Israel amenaza a los gazacíes con aumentar la intensidad de la ofensiva
Se trata de una confirmación de que Tel Aviv rechaza la resolución de la ONU que ordenaba un alto el fuego inmediato. De hecho, el Ejército israelí lanzó octavillas sobre el sur de la Franja en las que advierte de que intensificarán la ofensiva.
Ni el Ejército israelí ni las milicias de Hamás respetan tampoco la ventana diaria de tres horas establecida para permitir la entrada de ayuda humanitaria en la Franja, donde la situación de la población civil es cada vez peor y sobre la que se cierne una nueva amenaza: la utilización de fósforo blanco por parte del Ejército hebreo.
Los ataques israelíes habrían acabado con la vida de 26 personas, incluidas ocho personas de una misma familia que fallecieron durante el bombardeo de un edificio del campamento de refugiados de Jabalya, en el norte de la Franja, según fuentes palestinas. El Ejército israelí, sin embargo, niega cualquier responsabilidad en estas muertes.
En total, ya son 843 los palestinos muertos desde que comenzara la ofensiva, el pasado 27 de diciembre. En ese mismo periodo han muerto trece israelíes, tres civiles y diez militares.
Además, el Ejército israelí asegura haber propinado un fuerte golpe a Hamás con la muerte de uno de sus expertos en cohetes, Amir Mansi, responsable de las milicias de Hamás para el lanzamiento de cohetes en la región de Ciudad de Gaza.
Mansi era una de las principales autoridades de Hamás en lo relativo a los programas de misiles 'Grad' de largo alcance y dirigía el lanzamiento de cohetes contra Israel e incluso participó directamente en las operaciones, que provocaron la muerte o heridas a civiles israelíes.
El miliciano fue localizado en la zona de Jabel Rise durante una operación militar terrestre cuando éste se disponía a lanzar un cohete. Los militares dispararon y mataron a Mansi e hirieron a otros dos milicianos palestinos, según Israel.
Las fuentes palestinas, sin embargo, no pudieron confirmar la muerte de Mansi, pero sí informaron de la muerte de un adulto y dos niños en la zona de Jabel Rise. GUERRA DE PROPAGANDA
Mientras, prosigue la guerra de propaganda. Israel asegura haber acabado con batallones enteros de milicianos de Hamás, mientras que el líder del movimiento islamista, Jaled Meshaal, aseguró desde su exilio de Damasco que la ofensiva hebrea no ha logrado absolutamente nada, ya que continúan los ataques con cohetes sobre territorio israelí.
Además, Meshaal afirmó que el grupo no valorará la posibilidad de un alto el fuego en la Franja de Gaza hasta que Israel ponga fin a la ofensiva y reabra los pasos fronterizos.
“Que primero Israel se retire, que cese la agresión, que se abran los pasos y después el pueblo puede considerar la cuestión de la 'calma'”, afirmó Meshaal en un discurso televisado. Meshaal se refería así a la tregua tácita, no firmada, vigente hasta hace tan solo unas semanas por la que Israel no atacaría Gaza y Hamás detendría el lanzamiento de cohetes.
La actitud de la población de Gaza puede ser una de las claves del resultado del conflicto, y por eso Israel no descuida ese frente. Ya durante la guerra de Líbano de 2006 Israel utilizó su supremacía aérea para lanzar miles de octavillas con mensajes para la población y la operación 'Plomo Sólido' no parece haber olvidado este ámbito. “Próximamente el Ejército israelí proseguirá atacando túneles, depósitos de armas y a los terroristas con una fuerza cada vez mayor en toda la Franja de Gaza”, indicaba una de las octavillas lanzadas sobre el campamento de refugiados de Rafá, cerca de la frontera con Egipto.
FÓSFORO BLANCO
Mientras, la ONG Human Rights Watch (HRW) acusó al Ejército israelí de estar utilizando munición con fósforo blanco en sus ataques sobre la Franja de Gaza. El grupo alertó del peligro de utilizar este tipo de armamento en zonas en las que hay civiles y pidió a Israel que deje de emplearlo.
HRW explicó en un comunicado que sus investigadores en Israel observaron múltiples estallidos los días 9 y 10 de enero de proyectiles de artillería con fósforo blanco sobre la Ciudad de Gaza y el campamento de refugiados de Jabalya.
El grupo indicó que Israel parece estar utilizando el fósforo blanco para ocultar sus operaciones militares, “un uso en principio legal según el Derecho Internacional Humanitario”. Las Convenciones de Ginebra prohíben su uso como arma, pero no como cortina de humo.
“Sin embargo, el fósforo blanco tiene un significativo efecto incendiario que puede causar serias quemaduras a personas y estructuras, campos y otros objetos civiles cercanos. La capacidad de herir a civiles se ve incrementada por la alta densidad poblacional de Gaza, una de las más altas del mundo”, recordó HRW.
El Ejército hebreo, sin embargo, insiste en que sólo utiliza armamento permitido por el Derecho Internacional. Las organizaciones pacifistas y de Derechos Humanos reivindican la prohibición a nivel mundial de la munición de fósforo blanco debido a las quemaduras químicas que provoca este material.
La población de la Franja afronta además cada vez más problemas en su vida cotidiana. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunció que la situación de los gazacíes es cada vez más precaria mientras empeoran las condiciones sanitarias en la región.
Según el último boletín de la organización, sus voluntarios sobre el terreno están recibiendo numerosas llamadas de residentes en Gaza incapaces de hablar con sus familiares y amigos, atrapados en lugares inaccesibles de la Franja.
Dado que las redes de fibra óptica empleadas para la comunicación terrestre están destruidas, que las redes de telefonía móvil se encuentran sobrecargadas, y que no existe electricidad para cargar los teléfonos móviles.
“Lo estamos haciendo lo mejor que podemos, sin escatimar esfuerzos para rescatar a la gente, pero estamos frustrados porque no podemos hacer más”, afirmó un enfermero de la Media Luna Roja palestina. “Las operaciones de rescate suelen cancelarse porque no podemos acceder a las víctimas, y cada vez son más peligrosas, y cada vez estamos más asustados”.
Para Cruz Roja, esta clase de comentarios deberían servir de detonante para la rápida intervención internacional, porque “escuchar estas palabras de los enfermeros de la Media Luna Roja, que se cuentan entre la gente más valiente que hay en Gaza, y que han estado trabajando bajo el fuego y en condiciones extremadamente difíciles, hace que nuestras peticiones para asegurar el acceso a la zona sean aún más enérgicas”, declaró el director de las oficinas del CICR en Gaza, Antoine Grand.
Además, el endurecimiento del bloqueo y el pánico ante la ofensiva han provocado el desabastecimiento en los comercios gazacíes, además de un preocupante encarecimiento de los productos más básicos. Antes del inicio de la ofensiva israelí más de la mitad de los 1,5 millones de habitantes de la Franja dependían directamente de la ayuda humanitaria externa, una cifra que no hace más que aumentar, según las ONG.
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