La culpa de todo
Las personas con sobrepeso y obesidad consumen más combustible en el transporte y la elaboración de comidas, y el problema no hará más que aumentar a medida que la población 'se hincha', según un estudio de la Universidad Londinense de Higiene y Medicina Tropical. El trabajo acaba de darse a conocer en la revista médica 'The Lancet'.
La situación de estos 400 millones de ciudadanos repercute en la carestía de alimentos y las subidas de precio de los recursos energéticos, según los autores de la investigación, Phil Edwards e Ian Roberts. “Somos cada vez más pesados, y es una responsabilidad mundial; la obesidad es una parte clave del problema general”, afirman.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que a la altura del año 2015 la obesidad afectará a más de 700 millones de personas, 2.300 millones tendrán sobrepeso.
En el modelo que han elaborado estos expertos, proyectaron una población mundial obesa del 40 por ciento (con un índice de masa corporal por encima de 30). Muchos países se están aproximando a ese umbral; algunos, incluso, lo han sobrepasado, según indica Edwards.
El índice de masa corporal es la relación matemática entre el peso corporal y la altura. El rango normal oscila entre 18 y 25, más de 25 se considera sobrepeso y por encima de 30 entra en la categoría de obesidad.
Los investigadores observaron que las personas obesas requieren un consumo de 1.680 calorías diarias, mientras que 1.280 bastan para el resto de ciudadanos. La necesidad adicional es del 18 por ciento. Dado que las personas delgadas comen menos y tienden a caminar más, consumen menos combustible para el transporte y la agricultura, razonan. Esta última valoración es importante porque el 20 por ciento de las emisiones de gases perjudiciales para el medio ambiente procede de actividades agrícolas. En consecuencia, ambos especialistas proponen combatir la epidemia de obesidad para mejorar el precio de los alimentos y el consumo de recursos energéticos.
0