La portada de mañana
Acceder
Sánchez impulsa una regeneración que incluye una reforma del Poder Judicial
La fumata blanca de Sánchez: cinco días de aislamiento, pánico y disculpas al PSOE
Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Tierno y Malasaña: amor a primera vista

“Aquí no se va a tirar ninguna casa más ni se va a proseguir con los expedientes de ruina. Pero os voy a pedir un favor: no me tiréis papeles al suelo y reprended a los que lo hagan”

Era Enrique Tierno Galván dirigiéndose a los vecinos de Malasaña durante las fiestas del Dos de Mayo de 1979. El alcalde acababa de hacerse con el puesto de rector de la ciudad y se acercaba en su coche particular a tomar unos churros con los madrileños, a la que se daba un baño de multitudes. Durante aquellos años la extrema derecha fue muy insistente en hacerse con el barrio y ese mismo día FE de las JONS había hecho en la plaza una convocatoria pública (desautorizada por Gobierno Civil) “por la unidad de España”. La presencia del Alcalde cobraba, pues, un simbolismo importante.

Con el primer Ayuntamiento de la democracia terminaría la pesadilla del Plan Malasaña, que hubiera acabado con el barrio tal y como lo conocemos, piqueta mediante. La lucha vecinal se interpuso entre los especuladores y el barrio, que dejaba por entonces de ser conocido como Maravillas para mudar la piel a Malasaña.

Aquel fue el primer contacto de un ligue tan extraño como los tiempos de la Transición, de calle promiscua, el del viejo profesor universitario con una juventud a la que, muchos dicen, no llegaba a entender. Sin embargo, matrimonio o maridaje, Tierno y La Movida fueron pareja.

Hoy, 19 de enero, hace treinta años ya que murió Enrique Tierno Galván, y mucha gente le sigue recordando en Malasaña. Los vecinos de más tiempo hablan bien de él y conviven con nosotros elementos –como la feria de la Cacharrería en Comendadoras o las reinterpretadas fiestas de San Antón- que hunden sus raíces en el mandato de Tierno. Su legado político admite, como el de cualquier servidor público, peros y alabanzas, pero el consenso sobre su persona como figurón de la historia reciente de Madrid es difícilmente rebatible.

Acabamos este recuerdo con uno de los famosos bando municipales –aquellos que empezaban con la fórmula Madrileños: y que tan famosos se hicieron en su época-. El bando del carnaval, que ya llama a las puertas de Madrid.