El Gobierno se ofrecerá como único freno al “radicalismo con piel de cordero”

El Gobierno, con su presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza va a volcarse en los próximos meses en ofrecerse a los españoles como la única baza para mantener la senda de la recuperación económica y para impedir el retroceso que cree que supondría el avance del “radicalismo con piel de cordero”.

La sucesión de citas electorales hará que Rajoy y sus ministros recorran toda España tanto en actos de partido como en otros relacionados con las funciones que desempeñan en el Ejecutivo para “machacar” el mensaje de que las reformas económicas y el esfuerzo de los españoles son los que han hecho posible superar la crisis más grave de las últimas décadas.

Frente a la acusación de la oposición de que la mejoría no se nota en el bolsillo de los españoles, fuentes del Gobierno aseguran a Efe que encuestas como la última hecha pública por el CIS contradicen esa interpretación.

“Hay más confianza, cada vez más desempleados tienen más esperanza en encontrar trabajo y cada vez menos trabajadores ven en riesgo su empleo”, arguyen estas fuentes, que están convencidas de que los ciudadanos van a tener muy en cuenta esas reflexiones a la hora de depositar su voto en las urnas.

Encuestas como la del CIS consolidan el fenómeno Podemos, y tanto en el Gobierno como en la cúpula del PP se interpreta que se trata de una reacción a las consecuencias de la crisis económica más que de un apoyo a lo que representa en realidad esa fuerza política.

En ese sentido, subrayan que Podemos es la cara del radicalismo de izquierdas, que “España no es un país de extremistas” y que “cuando se empiece a rascar en ese radicalismo que pretende presentarse con piel de cordero, va a aflorar lo que en verdad representa”.

Para el Gobierno y el PP, si el hecho de ser virgen en responsabilidades de gobierno puede suponer alguna ventaja para Podemos, se contrarresta con las noticias que se van conociendo relativas a algunos de sus dirigentes, como Juan Carlos Monedero.

Las fuentes citadas explican que no se trata de llevar a cabo “una campaña del miedo” hacia esa fuerza política, pero sí de dejar claro lo que es en realidad y el riesgo que supone para “derruir los cimientos” de la recuperación.

Y ante ese riesgo, Gobierno y Partido Popular se presentan como los únicos capaces de hacerle frente (al igual que al desafío independentista) debido a la “preocupante debilidad” en que se encuentra el PSOE.

Una debilidad que aseguran que “no le interesa ni al Gobierno ni a España” y que creen que puede amortiguarse con pactos como el firmado recientemente contra el terrorismo yihadista y que pueden afianzar su imagen como partido de Estado.

El mensaje de la recuperación y de la estabilidad frente a la incertidumbre del radicalismo estará muy presente en la intervención del presidente del Gobierno en el debate sobre el estado de la nación que se celebrará en el Congreso los días 24 y 25 de febrero.

Será la primera vez que se enfrentarán en un debate de estas características Rajoy y el líder socialista, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo recalcará que no da por concluido el trabajo y que aún quedan varios meses de legislatura en los que se va a seguir gobernando y aprobando reformas.

En ese contexto, el Gobierno pretende subrayar que en el momento de especial dificultad que le ha tocado gestionar, ha salvado los pilares del estado del bienestar y va a seguir alimentando su agenda social.

Con todos esos argumentos, Rajoy espera que el PP mantenga el primer lugar en intención de voto que le auguran encuestas como la del CIS y aumente la distancia que pronostican frente a Podemos y el PSOE.

Al respecto, en el Gobierno y el PP existe el convencimiento de que conforme se vayan acercando las próximas citas electorales (municipales y autonómicas en mayo y generales a final de año) muchos de los votantes hoy indecisos van a acabar dándoles su confianza.