Victoria de Suecia se casa con su entrenador personal

No ha necesitado ni hada madrina, ni carroza ni zapato de cristal, Daniel Westling se convertirá en el esposo de la princesa Victoria de Suecia y pasará a engrosar la lista de plebeyos que ocupan los palacios reales de toda Europa.

La heredera del trono sueco no lo ha tenido fácil. Ha tenido que lidiar con su familia pues no veía con buenos ojos que la niña hubiera elegido a un profesor de gimnasio como rey consorte. El debate real sobre los matrimonios plebeyos parece más que superado a partir de ahora. El propio rey de Suecia, Carlos Gustavo, se casó con una azafata de origen brasileño cuando la realeza europea todavía no se había mezclado con abogadas, periodistas e incluso modelos de pasado turbio.

Victoria se enamoró de Daniel en el gimnasio que regentaba el joven tras superar su anorexia e intentar ponerse en forma. Y allí, entre pesas, toallas y biciclestas estáticas, surgió el amor. La princesa Victoria de Suecia ha logrado su sueño y se casará el próximo verano con su novio desde hace seis años. Ambos ya viven juntos en la residencia de la heredera.

Finalmente los suecos han aceptado al joven que ha cambiado su imagen por otra mucho más conservadora y seria.