Las hermanas de la mujer asesinada en su casa de Logroño confirman que se quería separar: “No aguantaba más”
Un Policía Nacional, encargado de analizar el teléfono del acusado del crimen de Los Lirios, ha indicado que tras el análisis del posicionamiento de las antenas, “no se pudo probar que se realizase el viaje” entre Gumiel de Mercado (Burgos) a Logroño la noche del crimen, la madrugada del 13 de octubre 2020. También hoy han declarado personas de la víctima y el acusado que han transmitidas versionas contradictorias. Un amigo del acusado ha dicho que eran “una pareja normal” mientras que otras compañeras de trabajo han reconocido que la víctima les dijo “que estaba triste y que se quería divorciar”. Así lo han declarado en la la tercera jornada del juicio contra un acusado de asesinar con alevosía a su mujer.
Ante de la declaración de los policías encargado del análisis del teléfono móvil del acusado, la defensa ha considerado “bastante sorprendente” que no se pueda probar su trayecto ni que hubiera grabaciones de cámaras de seguridad en el entorno del domicilio. Por su parte, el Fiscal ha visto “extraño” que el acusado comprara un móvil nuevo el 30 de octubre de 2020, apenas 20 días después del crimen, cuando hacía menos de mes y medio que se había comprado otro.
Otro agente de la Policía Nacional ha corroborado -al igual que otros de sus compañeros- que el escenario del crimen “era caótico, llamaba mucho la atención y había mucha sangre”.
El entorno de la víctima y del acusado
En este tercer día del juicio, algunos de los amigos del acusado han dicho que eran “una pareja normal” mientras que otras compañeras de trabajo han reconocido que la víctima les dijo “que estaba triste y que se quería divorciar”. Incluso una testigo ha declarado que el marido “se marchaba muchos días de casa a mediodía a comprar el pan y no volvía hasta el día siguiente”. “Ella me decía que en esas noches se podía gastar 2.000 o 3.000 euros. Estaba triste”, ha dicho.
El primero en declarar ha sido un amigo del acusado, que ha contado que en los 30 años de amistdad no les había visto discutir nunca, “él siempre ha estado pendiente de su mujer, y más cuando ella estaba enferma”, ha defendido. También ha dicho que a ninguno de los dos les había oído decir que se quisiera divorciar y que “jamás en la vida” ha visto a su amigo “gritarle o levantarle la mano a su mujer”. Este hombre también ha declarado que la relación con la familia de la víctima “era la justa”.
Este testigo fue una de las primeras personas a las que el acusado llamó cuando descubrió el cuerpo de su mujer en el suelo de su domicilio. “Me llamó sobre las 18,30 horas de la tarde de aquel día y me dijo que su mujer se había suicidado. Cogí el coche y fui a su casa”. ha declarado puntualizando que se quedo en el rellano, aunque la puerta estaba abierta y vió “a la víctima con un cuchillo al lado de su cuerpo”. “Mi primera impresión también fue que se había suicidado”.
También ha reconocido también que durante las horas después del crimen, el acusado “estaba en shock, fuera de sí”. Con el transcurso de los días -prosigue su declaración- ya se convenció de que había sido asesinada pero el primer impacto fue ese. “Oyendo y viendo, la primera impresión que me dio es que se había suicidado”.
En el juicio de hoy también ha comparecido una compañera de trabajo de la víctima desde el año 2010 que, además, era vecina del entorno y, finamente, se convirtieron en amigas. Ha reconocido que la víctima no solía entrar en detalles de su vida privada. Sobre la relación entre el matrimonio, ha explicado: “Sí que alguna vez me dijo que llevaba desde los 14 años con su marido y que llega un momento en el que te cansas de las cosas, pero como una conversación más, no me dijo que se quisiera separar o no”. “La gran preocupación” de la víctima “era su hijo”, ha destacado. De la tarde cuando el marido descubrió el cuerpo de la víctima que el marido le llamó y le dijo: “Baja que se ha suicidado”. “Me quedé en shock”.
Por su parte, otra compañera de trabajo ha revelado que tres años antes del crimen, la víctima le dijo que se quería separar. “Estaba muy triste, no por nada en concreto, pero sí que me dijo que no se llevaban bien...”, ha contado. A ello ha añadido que también le contaba que “a veces se marchaba al mediodía a por pan y no volvía hasta el día siguiente y que a veces se gastaba en esas noches 2.000 o 3.000 euros. También me contó que solía llegar bebido y ella quería romper esa relación”, pero quería esperar a que su hijo tuviera su propio camino, “encarrilado en su negocio”. Recuerda que, tras ese día, no volvió a hablar con la víctima de forma tan íntima pero, alguna vez en el lugar del trabajo, “también me repetía que estaba triste”.
Declaran los familiares de la víctima
Familiares de la víctima han asegurado también ante el Juez que desde hace tiempo la víctima decía que “se quería divorciar” porque “ya no podía más con la situación”. Es más, según ha reconocido una de las hermanas, en los últimos tiempos, meses antes de su presunto asesinato: “Estaba decidida a hacerlo, ella me decía que no estaba viviendo y que quería vivir”.
Ha subrayado que tanto la víctima como el ahora acusado “hacían vidas separadas” desde hacía tiempo y su propia hermana le dijo, antes del suceso, “que estaba decidida a separarse”. Es más, ha añadido, “me manifestó esa idea según lo que le dijera el Tribunal Médico” que, precisamente, tenía al día siguiente de su asesinato para que le dijera si podía volver a trabajar o no ya que tenía una dolencia en la espalda y llevaba tiempo de baja.
En su declaración en el juicio, y a preguntas de la Fiscalía, la hermana ha asegurado que la víctima le había dicho en varias ocasiones que “no aguantaba más la situación”. Y con respecto si creía que su hermana tuviera miedo a separarse, ella ha respondido que “más que temor” hacia ella “tenía dudas de si su marido podría tomar alguna represalia contra su hijo”. “Igual la monta”, ha recordado que le dijo.
Por su parte, y respondiendo a la defensa del acusado que no entiende cómo ningún hermano se acercó a Logroño cuando sucedieron los hechos, ha explicado que “en un primer momento” nos dijeron que “iba a venir al pueblo” (en Burgos) y “nos íbamos a ver todos allí”. Además -ha indicado- hay que recordar que estábamos en tiempo de pandemia y los hermanos estamos separados por diferentes localidades. Cuanodo conocieron más en detalle la situación, “nosotros queríamos dejar trabajar a la justicia y no meternos pero decidimos hacerlo como Acusación Particular cuando vimos que no teníamos ninguna información y nos enteramos que podría ser un crimen machista”, ha declarado.
Finalmente ha querido lamentar que “a día de hoy -cinco años después- todavía no sabemos dónde está enterrada”. “No nos cogen el teléfono” (en referencia al marido y al hijo de la víctima).
Por su parte, una sobrina de la víctima también ha coincidido en decir que su tía le manifestó que se quería divorciar pero que “era muy cobarde” y no lo había llevado nunca a término. “Me llamó por teléfono para decirme que su matrimonio estaba roto hacía mucho tiempo y que ella había intentado separarse muchas veces pero que, por una cosa u otra, no lo había llevado a término”. “Mi tía nunca me dijo que tuviese miedo de su marido, simplemente me dijo que no quería estar con él, pero no ahondó en razones”, ha dicho en el juicio.
0