¿Qué pasa en Austria?
Los austriacos asistieron ayer a un nuevo caso de violencia familiar que, en esta ocasión, ha costado la vida a cinco personas de una misma familia.
Todas ellas, supuestamente, murieron a manos de un hombre de 39 años, que confesó haber asesinado a domicilio con un hacha a sus parientes para ahorrarles el sufrimiento de verle arruinado y no poder recibir el dinero que les debía.
Se trata de un nuevo suceso escabroso en un país donde tampoco se olvida el cautiverio de la joven Natascha Kampusch, ocho años retenida y que ha vuelto a ser noticia por su decisión de adquirir la casa en que la que permaneció rehén para conservarla.
El último de los sucesos lo protagoniza un hombre de 39 años, que en la madrugada del lunes se presentó en una comisaría de Viena con una declaración contundente: “Mi mujer y mi hija están muertas en el suelo”. La Policía se dirigió entonces a la vivienda del individuo, según informaciones de 'Der Spiegel' recogidas por otr/press, y allí pudo verificar la confesión al ver a las dos víctimas, una de ellas siete años de edad, muertas como consecuencia de golpes de hacha.
VIAJÓ PARA MATAR A SUS PARIENTES
Pero la historia no terminaba ahí, el hombre detalló posteriormente otras tres muertes, las de sus padres y su suegro, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados en las ciudades de Linz y Amsfelden, respectivamente.
Al parecer, el móvil de los crímenes era el dinero, pero no precisamente para obtenerlo. La Policía sospecha que el asesino confeso tenía problemas económicos y, tras haberles pedido dinero a sus parientes para unos negocios posteriormente fracasados, se encontraba en una situación financiera complicada. Por esta razón, habría decidido perpetrar los asesinatos, para evitar a los ahora fallecidos el bochorno del escándalo.
KAMPUSCH QUIERE CONSERVAR SU 'CÁRCEL'
Austria copa de un tiempo a esta parte las páginas de sucesos de los medios internacionales, especialmente después de que Joseph Fritlz, un electricista de la localidad de Amstetten, terminase ganándose el calificativo de 'monstruo' por haber ocultado a su hija durante más de dos décadas para abusar de ella y tener siete hijos-nietos.
Se trataba del segundo caso de secuestro que sorprendía al país en relativamente poco tiempo, ya que aún persiste el recuerdo del cautiverio de Natascha Kampusch, que logró escapar de su captor tras ocho años encerrada. Ahora, la joven de 20 años ha vuelto a hablar ante los periodistas para opinar del caso de Amstetten, pero también para confirmar una iniciativa que, como ella misma reconoce, “es grotesca”.
Y es que ha adquirido la casa en la que estuvo prisionera, afirmó a la revista alemana 'Bunte'. La adquisición de la vivienda se debe al interés de Kampusch por conservar su otrora cárcel, alejándola de vandalismos y protegiendo de un posible derribo la que aún hoy califica de “casa de los horrores”. Respecto al caso de Fritlz, la joven reconoció que la salida a la luz de este suceso le hizo revivir todas las emociones de su situación. “Ha sido muy estresante”, lamentó, en relación a un secuestro que le ha “revuelto” el estómago.
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