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Víctimas y especialistas en acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo piden una cultura de “tolerancia cero”

Un grupo de chicas muestra el símbolo de por los derechos de las mujeres / EFE

Miguel M. Ariztegi

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El Parlamento de Navarra ha organizado  una sesión de trabajo en la que ha comparecido una representación de profesionales que han sufrido acosos sexuales en su trabajo.  La especialista Malu Ziordia ha concluído que los protocolos de actuación son “necesarios, pero no suficientes”, y que es preciso llegar a un “cambio cultural” que lleve a la “tolerancia cero” con este tipo de “comportamientos y actitudes”.

La Comisión de Salud de la Cámara navarra ha abordado la sesión a petición de la parlamentaria de Podemos Tere Sáez, quien ha agradecido el testimonio en directo tanto de la especialista como de las dos víctimas de acoso. Un tema al que todavía se ha referido como “un gran tabú” dentro del mundo más amplio de las violencias contra las mujeres.

Malu Ziordia, especialista que lleva trabajando desde 2008 en el ámbito del acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el ámbito laboral ha explicado que la Ley  de Igualdad de 2007 todavía es desconocida, tanto por las direcciones como por los representantes sindicales. Este texto define el acoso sexual como “cualquier comportamiento verbal o físico de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una persona”.

Ziordia ha reconocido que el acoso por razón de sexo “es más complicado, porque puede confundirse con el acoso laboral”. En cualquier caso, “son expresiones de la violencia de género en el ámbito laboral, y están penadas por la ley”, ha subrayado. Son comporatmientos que además “violan otros derechos, como la dignidad, la libertad sexual… son riesgos laborales de carácter psicosocial. Afectan a la salud de quienes la padecen, por lo que es necesario centrarse en la prevención”.

La Ley Foral de 2015 incluye el acoso sexual en el ámbito laboral, e incluye la reparación del daño, porque los efectos en la salud son “graves y duraderos” y es otro de los puntos que no se cumple, ha denunciado Ziordia, quien ha asegurado que en “todas las empresas” en las que ha realizado cuestionarios anónimos “han salido casos de acoso sexual, y la primera reacción es la sorpresa, por el desconocimiento”.

Desde su experiencia, resulta clave la puesta en práctica de “protocolos realizados de forma participada, no por consultoras, para que sean asumidos por toda la empresa”. Asimismo, ha considerado necesaria “la formación, con mayúsculas, tanto para sindicatos, dirección, trabajadores...”.

Los protocolos deben incluir “una estrategia de intervención y evaluación”,  y deben contar con una persona encargada: “Quién se va a ocupar de los casos, que sean personas conocidas, accesibles, con formación específica y no en puestos directivos. Preferentemente mujeres”, ha matizado.

Asimismo, deben llevar a una “investigación interna, pero compatibles con la vía judicial”, y aunque son necesarios, “es importante incluirlos dentro de un cambio cultural, de tolerancia cero con estereotipos y actitudes así”, ha remachado.

Testimonios en directo

Mari José Lekuona  Alonso ha reconocido las “consecuencias devastadoras” de su caso: “Todavía a día de hoy me afectan, y ocurrió en 2010”. Ha relatado la “actitud inapropiada de un supervisor”, que incluía acercamientos e insinuaciones que le incomodaban. “Me cogía de las manos, me decía cómo le gustaría cenar conmigo, comentarios sobre cómo iba vestida… me incomodaba muchísimo, lo evitaba. Nunca había tenido confianza con él, no le había dado pie nunca”, ha denunciado.

Irma Giménez, representante sindical, tuvo que enfrentarse a una persona “conflictiva” que acosaba a trabajadoras y becarias, y además reaccionó amenazándola de muerte. Una situación que la dejó “totalmente desprotegida” y que tuvo que solucionar con una denuncia en la Policía Nacional.

 

 

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