La guerra de la autopista

Son las dos y media de un día cualquiera en la N-232 a su paso por Agoncillo o Recajo y una fila de vehículos circulan por la carretera a ambos sentidos. Es necesario armarse de paciencia para seguir conduciendo porque intentar adelantar a los tres o cuatro camiones que preceden a nuestro vehículo es casi un suicidio. La N-232 es la carretera que más tráfico soporta en toda la Comunidad de La Rioja y es, además, la que más accidentes mortales registra cada año.

La alternativa es la autopista AP-68, una vía de peaje de las más caras de España. Hay menos tráfico pero son pocos los que pueden permitirse pagar por circular, y menos en tiempos de crisis.

Mientras, gobierno central y regional se lanzan la pelota a sus respectivos tejados para inculparse por la no liberalización de la autopista y los retrasos que lleva acumulados el desdoblamiento de la Nacional 232.

La liberalización de la autopista era una reivindicación que el PSOE de La Rioja había hecho suya desde hacía mucho tiempo. En el último mitin que Zapatero dio en nuestra comunidad antes de convertirse en presidente del Gobierno en 2004, prometió que si llegaba a la Moncloa hablaría de “ese peaje que me parece muy injusto”. Lo cierto es, que desde entonces, nada se sabe de esa promesa electoral.

Desde el año pasado, el Gobierno de La Rioja firmó un convenio con la empresa adjudicataria de la autopista por la gratuidad del trayecto de ida y vuelta en tramo riojano de todos aquellos circularan por la autopista en menos de 24 horas. Es una ayuda, pero no suficiente, porque esta medida no alcanza a aquellos que por una razón u otra hayan salido de Logroño hasta llegar a Alfaro y retornen desde Calahorra. Por su parte, el Estado paga el peaje del tramo Agoncillo-Cenicero de la Autopista.

El último capítulo de este culebrón ha tenido lugar hace pocas horas. El Consejero de Obras Públicas, Antonino Burgos ha enviado una carta a la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para reunirse y analizar las medidas de gratuidad de la AP-68. Estas declaraciones de Burgos vienen a colación de las ya emitidas por el Delegado del Gobierno, Jose Antonio Ulecia, el pasado 10 de octubre en las que afirmaba que Fomento estaba esperando contestación del Gobierno de La Rioja para colaborar en la autopista.

Burgos dice que Ulecia miente y Ulecia insiste en que Zapatero quiere colaborar para “cofinanciar” la Autopista AP-68 pero que Burgos tiene “la lengua larga y la memoria corta”.

Unos y otros se lanzan piedras mientras que miles de riojanos de nuevo y como cada día circulan por la concurrida N-232 o se rascan los bolsillos en la autopista, a la espera de que termine esta guerra que ya dura demasiado.