El hijo del matrimonio del crimen de Los Lirios, por el que un hombre está acusado de matar presuntamente a su mujer el 13 de octubre de 2020, ha asegurado que su padre no viajó aquella noche de Gumiel de Mercado (Burgos) a Logroño. “Vino a ayudarme con la vendimia y esa noche nos fuimos juntos a la cama, es imposible que en una casa vieja yo no me diera cuenta de que mi padre se levantara, cogiera el coche, se fuera a Logroño, volviera y yo no me enterase”.
Además, ha señalado, en referencia a una posible indemnización: “Si a mi padre le meten en prisión no quiero ningún dinero sabiendo que se está cometiendo una injusticia”. Entre lágrimas en su declaración ante el Juez y el Tribunal Popular ha dich en dos ocasiones: “Si tuviera la más mínima duda (de que lo hizo él) yo no estaría aquí. Mi padre no asesinó a mi madre”. “Solo quiero justicia, saber quién es el culpable y quién mato a mi madre”, ha añadido.
También ha negado también que sus padres tuvieran discusiones graves o que ella se quisiera divorciar. “Mi madre se desvivía por los dos. Nos atendía con todo su corazón. De mi padre se han dicho barbaridades, no ha faltado dinero en casa, no le he visto faltar una noche en casa”.
Sobre los días cercanos al suceso, el hijo -de 34 años actualmente- ha explicado que el día antes de encontrar el cuerpo de su madre, el 12 de octubre de 2020, estuvieron juntos trabajando en Gumiel. Según ha declarado el hijo, después de estar trabajando llegó a casa y su padre estaba allí. “Tuvimos una conversación normal, hablando del trabajo y nos fuimos a la cama a la vez porque al día siguiente había que terminar los trabajos”, ha dicho sobre la noche de los hechos. “Mi padre se fue a dormir y estoy seguro de que no salió en toda la noche”.
Además, ha querido recalcar: “En una casa de pueblo vieja que coincide que en el pasillo se mueven las baldosas, que mi padre bajara, cogiese el coche debajo de la ventana de mi casa, es imposible que se levantase, se marchase y volviera sin que yo me diera cuenta”. En su relato -prosigue- “a la mañana siguiente coincidimos por la mañana pronto, sobre las 07,00 horas” y, aunque no recuerda desayunar juntos, “después nos volvimos a ver y me ayudó con el trabajo”. En concreto, se fue a llevar unos papeles (un libro de campo y unos registros de entrada de uva) que debían entregar una bodega.
Tras pasar la mañana, padre e hijo se despidieron porque su padre volvía a Logroño y, finalmente, a media tarde del 13 de octubre, cuando su padre descubrió el cadáver de su mujer en el interior del domicilio, sobre las 18,30 horas, ha recordado: “Me llamó y me dijo que se había encontrado a su madre en el suelo, con mucha sangre y que estaba fría”.
Una vez conocida esa situación, viajó con un primo a Logroño. “No me lo podía creer. En esos momentos no piensas en nada, solo en que se ha muerto tu madre”. Cuando llegó a Logroño y vio a su padre, ha relatado que se “abrazaron llorando” y que no le dejaron hablar con él. “Me cogió una psicóloga para ayudarme”. Según ha declarado el hijo, “sí que parecía que se había suicidado pero a los cuatro días, pensándolo con la cabeza un poco más fría, pensamos que era imposible que mi madre se hubiera suicidado. La tenían que haber matado”.
“Mis tíos -los hermanos de su madre- han venido poco a Logroño, no he visto relación entre ellos ni siquiera en el pueblo (Gumiel). Yo creo que se han unido tras la muerte de mi madre, para esto. Han vivido todos juntos en el mismo pueblo y no se han juntado ni para cenar en navidades”, ha finalizado.