Sáhara Occidental y los Derechos Humanos
La UE ha pedido este domingo a Marruecos “avances” en materia de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental y en la situación de los defensores de las libertades fundamentales, con motivo de la primera cumbre celebrada entre el sábado y el domingo entre los Veintisiete y Rabat, la primera que la UE celebra con un país árabe.
Pero no lo ha hecho en la declaración conjunta suscrita al término del encuentro - “edulcorada” por la delegación marroquí particularmente en este ámbito, según fuentes de la delegación europea- sino a través de la intervención del presidente permanente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en rueda de prensa conjunta con el jefe del Ejecutivo español y anfitrión, José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro marroquí, Abbas el Fassi.
Van Rompuy trasladó el interés europeo de “ver avances” en el respeto de las “libertades fundamentales y los derechos humanos” por parte de Marruecos e informó de que en este encuentro ambas delegaciones abordaron el contencioso del Sáhara, que “la UE sigue de cerca” y que, según las mismas fuentes, centró buena parte de las discusiones, junto con la situación general de los Derechos Humanos en el reino.
El presidente de la UE señaló que los Veintisiete apoyan los esfuerzos de la ONU para lograr una “solución política justa, duradera y aceptable para todas las partes”, señaló que “seguirá trabajando en los aspectos humanitarios del conflicto” y expresó su deseo de que se produzca una “mejora en la situación de los Derechos Humanos en el Sáhara” y en la “situación de sus defensores”.
Evitó en cambio pronunciarse sobre el mensaje que el Rey Mohamed VI trasladó a la delegación europea a través de El Fassi. En un discurso leído por el primer ministro durante el encuentro que ambas partes mantuvieron por la mañana en la cripta del Palacio de Carlos V en La Alhambra de Granada, el monarca calificó de “artificial” el contencioso del Sáhara, cuya permanencia Rabat achaca a la falta de voluntad de Argelia en ponerle fin, y defendió una solución al conflicto que se base en la propuesta marroquí de autonomía para el territorio.
Tampoco Zapatero quiso reaccionar al mensaje del Rey marroquí y se limitó a señalar que, como reiteró durante la cumbre, la posición de España, “consolidada y permanente”, apuesta por “un acuerdo sobre el futuro del Sáhara” y “apoya la tarea y la misión de Naciones Unidas”. Para Zapatero, el “camino del entendimiento es el camino de la solución” y señaló que España tiene en esta materia un “diálogo franco, positivo y constructivo” con Marruecos.
El primer ministro marroquí sostuvo que en Marruecos, cuando se producen violaciones de Derechos Humanos, el peso de la ley cae sobre los responsables como ocurre en Occidente y pidió que se hable también de las violaciones de los derechos del hombre que se producen, a su juicio, en los campamentos saharauis en Tinduf (Argelia), que controla el Frente Polisario.
El Fassi afirmó que “el 85 por ciento de la población (del Sáhara) se considera marroquí” y aseguró que “si no hubiera alambres en los campos de Tinduf los secuestrados volverían al Sáhara Occidental”, para Rabat sus provincias del sur. “Cuando las familias (de los saharauis de los campamentos de Tinduf) van a El Aaiún son felices, sonríen y cuando se marchan lo hacen llorando”, relató.
Su ministro de Exteriores, Taieb Fassi Fihri, rechazó después en declaraciones a la prensa que la activista saharaui Aminetu Haidar, que se ha manifestado en las calles de Granada contra la cumbre, pueda ser considerada una defensora de los derechos humanos porque “tiene una agenda política” y no hace una defensa universal de las libertades fundamentales, porque no denuncia lo que ocurre en Tinduf.
Fassi Fihri negó también que la Policía vigilara la casa de la activista a su regreso a El Aaiún y controlara el acceso de las visitas a su domicilio.
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