Sin embargo, el equipo de Charleroi continuaba haciendo mucho daño con los rápìdos contrataques dirigidos por Gomis y Mallet.
Con todo, y sin llegar a dominar claramente en el juego, el Unicaja se acercó hasta empatar a 34 puntos. Los belgas volvieron a distanciarse levemente, amparados en la potencia física de sus hombres altos Wright y Greene, pero esta reacción quedó en algo anecdótico, ya que los locales, muchos más concentrados y aplicados en defensa que en el comienzo del encuentro, no se dejaron sorprender y consiguieron llegar al descanso a sólo dos puntos de su rival (42-44).
Ya en el tercer episodio del partido, los cajistas, conscientes de que sin hacer su mejor partido estaban aún muy vivos, salieron más enchufados en busca de la victoria. Y a este cambio de actitud, se sumó la aparición estelar de un Guillem Rubio que aportó tranquilidad al juego ofensivo costasoleño, y destacó por conseguir la facilidad a la hora de encestar que les estaba faltando a sus compañeros. El propio Rubio, con un gran triple a los 5 minutos y medio del tercer cuarto, colocaba a su equipo por primera vez en el partido por encima en el marcador (50-48).
CÓMODO CON EL RESULTADO A FAVOR
Con el resultado a favor, el Unicaja se sacudió la presión que lo atenazaba y dejó ver su mejor versión. Fruto de esta confianza, llegó un gran 'alley oop' de Freeland a pase de McIntyre, que terminaba de derrumbar la moral de los belgas. A falta de 5 minutos para el final, los de Aíto alcanzaron una diferencia de 10 puntos en el marcador, por lo que la idea de una machada del Spirou, que había sobrevolado durante la primera parte el Martín Carpena, se disipaba de forma casi definitiva.
De ahí hasta el final, el Spirou trató, de manera infructuosa, de volver a meterse en el partido, con ayuda del buen papel de jugadores como Mallet y Greene. Pero para entonces el Unicaja había tomado el pulso al encuentro y aprendido de sus propios errores, mientras que los jugadores del equipo belga perdían la seguridad en su juego, aunque no las ganas y la pelea de la que hicieron gala durante todo el partido. A falta de 24 segundos, un triple de Berni colocaba el 81-71 en el marcador, firmando la sentencia del encuentro.
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