La escritora y periodista María Teresa Álvarez se incorpora al Jurado del Premio Prestigio Rioja

La escritora y periodista María Teresa Álvarez García se ha incorporado al Jurado Permanente del Premio Prestigio Rioja en la reunión celebrada por éste el pasado 9 de febrero en el restaurante Zalacaín de Madrid con en fin de deliberar sobre las candidaturas a la XV edición del Premio. Conocedora y amante de cuanto la buena mesa y los vinos representan en las culturas de España, María Teresa será una valiosa aportación al Jurado del Premio Prestigio Rioja, tal como ha destacado el presidente del Consejo Regulador, Víctor Pascual Artacho, para quien el mayor acierto de esta iniciativa ha sido dotar al Premio de un Jurado integrado por prestigiosas personalidades de diferentes ámbitos de la cultura, la ciencia, la economía, etc.

Además de la recién incorporada Maria Teresa Álvarez, forman actualmente este Jurado Carmen Iglesias, Antonio Mingote, Adrián Piera, Rafael Ansón, Eduardo Arroyo, Juan Antonio Samaranch, el Presidente de la D.O.Ca. Rioja, Víctor Pascual Artacho, y Gonzalo Sol, que actúa como secretario.

El Premio Prestigio Rioja fue creado en 1994 por el Consejo Regulador de la D.O. Calificada Rioja y es concedido cada año a personas o instituciones que por su actuación personal y profesional contribuyen al mantenimiento y exaltación de la cultura y forma de vida de la que el vino forma parte. Iniciativa pionera en la identificación vino-cultura, el objetivo del Premio es impulsar en la sociedad una corriente positiva de opinión sobre los aspectos culturales y gastronómicos que hacen al vino saludable y diferente de otras bebidas. Una labor emprendida por el Consejo Regulador de Rioja en beneficio de la imagen del vino en general.

Una gran profesional de la comunicación

María Teresa Álvarez, asturiana Natural de Candás, es Licenciada en Ciencias de la Información y fue la primera mujer cronista deportiva en la radio asturiana y la primera presentadora del programa regional de TVE en Asturias, así como la primera mujer pregonera de la Semana Santa en Gijón. Tras llevar a cabo prácticas de periodismo en el diario “El Comercio” y colaborar en “La Voz de Asturias”, así como en las emisoras de RNE en Oviedo y en Radio Popular de Avilés, en 1987 aceptó ser Subdirectora de Cultura y Sociedad en los Telediarios de TVE, por lo que trasladó a Madrid su residencia.

En 1988 dejo el periodismo informativo diario para pasar a realizar documentales histórico-divulgativos. En esa responsabilidad dirigió con éxito varios porgramas: “Viaje en el tiempo”, once intersantes capítulos dedicados a desvelar los enigmas e incógnitas de Cristóbal Colón; “La pequeña española: Viena 1791- 1991”, programa destinado a recrear la vinculación que el compositor Wolfgang Amadeus Mozart mantuvo con España; “Sefarad; la tierra más bella”, tres capítulos sobre el pasado y el presente de los judíos sefarditas, en ocasión de los quinientos años de su expulsión y, finalmente, “Mujeres en la Historia”, serie que ha conseguido un importante reconocimiento en todos los ambientes universitarios.

En la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, María Teresa Álvarez ha dirigido cursos sobre este mismo tema, que domina: “Mujeres en la Historia”, “El papel de la mujer en la España de los últimos cien años”, “Literatura escrita por mujeres”, y “El papel de la mujer en el arte”. María Teresa Álvarez, cuya obra expresa su vocación a escribir sobre el mundo femenino, sigue trabajando en la elaboración de nuevos capítulos para la serie de TVE “Mujeres en la Historia”.

En 1999 publicó su primer libro, “La pasión última de Carlos V”, que, pese al título, tiene sin embargo como protagonistas a dos mujeres: Bárbara Blomberg y Ana de Austria. En noviembre de 2001 presentó su segundo libro, “Isabel II. Melodía de un recuerdo”, y al año siguiente “Ellas mismas. Mujeres que han hecho historia contra viento y marea”; más tarde, “El secreto de Maribárbola”, “Madre Sacramento”, “La Comunera de Castilla” y “Catalina de Lancaster, primera Princesa de Asturias”. En su más reciente novela, “El enigma de Ana”, marginó el eje histórico habitual de su obra y abordó con soltura e interés el de la ficción.