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Más de 21 años de prisión para el riojano que asesinó al ex seleccionador de Euskadi de balonmano

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El autor del crimen del ex seleccionador de Euskadi de balonmano Benito Múgica, fallecido en 2008 tras recibir 23 puñaladas en su domicilio de Lasarte-Oria (Guipúzcoa), ha sido condenado a 21 años y medio de prisión, 20 por un delito de asesinato con las agravantes de “alevosía y ensañamiento” y a año y medio por un delito de daños cometido por el incendio que provocó en la vivienda de la víctima.

En la sentencia del Audiencia Provincial de Guipúzcoa, fechada el pasado 25 de marzo y contra la que cabe interponer recurso de apelación, el tribunal del jurado de este crimen considera al procesado autor de un delito de asesinato por lo que se le condena a una pena de 20 años de prisión e inhabilitación absoluta durante la condena, al tiempo que se le prohíbe aproximarse, durante 30 años a la hija de Múgica, así como comunicarse con ella.

Además, deberá indemnizarle con 265.000 euros en concepto de reparación del daño moral sufrido. Asimismo se condena al autor de este crimen a un año y medio de cárcel e inhabilitación del sufragio pasivo durante ese tiempo por un delito de daños cometido por incendio provocado en la vivienda de la víctima, así como a indemnizar al propietario de la ésta con 10.732 euros por los desperfectos causados.

El procesado, un joven riojano que cuando ocurrieron los hechos tenía 24 años, reconoció haber cometido este crimen el primer día del juicio celebrado con jurado en San Sebastián hace dos semanas.

En la sentencia el jurado considera probado que el 16 de agosto de 2008 el acusado acudió, en torno a las 22.00 horas, al domicilio de Múgica en Lasarte-Oria provisto de bridas, trapos y un cuchillo de 14 centímetros de longitud de filo.

Una vez en el interior, trasladó a la víctima, que entonces tenía 60 años, al dormitorio lo tendió desnudo en la cama, le ató los pies y las manos usando las bridas, lo amordazó y le vendó los ojos con los trapos. Entonces le manifestó que iba a robarle dinero porque tenía deudas y su estado económico era precario ya que no tenía trabajo.

DESASIRSE

El ex seleccionador de Euskadi de balonmano intentó desasirse de las bridas y entonces el procesado cogió el cuchillo que portaba y le asestó 23 puñaladas, cinco en la cara, dos en el cuello, tres en el pecho, una en el brazo izquierdo y 11 en el abdomen. Una de ellas asestadas en el pecho penetró 10 centímetros alcanzando el ventrículo izquierdo de su corazón y causándole la muerte.

Posteriormente el ahora condenado vertió media botella de alcohol en una butaca del dormitorio y le prendió fuego con una cerilla. El incendio causó humo pero no se propagó al resto del mobiliario, ni afectó a la estructura de la vivienda.

El jurado determina que el procesado impidió “de forma consciente” que Múgica se defendiera cuando le asestó, “con intención de quitarle la vida”, las 23 puñaladas, y, además, con “intención de incrementar el padecimiento de la víctima”, junto a la puñalada que le causó la muerte, le propinó otras 22 con el fin de “infligir sufrimiento” a la víctima que “no era necesario” para matarle.

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