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Almeida y Villacís devalúan los Presupuestos Participativos de Madrid tras dos años congelados

Carmen Moraga

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El Ayuntamiento de Madrid que dirige el PP en coalición con Ciudadanos retomaba esta semana una de las iniciativas de mayor éxito de convocatoria, que no de ejecución, en la etapa de Manuela Carmena y Ahora Madrid: los Presupuestos Participativos. Una iniciativa pionera por la cual una parte de las cuentas municipales se destinan a que los vecinos aporten sus ideas y propongan proyectos que luego deben someterse a votación popular en la página web municipal. Tras dos años paralizados, José Luis Martínez Almeida y Begoña Villacís han recuperado la iniciativa. Y aunque los grupos de la oposición han dado la bienvenida al anuncio, las nuevas directrices presentadas y aprobadas por la Junta de Gobierno no les convencen, especialmente a Más Madrid, herederos de Carmena. Pero tampoco al PSOE.

La principal queja es que estos nuevos Presupuestos Participativos contienen un importante recorte del 75% en la inversión con respecto a lo que se destinó en el anterior mandato, según coinciden ambos grupos de la oposición. Según los datos ofrecidos por la Junta de Gobierno esta misma semana, el Ayuntamiento prevé una inversión de 50 millones de euros para el periodo 2023-2024. De ellos, 15 millones, es decir, un 30%, se dedicarán a “proyectos que redunden en la mejora de la ciudad en su conjunto”. El resto, 35 millones, a “proyectos que beneficien a los distritos”.

Los nuevos Presupuestos Participativos, que gestionará al Área Delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana que dirige Silvia Saavedra (Ciudadanos), tendrán carácter bienal, no anual como antes. Una decisión que, a juicio de Carolina Pulido, secretaria del grupo Más Madrid y portavoz adjunta en la comisión de Vicealcaldía, “no solo revela la escasa importancia política que el equipo de Gobierno otorga a este proceso, sino que reduce la envergadura de los proyectos que los vecinos pueden presentar”.

Así, si durante el mandato de Carmena se planteó una inversión de 100 millones anuales, ahora será de 50 millones cada dos años.

El portavoz socialista en la citada comisión, Álvaro Vidal, ratifica los datos y sentencia: “Estamos ante un claro retroceso en todo lo que huele a participación en este ayuntamiento de Madrid, lo que demuestra lo que les interesa la participación y estos presupuestos participativos”. 

Aunque en la página de Madrid Decide se anima a la participación de todo aquel que lo desee, también se advierte de que no todas las sugerencias serán aceptadas: “Hay excepciones y no se aceptan proyectos que no sean competencia del Ayuntamiento, que afecten a contratos en vigor, que beneficien a una persona o entidad concreta, que hayan sido declarado sin viables (sic) o hayan resultado ganadores en anteriores convocatorias, entre otros”.

Junto a eso se establece la posibilidad de que el Ayuntamiento agrupe proyectos que guarden análoga naturaleza y finalidad sin contar con los proponentes, como se hacía hasta ahora, lo que supone que tendrá la capacidad para modificar unilateralmente proyectos propuestos y votados por la ciudadanía.

En el caso de que los proyectos afecten a actividades susceptibles de ser incluidas en un contrato de servicios, se dará traslado a los órganos gestores para que lo integren “en la medida de lo posible” en la planificación de la ejecución del contrato. Además de las limitaciones referidas, los proyectos que pasen ese primer filtro pueden ser declarados inviables cuando sean incompatibles con los planes municipales; aquellos que impliquen trámites previos “de resultado incierto”; aquellos cuya ejecución se extienda más allá de dos años o los que sean deficientes “desde el punto de vista de la relación coste-beneficio”. “Es decir - lamenta Pulido- , se amplían las posibilidades de declarar inviables proyectos ya votados por criterios políticos y recurriendo a conceptos indeterminados que amplían la discrecionalidad del Ayuntamiento”. 

Todo ello lleva a concluir al grupo de Rita Maestre que los nuevos planes del Ayuntamiento de Almeida y Villacís “acaban con los Presupuestos Participativos, al menos tal y como se conocen en cualquier lugar del mundo”. “La idea de la participación era darle capacidad de decisión a la gente. Estas directrices revierten esa idea y crean un proceso guiado y tutelado por el Ayuntamiento de principio a fin”, concluye Pulido.

Por su parte, el edil socialista añade que para su grupo “el gran problema es el gran parón que ha habido en 2020, año en que no hubo convocatoria”. Y concluye: “Alegaban que había muchos proyectos atascados de convocatorias anteriores, lo cual es verdad, aunque si son tan buenos gestores se podrían haber puesto a desatascarlos y llevarlos a cabo para que los ciudadanos que los presentaron viera que se convertían en realidad. No lo han hecho y más de 200 han sido eliminados por motivos varios. Encima ahora nos encontramos con una convocatoria de menor cuantía y que ha comenzado en 2021, pero que no se aprueba hasta 2023-2024”

Uno de los motivos que alega el equipo de Gobierno del PP y Ciudadanos para no haber convocado los Presupuestos Participativos durante este mandato ha sido la necesidad de ejecutar proyectos atrasados. Sin embargo, según la oposición, en dos años apenas han conseguido ejecutar unos 110 proyectos, muchos de ellos iniciados anteriormente, “por no recordar que declararon inviables un 25% de los proyectos que se habían aprobado en el anterior mandato, en algunos casos alegando motivos políticos, como, por ejemplo, decir que ese proyecto no estaba entre sus planes”, remacha Carolina Pulido.

Proyectos que se quedaron en el cajón

Hace unos días, según informó este diario, el Área de Participación Pública, que depende de la Vicealcaldía de Begoña Villacís, declaraba en el Boletín Oficial Municipal “la inviabilidad sobrevenida” de 182 proyectos ciudadanos que recibieron suficientes votos para ser aprobados durante las ediciones de los años 2016, 2017, 2018 y 2019. De la lista inicial solo se salvaron 11 en el último momento.

El Ayuntamiento de Madrid justificó con una panoplia de 10 razones técnicas echar abajo esas propuestas ciudadanas que en realidad fueron validadas, antes de las votaciones, por los propios servicios técnicos municipales durante la etapa de Ahora Madrid en la Alcaldía. La más común de las razones apuntadas ha sido la de “inviabilidad técnica y/o de seguridad”, un motivo que se aplica a uno de cada tres proyectos descartados. También se han aplicado otras como la de que implican “trámites previos de resultado incierto” o que afectan a contratos municipales ya en vigor.

Entre los proyectos descartados figuran ideas de todo tipo, aunque son especialmente damnificadas las que proponían la construcción de carriles bici por toda la ciudad: el consistorio elimina hasta 20 iniciativas relacionadas con infraestructuras ciclistas en varios distritos, según la lista publicada a la que ha tenido acceso Somos Madrid.

También se han suprimido proyectos idénticos a otros que fueron ejecutados con anterioridad durante el mandato de Manuela Carmena. Por ejemplo, los “Jardines en alcorques frente a colegios y comercios”, idea ciudadana más votada en Chamberí en el año 2018 y que se había ejecutado en 2017 con el mismo formato en el distrito Centro.

Todo esto lleva a los ediles que gobernaron con Carmena a sentenciar que “es más que evidente que el propósito del equipo de Gobierno es destruir unos avances en materia de participación ciudadana que había convertido nuestra ciudad en un referente internacional”. “En apenas dos años nuestra ciudad ha retrocedido décadas con la destrucción del Observatorio de la Ciudad, de los Foros Locales, del Campus Asociativo, de Medialab Prado, el desalojo de entidades ciudadanas de espacios municipales, etc”, lamentan. Por su parte Vidal remacha,  “creemos que se han pasado en los requisitos”.

“Seguridad jurídica” y “viabilidad”: las razones del Ayuntamiento

Estas críticas son rebatidas a elDiario.es por fuentes del departamento de Coordinación Territorial del Ayuntamiento madrileño por considerar que “tanto el importe como el nuevo procedimiento es más ordenado, eficaz y realista, con una visión a medio y largo plazo que contribuye a una mejor planificación, ejecución y seguimiento de los proyectos”.

En cuanto al importe destinado, discrepan y aseguran que es “superior al importe que la anterior corporación ejecutó”. “No llegaron a ejecutar ni las cantidades que ahora critican por año. El porcentaje de proyectos sin ejecutar era del 82%, 998 proyectos de 1.214, es decir, sólo se finalizaron 191”. “El presupuesto es acorde a lo que se ha ejecutado por este y por el anterior equipo de Gobierno”, zanjan.

Las mismas fuentes municipales añaden que “las nuevas condiciones para presentar ideas responden únicamente a evitar la frustración de los madrileños. El anterior Gobierno permitió que se admitieran y votaran proyectos que desde el origen eran inviables, pero no por cuestiones ideológicas o de voluntad o falta de ella. Unos incurrían en inviabilidades técnicas y/o de seguridad; otros eran propuestas ciudadanas que se referían a cuestiones que no son competencia del Ayuntamiento de Madrid; también había proyectos para los que ya existían actuaciones similares”. “Únicamente fortalecemos la seguridad jurídica y el análisis de viabilidad para que todo proyecto que se apruebe, se ejecute y no quede olvidado en un cajón”, se defienden.

La primera fase, la de presentación de proyectos por parte de los empadronados en Madrid y mayores de 16 años, ya está en marcha: se inició el pasado lunes, día 20, y finalizará el 20 de octubre. Llegada esa fecha, se pasará a la segunda fase en la que todo el que se haya registrado debidamente en Decide Madrid podrá votar durante otro mes las ideas que considere más interesantes. Las más votadas serán analizadas posteriormente, en una tercera fase, por un equipo municipal para ver si tienen “viabilidad técnica por su relevancia, necesidad u oportunidad”, un proceso que durará otros tres meses. Este equipo “emitirá un informe sobre la viabilidad técnica y/o jurídica para cada proyecto y el presupuesto estimativo del proyecto o, en su caso, un informe de no viabilidad”.