La Iglesia, en contra de la expulsión de gitanos de Francia

El Gobierno francés tiene que hace frente desde el domingo a nuevos ataques contra su reciente decisión de desmantelar 300 campamentos ilegales de gitanos y expulsar a más de 700 rumanos y búlgaros que residen de manera irregular en suelo francés. Ahora es la Iglesia Católica la que ha expresado su malestar por estas medidas, empezando por el Papa quien, en la misa dominical dijo en francés que es necesario “saber acoger a las legítimas diversidades humanas”.

También el domingo un cura de Lille, ciudad del norte de Francia, criticó las expulsiones que están teniendo lugar en Francia y que se prolongarán durant

e los próximos dos meses. En esta ocasión las palabras contra el Presidente de la República fueron mucho más duras: “Rezo, y les pido perdón, para que Sarkozy sufra una crisis cardíaca”, dijo el padre Arthur, justificando sus palabras al decir que algunas personas, después de sufrir un ataque al corazón, empiezan a sentir de una manera diferente.

Este cura ha luchado durante mucho tiempo por mejorar la situación de la población gitana en su región y fue de hecho condecorado por la Orden del Mérito Nacional por esta labor. Su queja le ha llevado, incluso, a devolver esta condecoración, de la que en su momento le hizo entrega el actual ministro de Interior (entonces en la cartera de Inmigración), Brice Hortefeux.

Precisamente Hortefeux ha mostrado su voluntad de reunirse con el presidente de la conferencia episcopal, el Cardenal André Vingt-Trois, en una emisora de radio francesa, según recoge El País, para responder a las críticas de los religiosos. El cardenal, por su parte, ha aceptado la invitación, aunque aún no se sabe cuándo se celebrará el encuentro.

Y es que estás no han sido las únicas quejas por parte de miembros de la Iglesia. De nuevo en Francia, el arzobispo de Aix-en-Provence, Christophe Dufour, que presenció uno de los primeros desmantelamientos que se produjeron, consideró “inaceptable” que se dé a entender “que hay poblaciones inferiores”.

Críticas políticas

Las protestas por las expulsiones de gitanos rumanos continúan en el frente político. Uno de los más duros está siendo Dominique de Villepin, ex primer ministro que en junio anunció la creación de su nuevo partido, República Solidaria, aunque oficialmente aún se encuentra en el partido gubernamental, la Unión por un Movimiento Político (UMP), tal como señala El País. De Villepin ha acusado a Sarkozy de provocar una “mancha de vergüenza sobre la bandera nacional”.

No ha sido la única queja entre los aliados del presidente. Le Monde recoge las palabras de Christine Boutin, responsable del Partido Cristiano-Demócrata (PCD), que ha hablado en una emisora de radio de la posible ruptura de la alianza entre su partido y el UMP.

Por su parte, François Bayrou, líder del MoDem (partido de centro que surgió de una escisión del UMP para las elecciones de 2007), ha seguido en la línea de las críticas expresadas en torno a los propósitos de Sarkozy en las últimas semanas. Ha denunciando que el hecho de tomar como objetivo “a una comunidad entera, ultra minoritaria, para agradar a una parte de la opinión, es grave y peligroso”.