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OPINIÓN | 'Felipe VI', por Esther Palomera

UPTOPíA 27: Más claro agua

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Para cuando este texto se publique ya habrán tenido lugar los funerales de Estado con motivo del primer aniversario de la DANA. Los cementerios de España estarán repletos de flores. Pedro Sánchez habrá comparecido en el Senado y Puigdemont habrá roto su acuerdo de investidura con Sánchez.

El futuro previsto en las agendas de periodistas y políticos, (salvo el de la ornamentación floral de nuestros camposantos, que es una costumbre arraigada en la sociedad) será ya pasado.

Otro tanto cabe decir de la actualidad internacional. Aquí ni las agendas sirven, porque las reuniones se suspenden, los acuerdos se incumplen, las declaraciones se contradicen, la incoherencia crece. Ante este panorama, me ha parecido más constructivo, (para mí y espero que también para ustedes), detenerme en fragmentos de algunos textos que he leído en los útimos quince días, que me han gustado, que los comparto y que expresados de un modo más torpe me he referido a ellos en algunas utopías publicadas desde enero a esta parte.

Empiezo por citar el discurso que Javier Cercas pronunció en la clausura del «World in progress» el pasado 21 de octubre en Barcelona. Se titula: «Existen hoy los héroes de la traición? Y según el autor el 23 de febrero de 1980 hubo tres hombres que desobedecieron la orden del golpista Antonio Tejero y pese al grito de: «todos al suelo», permanecieron impasibles en sus escaños mientras los demás obedecían. Fueron: Adolfo Suárez, presidente del Gobierno; el general y vicepresidente, Gutiérrez Mellado;y Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista. Explica Cercas que Gutierrez Mellado plantó cara a los golpistas porque era militar y no podía tolerar la insubordinación; Carrillo se mantuvo sentado porque sabía que era el «demonio» para los golpistas y que sería el primero en morir. En cuanto a Adolfo Suárez, porque siendo franquista desmontó la dictadura y sentó las bases de un sistema democrático,ganándose así el odio de sus antiguos correligionarios. Estas tres personas habían traicionado sus ideas, (Suárez y Mellado porque apoyaron el régimen de Franco mientras éste vivió y Carrillo porque aceptó la monarquía, pese a su condición republicana). Sigo mencionando a Cercas que finaliza esta reflexión asegurando que:» un héroe de la traición es un hombre capaz de traicionar un pasado personal, para construir un futuro colectivo…capaz de traicionar a los suyos para ser fiel a todos».

Si volvemos al presente opino que los intereses personales y partidistas de nuestros representantes públicos priman por encima del bienestar colectivo. Lo estamos viendo a todas las horas del día. Lo sabemos y cómo la heroicidad es algo excepcional, esperamos la aparición del «Superman» de turno.

El segundo texto al que me voy a referir se encuentra en las páginas 103 y 104 del libro: «Pipas». Editado por «Pepitas de calabaza» y escrito por Esther L. Calderón. Es un libro inclasificable, parte novela, parte ensayo, parte crónica periodística…Las páginas citadas hablan de la España franquista en la que para dar cabida a los emigrantes extremeños, andaluces, gallegos, castellanos...que abandonaron sus pueblos para prosperar en las grandes ciudades y que en un primer momento vivieron en chabolas alejadas de los centros urbanos; idearon un Plan Social, en el que el Estado daba terrenos a los constructores para que edificasen bloques de pisos todos iguales y los vendiesen a los obreros que se hacinaban en las periferias, cerca de la incipiente industria. Así surgió el modelo económico que aún pervive basado en el amiguismo de constructores y políticos. (Tú me das el terreno. Yo construyo y vendo y después, te agradezco el favor en efectivo, o a través de valiosos regalos). La Europa de aquellos años, también estaba destruida. La Segunda Guerra Mundial, dejó países como Alemania, Francia, Austria…en la misma situación de miseria que a nosotros nos dejó la Guerra Civil. En cambio actuaron de otra manera. No dieron. Construyeron y crearon grandes planes de alquiler social. El Estado alemán,francés, austríaco, holandés edificaban ellos mismos e impedían así las fugas de dinero. 

La fórmula franquista de, «ladrillo y política» , con ligeras variaciones, ha llegado a nuestros días y Esther L. Calderón la define con tres sustantivos: «Corrupción. Especulación. Burbujas».

Y voy a terminar con otro discurso. El que pronunció en Oviedo el ganador el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han. Una disertación que no tiene desperdicio. Este filósofo contemporáneo dice haber «reflexionado mucho sobre la creciente pérdida de respeto en nuestra sociedad. Hoy en día,-añade-, en cuanto alguien tiene una opinión diferente a la nuestra, lo declaramos enemigo». Se deduce de tanta enemistad que nuestros parlamentos: nacional, autonómicos, diputaciones, ayuntamientos, están llenos de enemigos irreconciliables. «Se convierten en escenarios para la autopromoción de los políticos.

El neoliberalismo ha creado ya una gran cantidad de perdedores. El miedo a hundirse socialmente afecta ya a la clase media y estos temores lanzan a la gente a los brazos de autócratas y populistas». 

Y todavía hay quien no entiende. A mí me parece que: más claro agua