Pasajeros de vuelos cancelados a Turquía esperan resignados en Barajas

Los pasajeros de los vuelos cancelados a Estambul y Ankara, los principales aeropuertos de Turquía, esperan en Barajas con resignación y cierta incertidumbre que las aerolíneas les faciliten alguna solución y puedan reanudar sus respectivos viajes.

Karim, un traductor de origen marroquí que tenía previsto viajar anoche a Estambul, señala que “se trata de una causa mayor de la que no son responsables ni las compañías aéreas ni los gobiernos de España o Turquía”.

Es un fastidio, añade, “pero como si hubiera ocurrido una catástrofe natural, o como si vas por la calle y te atracan”.

Karim recibió noticias del golpe a través del whassap de un amigo desde Estambul, pero aún así acudió al aeropuerto porque en la agencia de viajes, donde le atendieron “correctamente”, le aconsejaron intentar realizar el viaje.

Lola, que junto con otras siete personas tenía que hacer escala en Estambul de camino a la India, espera que la compañía le ofrezca hacer al trayecto con escala en otro país que no sea Turquía; como otros muchos pasajeros, sabe que tiene derecho a que le reembolsen el importe del billete, pero prefiere intentar hacer el viaje que tenía planeado.

También Josefa, que se enteró del intento de golpe por la televisión. Tenía que hacer escala en Estambul de camino a un circuito por el norte de la India.

Reconoce que siente “mucha rabia” por la posibilidad de que se vea truncado un periplo largamente planeado que iba a realizar con su marido y su hija, aunque es consciente de que las aerolíneas “van a intentar recolocar a la gente o buscar soluciones”, aunque de momento no les han dado ninguna solución.

El destino de Antonio, que lleva desde ayer por la noche en el aeropuerto de Barajas, era Filipinas con escala en Estambul; el joven relata que les intentaron colocar en un vuelo a Abu Dhabi y posteriormente en otro de KLM vía Ámsterdam, que finalmente estaba lleno.

Sin dormir, aunque ha pasado un par de horas en un hotel, espera que le den una solución, pero teme “perder las reservas de alojamiento que teníamos en Filipinas”.

Pasajeros y personal del aeropuerto han guardado a las 12.00 un minuto de silencio por las víctimas del atentado de ayer en Niza, que ha costado la vida de 84 personas, incluidos 10 niños y adolescentes, y más de 200 heridos, 52 de ellos en estado crítico.