El barrio de San José y Madre de Dios se creó en los años 40 como un barrio de aluvión para recibir a las personas que llegaban de los pueblos de La Rioja para trabajar y ha mantenido el mismo espíritu acogiendo ahora a personas de todos los países que viven en el barrio. Esa realidad de diversidad y multiculturalidad marca indudablemente el carácter de este barrio que es ejemplo de convivencia y participación en el que viven 21.263 personas.
Alrededor de la iglesia de San José Obrero, en la plaza de Ballesteros, y las casas baratas que la rodeaban se empezó a construir un barrio que ha ido creciendo por lo que fueron las huertas hasta ser uno de los barrios con más recursos dotacionales de la ciudad. En San José-Madre de Dios hay centros sanitarios, residencias de mayores, instalaciones deportivas, la Universidad de La Rioja y residencias para los estudiantes, biblioteca, centros educativos, multitud de entidades sociales, el palacio de congresos e incluso el propio ayuntamiento de Logroño y el pulmón de la ciudad, el Parque del Ebro.
San José y Madre de Dios son zonas tranquilas de la ciudad y con mucha actividad comunitaria. Los bajos de la parroquia son un constante de planes: gimnasia, clases de guitarra, biodanza, reuniones de vecinos, conciertos, grupos de migrantes que se reúnen para compartir necesidades... “Intentamos hacer más barrio, echar una mano en lo que podamos , es una parroquia tan abierta que no damos abasto”, señala el párroco José Miguel Gil.
La gente que viene de fuera está acogida. Siempre hay familias entregando ropa, comida, hasta camas. Eso no se ve en todos los sitios
Ali Parveen es uno de los vecinos que ha podido ver en primera persona la transformación del barrio. Llegó a Logroño desde Pakistán en 1997 cuando tenía 18 años y desde el 2003 vive en la calle Padre Marín con su familia y tiene dos negocios comerciales en Avenida de la Paz. “Para nosotros es el mejor barrio”, resume este vecino antes de enumerar todos los servicios de los que dispone. Agradece el carácter acogedor que ha sentido en la ciudad desde que llegó: “Recuerdo que mi vecina Nieves me ofreció dejar toda mi mudanza en su terraza sin conocerme de nada, después he conocido a sus hijos, a sus nietos y estamos siempre para lo que necesite”. Y añade: “La gente que viene de fuera está acogida. Siempre hay familias entregando ropa, comida, hasta camas. Eso no se ve en todos los sitios”.
En este sentido, Ali señala desde su tienda que en Logroño no ha sentido el racismo que sabe que hay en otros lugares y agradece las iniciativas y puntos de escucha que ofrecen las instituciones para la comunidad migrante, como Logroño Intercultural, la mesa de convivencia, la mesa de diversidad o la Red Antirumores, muchas de ellas con mucha actividad en el barrio de San José y Madre de Dios.
Muy cerca de la vivienda de Ali está una de las intervenciones más recientes en el barrio, las diez puertas de acceso para calmar el tráfico y mejorar la visibilidad. Según explica el concejal delegado del barrio, Jesús López, se han reurbanizado los accesos rodados y los tránsitos peatonales en el perímetro del barrio, en las calles Beatos Mena y Navarrete, Padre Marín y Caballero de la Rosa y San José de Calasanz y Cigüeña.
También han comenzado recientemente las obras de desmontaje del antiguo convento de Madre de Dios. Es una intervención complicada para evitar daños en la iglesia contigua, aunque el concejal Jesús López espera que esté culminada a final de año. El Ayuntamiento de Logroño también trabaja por la vivienda en este barrio y actualmente están en licitación las obras de construcción de un bloque de 24 viviendas públicas para alquiler joven en la Plaza de los Cuentos con financiación autonómica y de fondos europeos. “Es fundamental para potenciar el barrio”, destaca el concejal.
Las viviendas se ubicarán junto al epicentro cultural del barrio, la Biblioteca municipal Rafael Azcona, que es mucho más que un lugar para leer y estudiar. “Tenemos un espacio muy amplio, con diferentes enfoques y muchas salas para ofrecer propuestas que resulten interesantes para todos los públicos”, apunta su directora, Esther Felipe. Y hay respuesta del barrio: “Aquí el vecindario es muy participativo, la biblioteca es como su casa, quedan aquí y participan en las actividades. También es referencia para la población migrante del barrio y esa riqueza de culturas es muy importante para la biblioteca”. Mientras este centro no deja de crecer con nuevas salas y propuestas, el vecino Ali Parveen la define de forma concisa: “Esa biblioteca es mágica”.
Ocho entidades sociales en la misma plaza
La participación del barrio se refleja en la conexión entre la multitud de centros, entidades y asociaciones que existen en el barrio. Solo en la plaza Martínez Flamarique hay ocho entidades sociales en sus bajos: Arsido Down La Rioja, Arpa Autismo, Asprem, Asprodema, La Rioja Sin Barreras, Ymca, Zig Zag y Medicus Mundi. Lourdes Prado, trabajadora social de Arsido, destaca la unión entre todas ellas y con el vecindario. “Nos interesa mucho participar en actividades de desarrollo comunitario y que más cerca que el barrio”. Así, se suman a los paseos saludables y a cualquier actividad que se organice y pueda ser beneficiosa para los usuarios. Además, el acogimiento del barrio es “espectacular”, señala Prado, “no es selectivo, es muy multicultural, aquí nadie mira a nadie ni se plantean diferencias”.
También en el barrio está desde hace 61 Igual A Ti, la asociación que presta apoyos a unas 160 personas con discapacidad a través del colegio, centro ocupacional, centro de día, centro especial de empleo y una residencia de 48 personas. Su presidente, Jorge Ortega, no cambia el barrio, que han visto crecer con la propia entidad desde que naciera como un pequeño centro de día hasta el servicio actual desde los 0 años hasta el final de la vida.
“Para mejorar la vida de estas personas es muy importante la participación y aquí es muy potente el asociacionismo”. Por eso, en Igual A Ti también se nutren de las actividades del barrio, participan en Logroño Intercultural, en los paseos saludables, cuidan una colona felina, se encargan del mantenimiento de puntos de intercambio de libros de la Biblioteca Rafael Azcona y realizan. Además, como apunta Ortega, “nuestros residentes viven aquí, compran, pasean, toman un café, usan el polideportivo de La Ribera” y coincide, como otras entidades, en que siempre se han sentido “muy acogidos por la diversidad de personas del barrio”.
Talento y juventud gracias a la Universidad de La Rioja
Una de las principales peticiones de las personas usuarias de Igual A Ti es la prolongación de la calle Piscinas, una intervención que unirá el Centro Científico Tecnológico y el Polideportivo universitario con el resto del Campus de forma peatonal por el edificio de Filologías y que se realizará, asegura el concejal Jesús López, el año que viene. Sin duda, uno de los mayores impulsos para el barrio de San José fue la construcción allí del campus de la Universidad de La Rioja, “totalmente abierto al barrio y a la ciudad”, destaca la vicerrectora de estudiantes, María Ángeles Martínez Calvo. Quizás sin la universidad, la zona se hubiera mantenido como extrarradio y sin embargo ha favorecido la extensión de la ciudad y la creación de nuevos barrios. El campus de La Rioja trae al barrio a 4.500 estudiantes, lo que supone “una dinamización económica de la zona, presencia de juventud, generación de talento, mejoras de transporte y opciones culturales y formativas que ofrece la institución abiertas al público”, destaca la vicerrectora.
A pocos metros, la comunidad salvatoriana tiene una residencia para universitarios en la que actualmente hay también alojados 50 de los 120 pilotos de la escuela FlyBy, que reciben en el mismo lugar sus clases teóricas. Lo que fue un seminario hasta el año 90, cuenta actualmente con programas de Proyecto Hombre, la radio COPE, una empresa de cátering, pistas de pádel, una iglesia ortodoxa y un aparcamiento para el barrio. “Aquí hemos favorecido siempre al barrio en lo que hemos podido, el ambiente siempre ha sido muy bueno”, dice el administrador Juan José Landa.
Otra de las prioridades del Ayuntamiento de Logroño para este barrio es la renovación de tuberías en la calle San Millán, para solucionar los problemas de reventones, así como la mejora de las zonas de juegos infantiles. San José-Madre de Dios es un barrio que abraza a quien llega y que cuenta con todos los servicios para una vida tranquila muy cerca del centro de la ciudad.