Los socialistas franceses analizan el hundimiento de Strauss-Kahn
Todo parecía indicar hasta el pasado domingo que los designios de la polítca francesa pasaban irremediablemente por un cambio de ciclo, que aún puede ser así, tras 17 años de gobiernos de derechas. Y el elegido para cambiar esta tendencia era el director gerente del Fondo Monetario Internacional.
Dominique Strauss- Kahn comenzó a subir en las encuestas y a aparecer en todas las quinielas por su papel al frente del FMI en uno de los momentos más duros de la crisis financiera y económica mundial. En plena ola de descrédito de Nicolás Sarkozy y con el partido socialista francés reestructurándose para dar el salto al Elíseo, sus compañeros de filas veían, por primera vez en mucho tiempo, a un candidato que reunía las condiciones y en torno al que había un consenso. Tanto es así que la actual secretaria general del PS, Martine Aubry mantenía un pacto no escrito con el director del FMI para no hacerle frente en las primarias de las que saldrá el contricante de Nicolás Sarkozy el próximo otoño.
La prensa gala daba por sentado esta misma semana que Dominique Strauss-Kahn se presentaría oficialmente a las primarias y que lo anunciaría esta semana. Frente a él, su único contricante, François Hollande, ex marido de Ségolène Royal y ex dirigente francés. Es el otro peso pesado de los socialistas, a quien las encuestas empiezan a aupar de nuevo tras haber quedado descabezada la candidatura (hipotética) con más posibilidades de llevar al socialismo francés al poder.
Pero, ahora el escándalo de Strauss-Kahn ha obligado en cuestión de horas a los socialistas franceses ha replantearse toda su estrategia electoral. En primer lugar, DSK, si quedara absuelto, no sería bien visto porque su crédito político está por los suelos y siempre quedaría la sombra de la duda. Además, los franceses, orgullos de su identidad nacional, están preocupados por la credibilidad y reputación de su país. De este modo, es muy difícil que el director gerente del FMI se postule a la política doméstica. A esto hay que añadir que la secretaria general del PS, Martine Aubry, se estaría planteando ahora lanzarse al ruedo de la candidatura más por obligación que por ganas de enfrentarse a cara de perro a sus compañeros en unas primarias en las que los militantes, desconcertados, votarían y los resultados quedarían más o menos en tablas.
La ex candidata presidencial Ségolène Royal, que no goza de altas cuotas de popularidad en el ámbito nacional, podría también verse beneficiada por esta nueva situación. Y su ex pareja, François Hollande es a estas horas quien tendría más posibilidades de hacer frente a un Sarkozy del que no se sabe si será el candidato por su formación, Unión por un Movimiento Popular. Su esposa, Carla Bruni, lo animaba a presentarse de nuevo la semana pasada porque “es lo que necesita este país”.
Así las cosas, las primarias francesas del 28 de junio al 13 de julio se desarrollarán con el impacto del arresto y quizás condena de cárcel del directo gerente del FMI. En octubre se votará en primera vuelta de primarias de la que saldrán una avanzadilla del socialista llamado a enfrentarse a Sarkozy en 2012 y a Marine Le Pen, que a diferencia del resto de políticos franceses, ha acusado directamente a DSK de quien ha dicho que era sabido que tenía problemas con las mujeres.
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