Karzai se compromete a formar un gobierno plural

“Hoy me gustaría decir que nadie se verá desplazado de este proceso y que todos seremos parte del gobierno de Afganistán”,con estas palabras Hamid Karzai abría su segundo mandato como presidente de Afganistán, tras un proceso electoral bastante polémico.

Durante su primer discurso como nuevo mandatario, Karzai ha anunciado que conformará un gobierno que respete a todos los ciudadanos afganos.

Tras anular la segunda vuelta electoral, fijada para el 7 de noviembre, la Comisión Electoral Independiente nombraba ayer a Hamid Karzai presidente “electo” del país. La sorprendente decisión convierte en el más alto cargo del país al candidato que mayores apoyos había cosechado en las elecciones del 20 de agosto, un apoyo que no llega a la mitad de los votos (un 49,67%) y sobre el que todavía planea la sombra del fraude.

Ante esta noticia, muchos países han optado por reconocer el nuevo gobierno de Hamid Karzai. Así, desde Estados Unidos, la Casa Blanca anunció que Karzai es el presidente legítimo de Afganistán y que el mandatario estadounidense, Barack Obama, tiene previsto comunicarse telefónicamente con él próximamente.

Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha declarado que Karzai tiene que esforzarse más por combatir la corrupción y reforzar el papel de los gobiernos locales para reducir la influencia de quienes controlan el negocio de la droga en el país centroasiático.

Brown, que dijo haber hablado con Karzai tras su nombramiento, ha destacado que “ahora Afganistán necesita medidas nuevas y urgentes para luchar contra la corrupción, reforzar los gobiernos locales y acercarse a todas las partes de la sociedad afgana, así como para dar al pueblo afgano una confianza real en su futuro”.

El mandatario británico ha instado a Karzai a seguir adelante con lo que denominó un “programa de unidad para el futuro de Afganistán”.

“El presidente Karzai coincidió conmigo en que ahora Afganistán necesita aumentar los efectivos del Ejército y la policía para que podamos ir reduciendo el número de nuestras tropas”

, ha asegurado Brown en el Parlamento. Reino Unido tiene unos 9.000 militares en Afganistán y ha dicho estar dispuesto a enviar otros 500 siempre que Kabul acceda a aumentar el número de soldados afganos a los que entrenan las fuerzas británicas y que luchan a su lado.

Pese a que la Comisión Electoral Independiente justifica su decisión de eliminar la segunda vuelta electoral por motivos políticos y económicos, la verdad es que existen bastantes dudas sobre la legitimidad del nuevo gobierno afgano.

La segunda vuelta de las elecciones tenía entre sus principales objetivos cimentar la respetabilidad de Karzai como dirigente.

La primera vuelta, según acabó por reconocer a regañadientes el propio presidente afgano, estuvo dominada por un fraude masivo que desembocó en la anulación de una cuarta parte de las papeletas depositadas, lo que impidió que Karzai llegara al 50% necesario de votos para conseguir la victoria directa. Abdulá sólo consiguió un 27% de los votos, según las estimaciones. La victoria de Karzai en la segunda vuelta nunca había sido puesta en duda, y la nueva votación representaba una oportunidad para demostrar a la comunidad internacional que el país era capaz de desarrollar unas elecciones limpias.

Sin embargo, tras los nuevos acontecimientos, Karzai seguirá al frente de su país pero su imagen quedará aún más empañada por los nubarrones del fraude y del fracaso del proceso electoral. Es previsible que el presidente se vea a partir de ahora aún más presionado que en el pasado para que inicie reformas en una administración cuya reputación de corrupta e incompetente es cada vez más preocupante entre las cancillerías occidentales.

Por si fuera poco, la particular derrota electoral que acaba de sufrir Abdulá Abdulá puede ser muy beneficiosa para el propio ex ministro. Los analistas creen que los acontecimientos de los dos últimos días han reforzado su posición de cara al futuro y no se descarta que Karzai se vea presionado para aliarse y alcanzar algún tipo de acuerdo de gobierno con su rival electoral.