Nuevos marcadores para predecir el alzheimer
“La reciente identificación de varias proteínas dispersas en el líquido cefalorraquídeo permitirá predecir la enfermedad de Alzheimer hasta seis años antes de que empiece a desarrollarse”, explica Rafael Blesa, jefe del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona, y codirector del XIII Curso Nacional de Enfermedad de Alzheimer, que acaba de celebrarse en Sitges.
Del mismo modo, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer por la neuroimagen se ha visto muy beneficiado por las aportaciones del SPECT y del PET cerebral. “La posibilidad de observar el depósito de amiloide (causa principal del deterioro cognitivo característico de esta demencia) con tanto detalle también permitirá al especialista detectar esta patología antes de que debute”, apunta.
En España, se estima que alrededor de 700.000 personas de más de 65 años sufren demencia, de las que cerca del 70% se corresponde con el cuadro clínico del Alzheimer –más de 100.000 habitantes de Cataluña-, una incapacitante enfermedad que constituye una de las causas más comunes de incapacidad neurológica, ya que supone el deterioro progresivo de las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Se prevé que el aumento de la sensibilidad por parte de los ciudadanos y de los médicos de Atención Primaria en reconocer una sintomatología muy precoz.
La progresiva aparición de marcadores biológicos y los últimos avances de la neuroimagen “han propiciado un replanteamiento de los criterios diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer”, ha señalado Mercé Boada, directora médica de la Fundación AC (Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas) y codirectora del curso. “Este nuevo planteamiento nos podrá orientar en el diseño de estudios clínicos dirigidos a la fase preclínica de la enfermedad” afirma la doctora Boada.
Por otro lado, también “ha habido avances significativos en el ámbito de la investigación farmacológica, dado que muchos de los ensayos clínicos en marcha han logrado pasar a fase II, e incluso III, en los últimos dos años”, ha comentado.
TRATAMIENTOS
Aunque no existe un fármaco que cure la enfermedad de Alzheimer, sí se dispone de medicamentos útiles y eficaces para el control de los síntomas. Con ellos puede llegarse a mejorar la calidad de vida de los pacientes y, por lo tanto, también la de los cuidadores. El tratamiento farmacológico de esta demencia comprende dos grupos de fármacos: anticolinesterásicos y memantina.
Los tratamientos farmacológicos que reducen la velocidad del deterioro cognitivo y prolongan la capacidad funcional pueden retrasar el momento del ingreso, reducir la necesidad de atención individualizada y ofrecer importantes beneficios económicos y sociales.
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