Halloween no entiende de modas
La tradición americana de disfrazarse de personajes de terror la noche del 31 de octubre no termina de calar en la sociedad española. A pesar de ello, algunos jóvenes deciden vestirse para la ocasión tratando de asustar al personal.
En cuanto a la moda, el propietario de la tienda El Carrusel de Logroño, José García, asegura que “cada uno se disfraza del monstruo que más le gusta, no hay cada año algún personaje que predomine entre los demás”.
La crisis también ha llegado al mercado de los disfraces, García apunta que “este momento económico hace que mucha gente no compre el traje entero, sino que adquieran algún complemento para pasar esta noche de Halloween”.
Entre los complementos más solicitados están las camisetas, las máscaras de mostruos o pegatinas de heridas con sangre, “y la gente se viste con ropa negra y no se gasta más 10 euros”. Aunque, asegura que “los disfraces enteros tampoco son caros, los hay desde 6 euros y hasta 25 o 30, luego depende de lo que uno se quiera gastar”.
La noche del 31 de octubre, en Estados Unidos, la mayoría de los niños y jóvenes se visten y pasan por las casas diciendo la frase 'Truco o trato' con el fin de recibir caramelos, juguetes y en el mejor de los casos, dinero.
Las calabazas son el decorado predominante en los hogares estadounidenses. En España, la influencia americana llegó hace unos 8 años, y con ella, los más pequeños comenzaban a dibujar máscaras en las clases de inglés, después, los más atrevidos iban de puerta en puerta en busca de los ansiadas chucherías.
José García afirma que “en España nunca se celebrará como en EEUU, allí la tradición está muy arraigada y sin embargo, aquí, tenemos otro concepto del día de Todos los Santos. En España lloramos a nuestros muertos, y porque en América esta fecha se celebre de manera divertida, no se va a extrapolar a nuestro país”.
En cuanto a la competencia que existe para las tiendas de disfraces, el propietario de 'El Carrusel' asegura que “ahora se han apuntado al carro de estos productos, no solo los chinos que tienen de todo, sino las jugueterías y otros establecimientos, y es que la crisis la notamos todos y hay que diversificar el producto para intentar vender más”.
A pesar de que la tradición no está muy instalada en España, deseamos suerte a los niños y jóvenes que se disfracen y visiten las casas, para que quien les reciba sea generoso y les surtan de golosinas y caramelos.
0