Fútbol, salud mental y un modelo de turismo alternativo: la lección de unos aficionados de Liverpool en Vallecas

Guillermo Hormigo

Madrid —
14 de marzo de 2025 07:15 h

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Dingle y Toxteh están situados al sur de Liverpool. Se trata de dos de los barrios más golpeadas por la crisis económica y laboral que azotó el Reino Unido en los setenta, un contexto que sirvió a Margaret Thatcher para que a su llegada al poder en 1979 desplegara toda una serie de reformas que trataron de desmantelar el estado del bienestar y el movimiento sindicalista. Un programa político que se encontró con una gran contestación social en forma de huelgas y revueltas. En Toxteh, además, tuvieron lugar algunas de las principales protestas de la población negra contra la discriminación y la brutalidad policial, que sacudieron el país en 1981.

Ante este historial, no es extraño que un hermanamiento una a estas áreas del condado de Merseyside con un barrio tan movilizado y significado políticamente como es Vallecas. Corazón obrerista, migrante y antifascista de Madrid, comparte con sus allegados del centro de Inglaterra una inefable pasión por el fútbol. Allí, es cierto que sin un componente barrial tan marcado, se reparte entre el Liverpool FC y el Everton. Aquí, el Rayo Vallecano concentra el amor por un deporte rey al que no ponen corona. Y una forma de entenderlo que no entiende de títulos galácticos, gracias a una afición más apegada al barro del pasado y a la conquista de un futuro compartido.

Ahora, ese lazo invisible por fin va a materializarse. Lo hace además con un proyecto que trata de visibilizar y paliar los problemas de salud mental en los hombres, especialmente trabajadores de clase obrera. The Florrie Men’s Wellbeing Group, más conocido como Walk Florrie, es un colectivo integrado en el centro social The Florrie, situado a su vez en el barrio de Dingle. El propósito es que sus integrantes compartan sus inquietudes personales, sociales, profesionales o mentales a través de paseos y diversas actividades de carácter cultural.

Un vínculo que plante la semilla para un proyecto paralelo en Vallecas

Este fin de semana llegan a Vallecas en su primer viaje internacional, que según cuentan en su web supone una gran oportunidad para promover “el intercambio cultural, las experiencias compartidas y la conciencia sobre la salud mental masculina a una escala global”. 12 compañeros de Liverpool conocerán de primera mano varios rincones de Puente de Vallecas junto a miembros de la Asociación Vecinal Puente de Vallecas-San Diego, asistirán a un encuentro del modesto pero combativo Club Deportivo Independiente de Vallecas y vibrarán con el Rayo Vallecano-Real Sociedad que se disputa este domingo 16 de marzo.

Conocerán la cultura y la historia de la ciudad de primera mano con una ruta sobre las huellas de la Guerra Civil y las Brigadas Internacionales en Madrid, guiada nada menos que por un miembro de la Colla Castellera de Madrid, que tiene su sede en Puente Vallecas. El colofón a la visista será el lunes, Día de San Patricio, con unas pintas de Guiness.

A los 12 magníficos llegados de Liverpool se une Robin Munby, gran seguidor rayista nacido en Toxteh que relata a Somos Madrid la emoción que esta visita le genera: “Llevo siete años viviendo en La Latina, pero desde que llegué tuve la intención de conocer la historia del Rayo. Soy socio y paso bastante tiempo en Vallecas, donde tengo muchos amigos. Un día, con Tony [uno de los integrantes de Walk Florrie] sobre el barrio, él se interesó por los elementos en común entre los barrios: el obrerismo, el sentimiento identitario tan fuerte, la actividad comunitaria...”. La idea de este viaje es “conocer a la gente de Vallecas, hablar del proyecto y crear vínculos que no sean puntuales, lazos entre los barrios que lleven luego a viajes desde Vallecas hasta Liverpool. También explorar la posibilidad de montar algo parecido a Walk Florrie en Vallecas”.

Robin cuenta la historia de The Florrie y con ello repasa, a pequeña escala, la de los vaivenes en los movimientos sociales de Liverpool y de toda Inglaterra: “En The Florrie llevan mucho tiempo trabajando [su creación se remonta a 1890], aunque se cerró de los ochenta a mediados de los 2010. En la fase anterior organizaban viajes al extranjero, que para mucha gente era su única manera de hacer turismo. Quieren reiniciar ese elemento del centro social y se les ocurrió hacerlo con Vallecas. Que no sea solo turismo, sino conectar con un barrio con una historia parecida”.

Sobre The Florrie Men Walking Group, cuya llegada a Madrid Robin está “coordinando desde fuera”, lo define como un grupo de hombres de The Dingle que nace con la idea de combatir el aislamiento de la clase obrera compartiendo sus problemas de salud mental“. Y añade: ”Tony tenía la idea de hacer paseos por el barrio, la ciudad y la región. Se celebran dos veces a la semana y en ellos hablan de cualquier tema y comparten sus problemas personales. Se trata de sentirse libres para hablar de sí mismos“.

Reivindicar otro turismo y otro fútbol

Otro factor que han tenido muy en cuenta es enfocar el turismo desde otra perspectiva, alejada del formato gentrificador de tuk tuks y Airbnbs, pero también del hooliganismo asociado al fútbol: “Desde mi perspectiva viviendo en Madrid, se habla mucho del problema del turismo masificado, que por desgracia se da en muchos sitios. Eso me hace pensar en otros modelos de viajar sin dar muchísimo dinero a fondos de inversión, tejiendo vínculos con los propios sitios. No ir a la ciudad en sí sino de barrio a barrio, el interbarrionalismo en vez del turismo masificado. Pensar en general maneras de viajar. El turismo fue una victoria de la clase obrera, la posibilidad de poder viajar, así que es importante investigar si se pueden salvar algunos elementos que nos deja sin todas las cosas malas que ha tráído después”, expone Robin.

Una deconstrucción desde la que también entienden el deporte. De ahí su colaboración con el Independiente de Vallecas, que apuesta por un modelo comunitario, social y didáctico por encima de la competición. “En The Florrie entienden así el fútbol. También otras disciplinas como ciclismo, yoga, guitarra o jardinería, que emplean para concienciar y mejorar el problema de la salud mental”, apunta Robin. Este traductor de profesión considera que “el fútbol ha causado daño de muchas maneras, pero puede ser también un espacio de reunión en el que la gente habla y estrecha lazos, una herramienta para mejorar remarcar la importancia del bienestar psicológico”.

De esto saben mucho en el Independiente de Vallecas, para cuyos responsables ser una parada del viaje supone todo un orgullo. Así lo detallan a este medio: “Estamos muy honrados de que desde el colectivo Walk Florrie hayan pensado en nosotras como parte de su estancia en Vallecas. Como una de las patas del cuidado de la salud mental es la práctica de la actividad física, tanto individual como colectiva, creemos que es un extraordinario punto de encuentro unir ambos caminos el día del partido. Esperamos que la visita de Walk Florrie desencadene una mayor sensibilidad hacia ello y se puedan materializar iniciativas parecidas también aquí, sea a través del fútbol o los paseos por el barrio”.

En este sentido, Robin resalta la labor de los Bukaneros: “El año pasado hicieron una campaña también sobre la salud mental. Representan esa labor social y comunitaria tan tradicional en el Rayo. De hecho, nos están ayudando a conseguir entradas para el partido del domingo, porque la actual directiva del equipo lo pone muy difícil”.

En un club que no tiene en cuenta su arraigo y en una ciudad que apunta a ese mismo desdén hacia sus gentes, iniciativas como esta demuestran que todavía es posible entender el deporte y el turismo como dos herramientas que nos entrelazan, en vez de como dos armas arrojadizas que nos enfrentan.