La solidaridad no entiende de crisis
Las familias riojanas esperaban la llegada del autobús en el Ayuntamiento de Logroño. Llegaba tarde, pero las familias no tuvieron en cuenta la tardanza. Estaban nerviosas, emocionadas e impacientes de dar un abrazo al que consideran también su hijo.
Por fin llegó el autobús y los 34 niños bajaron tras el largo viaje desde los campamentos de Tinduf, Argelia, donde en verano se soportan unas temperaturas que alcanzan los 55 grados. Dos se habían quedado en el aeropuerto. Tal y como nos explica el presidente de la Asociación de Amigos del Sáhara en La Rioja, Gabriel Yanguas, iban a recogerlos al día siguiente, por lo que ya estarán con sus familias riojanas.
Salvo un par que venía con maleta, el resto de los niños portaba tan sólo una mochila. Uno de los padres que acoge a una saharaui nos comenta que lo primero que hacen las familias es vestirlos y llevarlos al médico. La mochila que han traído se convertirá el 8 de septiembre en una maleta repleta de ropa y todo tipo de cosas útiles para afrontar, lo mejor posible el resto del año su vida real en los campamentos de Tinduf.
Son 36 niños los que pasarán en La Rioja el verano, desde el 9 de julio al 8 de septiembre y en toda España, la cifra se eleva a unos 8.000. Gabriel Yanguas asegura que la crisis económica no afectado mucho al programa ‘Vacaciones en paz’ y que las cifras son similares a años anteriores.
“Hace unos dos o tres años llegaba unos 10.000 a España. Considero que para tener a un niño en periodo de vacaciones como en este caso, no hace falta mucho dinero. Yo creo que aquí no se ha notado mucho la crisis, se nota muy poco. La voluntad que tienen las familias riojanas es muy buena y es de agradecer. Hace dos años, por ejemplo, nos faltó alguna familia, pero pienso que en ningún caso fue por la crisis”.
La mayoría de estos niños repite con la misma familia. El presidente de la Asociación de Amigos del Sáhara detalla que, de los 36 niños que pasarán el verano en La Rioja, 28 repiten destino y el 99% de ellos lo hace en la misma familia.
Durante estos dos meses las familias se vuelcan con estos niños y les dan todo de lo que carecen en los campamentos. Los llevan de excursión, les dan chocolate y comida en abundancia, etc. pero lo que más les llama la atención es la piscina. No es de extrañar. No han visto nunca tanta agua junta y quizás por sus mentes pase la idea de a cuánta gente podrían ayudar con una sola de esas piscinas.
La edad límite para venir a España son 12 años
y la pregunta que pasa por la cabeza de todo el mundo es: ¿Hasta qué punto es positivo que los niños vengan en verano hasta los 12 años y después vuelvan al Sáhara a vivir en unas condiciones tan extremas?
Gabriel Yanguas dice que ésta es la pregunta del millón, pero opina que no: “La vida, el entorno y la familia de los niños está allí. Por lo tanto, ellos saben y tienen en mente que vienen aquí a pasar unas vacaciones y están muy contentos. Lo pasan muy bien, pero a medida que van pasando los dos meses, ellos están deseando volver porque echan de menos a sus padres, a sus hermanos, primos y a sus amigos. Por otra parte, ellos están acostumbrados a esa vida, que por desgracia es muy deficiente, pero también tienen allí a sus seres queridos”.
Hablamos con Hakima, una saharaui de 16 años que vino hasta los 12, como estos niños, a pasar el verano. Ella ha sido una de las afortunadas que ha podido salir de los campamentos. Ahora vive en España y estudia desde hace cuatro en Gijón. Afirma que siempre es mejor que los niños pasen el verano en España que en los campamentos.
El conflicto del Sáhara se dilata desde hace ya 35 años. La solución parece muy complicada. Mientras tanto, el programa ‘Vacaciones en paz’ supone un respiro
y quizás salde una deuda pendiente con el pueblo saharaui, que desde que España se retiró de la que fue su colonia, anda vagando sin autoridad oficial.
El presidente de la Asociación de Amigos del Sáhara lo tiene claro respecto a este asunto: “Desde la asociación, no nos metemos en temas políticos. Nosotros tratamos de solucionar, lo mejor que podemos, y aportando nuestro granito de arena, la situación de los niños saharauis. Lo hacemos con todo nuestro cariño, con nuestro sacrificio y es todo lo que podemos hacer. El tema político, lo dejo para los políticos, porque creo que deben ser ellos los que actúen”.
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