Nuevos tratamientos para enfermedades plaquetarias

BELÉN DIEGO: CORRESPONSAL EN SAN FRANCISCO

Cuatro nuevos estudios ampliarán las opciones para tratar a las personas que sufren alteraciones de las plaquetas, las células sanguíneas que permiten la coagulación y controlan las hemorragias. Estos trabajos, presentados en el congreso anual de la Asociación Americana de Hematología (ASH) constituyen un importante hito para los médicos y mejoraran sustancialmente la calidad de vida de los pacientes con este tipo de enfermedad.

“Tenemos datos muy interesantes sobre nuevos enfoques para reducir al mínimo los episodios de hemorragias en personas con alteraciones de las plaquetas”, explicaba en el encuentro Kenneth Kaushansky, presidente de esta sociedad científica y profesor de la Universidad de California en San Diego. Para Helen M. Ranney, “los resultados de estos trabajos van a transformar el modo en el cual los hematólogos tratan y controlan estas enfermedades y, en ultimo termino, van a suponer una mejora en los resultados clínicos, empezando por la reducción de sangrados, pero también con un menor numero de complicaciones que se observan en estas personas”.

La trombocitopenia tiente tres causas principales: un descenso en la producción de las plaquetas en la médula osea, un incremento de la destrucción de plaquetas en el torrente sanguíneo (trombocitopenia intravascular) o fuera de este, en el bazo o en el hígado (trombocitopenia extravascular). Esta ultima puede producirse por efecto de la anemia, del cáncer, ciertas infecciones o medicamentos. Entre los síntomas están formación de hematomas, hemorragias nasales y bucales y erupciones en la piel. Cuando no se trata, la trombocitopenia puede convertirse en una amenaza seria para la salud.

Entre los nuevos hallazgos, Gregory Cheng, de la Universidad de Hong Kong (China), ha presentado un análisis de pacientes tratados con un nuevo medicamento llamado eltrombopag, que ha demostrado capacidad de aumentar el numero de plaquetas en la sangre y una reducción considerable de los episodios hemorragicos con un margen de seguridad muy aceptable, aunque tanto el como el resto de expertos presentes en la sesion han matizado que será necesario ampliar sus datos para que la terapia se convierta en una herramienta habitual en la practica clínica (su estudio ha durado seis meses).

En opinión de Cheng, la clave es que “a veces para estos pacientes el tratamiento es tan agresivo que es peor que la propia enfermedad, y esta terapia ha demostrado mejorar la calidad de vida enormemente”. De hecho, mantiene que con sus resultados en mano, “el único escollo que hay que superar para que este tratamiento se aplique cotidianamente en los pacientes adecuados es que los médicos se familiaricen con el y se acostumbren a usarlo con un margen de confianza suficiente, algo que probablemente nos ir’a dando el tiempo y la consolidación del propio medicamento en el entorno clínico’.

Más o menos lo mismo venia a decir el presidente de la ASH, que consideraba que “cuando tratamos a nuestros pacientes todos tendemos a ser conservadores, y empleamos las terapias que mayor conocemos en beneficio de la seguridad, pero son buenas noticias las que estos trabajos traen para los hematologos y sus pacientes”.